Realmente me cuesta explicar el lamentable espectáculo que cerca de 300 personas contemplamos hace unos días en el paso del ex vocalista de Iron Maiden, Paul Di´Anno, por Palencia. Es cierto que no creo que ninguno de los asistentes esperaba el concierto de nuestra vida y que el respeto a un artista capaz de grabar, y a un grandísimo nivel, dos piezas claves de los origenes del Heavy Metal, valía como garantía no solo para que la gente pasara por taquilla sino para aguantar el tremendo retraso en el inicio de un show en el que el protagonista de la velada apareció más de dos horas después del horario en el que, según la entrada debía empezar al banda invitada.

Los ingleses White Coast Rebels abrieron la noche y ofrecieron un concierto divertido en que desplegaron un hard rock de corte glam angelino que me entretuvo tanto como me desubico. Un vocalista con aspecto de haber salido de un grupo tributo a Pantera, bonachón y comunicativo, dirigiéndose de manera constante al publico en español y que en sus canciones se posicionaba mayoritariamente en los derroteros que van de Def Leppar a Ratt aunque en algunos temas se desmadraban con voces y ritmos cañeros que hasta me recordaron a Motorhead!!!!.

Su inmenso cantante Johnny Hellraizer tiraba de “falsete” cuando era necesario y mientras cantaba estribillos tarareables del tipo “I Love You I Need You” escupía tragos de agua a la audiencia, Rock And Roll Actitude!!. Tocaron temas de su disco Hangin´ With The Bad Boys y se marcaron una versión metalizada del What´s Going On de 4 Non Blondes que sinceramente chirrió un poco. Mucha actitud y ganas de agradar a la audiencia, muchas poses, movimientos de cabeza y guitarra sincronizados y un telonero más que digno que gusto y seguro se granjeo unos cuantos nuevos seguidores esa noche.

A los problemas conocidos que Paul Di Anno ha tenido con las drogas y el alcohol y que físicamente le han dejado en muy mal estado (pasado de kilos, con un aspecto de alguien mucho mayor de los 56 años que tiene, solo dos mas que Bruce Dickinson, algo desdentado y completamente cojo) se le han juntado sus asuntos con el fisco y por tanto la necesidad de dinero es acuciante. Tanto como para no solo salir de gira,  sino para enlazar en España una docena de conciertos sin apenas descanso (el de Palencia era el séptimo en siete días) para alguien con una voz ya muy cascada.

Se ayudo de una cachaba para llegar al escenario y ya en el mismo se sujeto en todo momento al pie de micro con gestos de dolor. Antes de que sonara el primero de los temas ya nos contó que no tenia voz, que estaba enfermo y que no podía cantar (algo que a priori no le hizo pensar en la suspensión) y cuando su banda de acompañamiento, los italianos Children Of The Damned, un combo italiano de homenaje a la doncella que hicieron un papel mas que digno, hicieron sonar sus instrumentos, Paul hizo  gestos insistentes de que no se escuchaba.

A su favor tuvo que la gente tenia un autentico espíritu de diversión y pleitesía hacia su persona (de otro modo sinceramente no se que podría haber pasado) y cada uno de los temas homenajeados era recibido con absoluto fervor. Sin embargo nada queda de aquel jovencito de aspecto punkarra que veíamos en los primeros videos de los Maiden, quizás solo unos ojos azules que mostraban una voluntad que su garganta no podía corresponder, y que intento suplir dejando a la audiencia entonar estribillos y coros.

Pero aun así fue imposible ocultar un muy mediocre Prowler o Murders In The Rue Morgue (no se atrevió con Remeber Tomorrow) , donde los presentes le echaron un cable con sus voces. Bebió y fumo con moderación en el escenario e incluyo un par de temas de su carrera en solitario, The Beast Arises y Children of Madness, que no obtuvieron apenas respuesta y fue con Phantom Of The Opera y Iron Maiden cuando la gente le llevo en volandas. Elimino algunos temas del repertorio y se marcho del escenario con poco más de una hora de show mientras los presentes combinaban en su gesto el placer de haber visto a un Maiden a corta distancia con la mala impresión general y los comentarios de desaprobación. Metió más gente de la que el concierto se mereció y seguro que hizo algo de caja pero dudo mucho que de los presentes los que repitan sean muchos en el futuro. Un viaje a la nostalgia convertido en pesadilla. Una pena.