Ya era viernes en el Viña Rock, la segunda tarde la empezamos con los húngaros Bohemian Betyars que desplegaron todo su talento ante un público valiente y un sol que quemaba. Fueron una de las novedades de esta edición aunque empecé repartiendo el tiempo ya que en el escenario Doogee estaba Escuela de Odio, grupos bastante diferentes así que cada uno tuvo un público muy diferenciado.

Al terminar ya estaba en el escenario Poliakov Segismundo Toxicómano. Los Segis siempre salen a tope, ya sean las 7 de la tarde o las 2 de la mañana y eso se contagia a la gente. Nada que reprochar a un repertorio muy completo a pesar del tiempo disponible en la que hubo temazos como “Odio”, “Nos joden”, “Mi vida” y “Las noches siguen sabiendo a sangre”, que, dicho sea de paso, son algunas de mis favoritas.

Saurom sacó toda su artillería musical y escenográfica, ya que hubo hasta disfraces, para convencer a la gente que empezaba a animarse pero de nuevo volví a repartir el tiempo y es que también tocaba Trashtucada, que llegó con muchas ganas de que escuchásemos temas de su muy reciente trabajo “Nada nos puede parar”, y con esa premisa nos hicieron bailar todo el concierto. De las nuevas, que aunque desconocidas, todos bailaron, algunas fueron, “Mi destino”, “Nada nos puede parar” o “Volante, culo y carretera” pero aún es pronto para que destaquen sobre las pegadizas “Penélope”, “Niñato” y como no, “De festi, vale?”, que fue la despedida, gran final con ese himno festivalero que tanto nos gusta.

Se veía más movimiento, a las nueve y media empezaba Rosendo, que no coincidía con nadie y se llevaría el protagonismo de un recinto ya con bastante público. Como siempre el ritmo fue de menos a más, con temas más tranquilos e incluyendo algunos de los de su ultimo disco “Vergüenza torera” y dejando para el final esos con las que pone al público patas arriba, como son “Flojos de pantalón”, “Pan de higo” o “Agradecido”.

Otra coincidencia se me presentaba, Bongo Botrako con sus pegadizos estribillos y Def con Dos. Con Bongo Botrako solo nos permitieron estar en el foso durante la primera canción así que pronto me cambié de escenario y disfruté con los clásicos “Acción mutante”, “De cacería”, “Demasiado humano” o “El día de la bestia” entre otros. Muy buen rato el que pasamos con Def con Dos.

Gatillazo es un no parar de rabia y de energía, con Evaristo vestido de casero asistimos a uno de los mejores conciertos de la jornada en el que escuchamos canciones con mucha la fuerza característica del grupo como “Mucha muerte”, “Hemos venido a divertirnos”, “Guerra social” y “Fosa común”, entre otras tantas que desmerecen en un set list que se terminó antes de lo previsto. Ya se sabe que lo bueno, si breve...

Fue muy difícil dividirme esta vez así que apenas pude ver a Canteca de Macao ya que Biohazard acaparaba muchas miradas y no me lo quería perder. Los neoyorquinos dieron un concierto intenso y cercano donde Billy quiso acercarse al público en varias ocasiones, llegando incluso a meterse entre la gente que lo sostenía en vuelo junto a su guitarra.

Público multitudinario como siempre en Boikot que calentaba la madrugada a base de guitarras y trompeta que dan vida a “Naita na”, “Skalasnikov” o “Hasta siempre”. Son asiduos al viña y no hay más que ver que por el escenario se mueven como pez en el agua. Colaboración de chicas en “Bajo el suelo”, y final con algo de polémica al incluir “Todos los días sale el sol” de Bongo Botrako en su popurrí. Extraño pero no descabellado.

Los italianos Talco eran mi grupo favorito del día y tenían la mala tarea de tocar los últimos, como ya hicieron el año pasado, pero creo que superaron con creces lo esperado ya que aún muchos tuvimos fuerzas de quedarnos para escuchar y bailar el ska de “La carovana”, “La torre”, el himno que ya es “St. Pauli” o su versión de “Bella Ciao”. Como colofón y para sorpresa de todos, terminaron con “Zu atrapatu arte” de Kortatu.

Aún nos quedaba aún un día por delante, así que era el momento de la retirada...