Gran éxito de público en los conciertos programados en las fiestas del barrio de Larrabasterra de Sopelana (Bizkaia), pese a que una vez más tuvieron que competir con otros eventos musicales, mucho más multitudinarios, llevados a cabo en localidades con una mayor densidad de población (Santurtzi, Barakaldo).

Dos jornadas bien distintas, en lo musical, es lo que nos proponían para este año, ambas super interesantes y excitantes, en particular para todos aquellos que aún no conocían el talento musical y profesionalidad de los cabezas de cartel de cada noche.

El cartel del viernes estaba formado por tres formaciones con una característica en común, una lucha titánica por llegar al máximo de gente posible, con una humildad y sencillez, que queda bien de manifiesto en cada palabra amable que dirigen a sus seguidores.

Abrieron la noche la banda Colajets con una senda rockera, más tradicional y sencilla pero con muchísima energía y demostrando que ya tienen un espíritu curtido encima de los escenarios. El nuevo vocalista me sorprendió gratamente al tener una voz y unas tablas increíbles.

Después le tocó el turno a Basaki, que casi estuvieron a punto de suspender la actuación puesto que su vocalista sufría una infección bastante grave de garganta. Le echaron huevos al asunto y me dejaron con una sensación de como si hubieran dejado de ser la eterna promesa para convertirse en un grupo de primera. Si no tenemos en cuenta esas ciertas carencias vocales que quedaron patente a lo largo de su recital, decir que convencieron y que en cierto sentido arrasaron con un show muy potente y lleno de fuerza.

Cerró la noche los valencianos Uzzhuaïa que como siempre salieron a darlo todo y llevárselo de calle. La carisma de su vocalista es indiscutible así como la actitud del resto de la banda, invariable y absolutamente abismal. Pese a padecer un sonido bastante limitado fueron capaces de salir airosos del envite, demostrando la calidad que atesoran con cortes como “Baja California”, “13 Veces Por Minuto”, “Perdido en el huracan”, “Magnífico fracasado”, “La Mala Suerte”, “No Quiero Verte Caer , “Nuestra Revolución” “Blanco y Negro”.

Su hard rock sonó mas contundente que en estudio, fruto del trabajo de una banda que se encuentra en un momento espectacular. Tras una hora y media el final llegaba con “Lil´ Devil”, una versión de The Cult, con un sonido peligroso y amenazador, acompañada de unos coros bien elaborados. En líneas generales la banda estuvo a la altura, mostrándose sobrios en escena y haciéndonos disfutar de un buen show.