Nueva gira de Machine Head por nuestro país, y nuevo disco que presentar por nuestras tierras “Bloodstone & Diamonds”, con tres fechas, Madrid, Barcelona y Pamplona, en recintos, para ellos, reducidos y es que según manifestaron en varias entrevistas, ahora quieren eso, tocar en aforos pequeños si los comparamos con sus conciertos habituales, y aparcar el tema de festivales, pero claro, esto último tampoco hay que descartarlo. Sin ir más lejos, en Madrid colgaron el cartel de entradas agotadas.

Esta gira ha sido precedida por un poco de polémica por los medios especializados, al dejar fuera de las acreditaciones a fotógrafos de medios digitales como nosotros, la banda ha decidido vetarnos, por eso en esta crónica no veréis las fotos correspondientes del concierto, una pena la verdad, pero a veces no sabemos que pasa por la cabeza de los músicos, es todo un misterio sin resolver.

Todavía recordamos la primera que les vimos en directo allá por el año 95, presentando su primer disco “Burn In My Eyes” en la recordada Sala Jam de Bergara, compartiendo cartel con Entombed y Misery Loves, en un concierto donde agotaron las entradas.. y a partir de allí, coincidimos con ellos cuatro veces más, en festivales como el Kobetasonik, Electric Festival, otro paso más por Bergara y el último el de la pasada gira en la desaparecida RockStar Live de Barakaldo.

No dudamos en acercarnos el pasado domingo 23 de noviembre a la Tótem de Villava, cerca de Pamplona, en un evento que casi consiguieron colgar el cartel de entradas agotadas, por poco no lo hicieron, eso sí, allí estábamos más de 1000 almas sudando como nunca en una gran sauna donde el aire acondicionado brilló por su ausencia.

Contaron con los conocidos Darkest Hour como banda invitada, banda que ya les acompañó en la pasada gira junto con Bring Me The Horizon. Formación de la capital estadounidense, Washington, que demostraron su buen hacer durante los 35 minutos de actuación, allí nos presentaron su último disco en estudio “Darkest Hour”.

Sonido regular, la verdad, con subidas y bajadas sin sentido, incluso en algún momento vivimos una circunstancia absurda que hizo que nos mirásemos los unos a los otros, la música salía solamente por sus monitores, menos más que fue durante un rato corlo.

Explosión de metalcore con sonidos de trash metal y death metal melódico, que no terminó de motivarnos. Si la pasada gira con Machine Head pasaron desapercibidos, en esta, podemos decir que siguen el mismo curso, con un concierto lineal y monótono, hasta a ellos se les notaba preocupados cuando intentaron incitar al público para el típico circle pits.

Lo intentaron, pero no lo consiguieron, a excepción de la pegada de su batería que mantenía viva a la banda. Siete temas que abordaron sin apenas palabras, entre los que destacamos “Rapture in Exile”, “Savor The Kill” o “Violent By Nature”, llenos de cambios de ritmo y registros vocales desgarradores, que muchas veces tiraban hacia la melodía, como por ejemplo  en “Anti-Axis”.

Concierto malo y público frío, menos mal que ahí estaban las primeras filas que si lograron conectar con esta gente.

Tras media hora de cambio de backline y bajo la música de la BSO de “En Busca del Fuego”, ya sabéis, la música de la evolución humana que todos recordamos, aparecieron los Machine Head, uno a uno, tomando posiciones, primero su batería Dave Mc Clain, después su nuevo bajista Jared MacEachern, luego Phil Demmel su guitarrista, y por ultimo, el sonriente, Rob Flynn.

El tema que eligieron para abrir el concierto fue el que abre su nuevo disco, “Now We Die”, un corte con arreglos de viento y de violín, que para esta ocasión aparecieron pero regrabados, una primera toma de contacto con su material más reciente, al que abogaron a cuenta gotas dentro de su corto set list. A estas alturas todos sabíamos que en esta gira están tocando 14 temas, de los cuales solamente tres son nuevos.

Para ser una banda de renombre internacional, dar un bolo de hora y media se nos hace tremendamente corto, tienen temas de sobra para alargar sus actuaciones y así hacer una revisión más completa de su discografía, sin dejarse atrás los discos “The Blackening” o “The Burning Red” o “The More Things Change”.

Continuaron con los cortes más melódicos que tienen cierto protagonismo, así que siguieron con “Imperium”, “Beautiful Morning” o “Locust”, arrancando con fuerza para hacer levitar al público en general, temas capaces de levantar pasiones y de conseguir que sean coreados por casi todo el mundo.

Primer bloque de cuatro temas, que nos dejaba las primeras palabras de Rob Flynn, con “Good Night Spain”, y que no fueron las únicas, más tarde dijo “Pamplona”, al menos había ahecho los deberes y no dijo “Madrid”, por ejemplo.

De todos modos la banda pecó mucho en parones entre tema y tema, muchos de ellos dejando a Rob sólo con pequeños discursos entre los que resaltaba la palabra “mother fucker”, o brindando con nosotros en más de una ocasión, para terminar arrogando la bebida al público, seguro que más de uno salió empapado del concierto, y no hablo del sudor generalizado.

Nos llamó la atención la lejana amistad que llevan Rob y Demmel, auténticos amigos desde su etapa de Exodus, siempre felices con miradas de complicidad constantes, desafiando sus guitarras mientras salían chispas, se nota el buen feeling que hay entre esta pareja tan peculiar. Esperemos que dure y que sus egos no quieran recomponer de nuevo la formación, que sigan así, vivos como nunca, fuertes como siempre.

La parafernalia que llevaban, con adornos y demás cosas en el escenario, fue exagerada, un montón de banderolas romanas con el logo de la banda, con un telón de fondo que cubría por completo la parte trasera de la batería, un dato que seguramente a muchos pasó desapercibido, pero a nosotros nos gusta fijarnos en estos pequeños detalles.

Llegó el momento de “Ten Ton Hammer”, con un Rob que se enfundaba dos guitarras, una acústica y la otra la flecha con serigrafía de la bandera americana, una parte acústica que todo concierto tiene que tener, momento íntimo donde el público se dejó la garganta.

Ecuador caliente del concierto, ahora llegaba el turno de “Bulldozer”, ante la salida inminente de los clásicos de Machine Head, con otro de los temas que pusieron tierra de por medio, “Killers & King”, que nos pilló fríos al no tener controlado su última obra.

El final del concierto nos hizo retroceder en el tiempo, escuchando a “Davidian”, “Aesthetics of Hate” y “Old”, un momento álgido capaz de tirar por completo los cimientos de cualquier edificio. Y para el final, uno de los temas que deberían pensarse seriamente si cerrar con el o no, “Halo”.
Conclusión, una actuación que fue de menos a más, que dejó a todo el mundo con ganas de más, y eso es buena señal. Ahora queda esperar y ver si finalmente entran en alguno de nuestros festivales de cara al próximo año, yo apuesto por un Resurrection Fest o un Rock Fest BCN, ¿que no?.