Si la fórmula funciona no hay porque cambiarla. Después de tres años de gira del Queen Symphonic Rhapsody sus creadores han preparado dos nuevos espectáculos que llevar de gira. El History Of Rock, que comienza su andadura en España en Octubre con Thomas Vikstrom, Mats Leven y Tommy Heart en su alineación, y actualmente de gira el Abba Symphonic con los éxitos del cuarteto sueco.
 
Para la cita en el estupendo Auditorio Miguel Delibes de Valladolid se rozó el lleno, el show de Queen había sido apenas un mes antes, y los cantantes elegidos eran Michele Mc Cain (que repetía y que es quién traslada de manera más radical el estilo de ABBA a sus características), Jakob Stadell (cantante y actor sueco con carrera fundamentalmente en musicales), Alicia Nilsson y el estupendo Thomas Vikström, irreconocible con su aspecto elegante en este concierto, y que ha estado involucrado en mil proyectos (como los discos de Brazen Abbot, Stormwind y actualmente miembro de Therion).
 
Junto a ellos una orquesta de casi 40 músicos que ocupa un protagonismo importante pero no llega a "fagocitar" musicalmente un espectáculo en el que batería (Trevor Murrell), teclado (Eric Bergamaschi), bajo (Peter Shaw) y guitarra (Christian Vidal), es decir una formación de rock que han tocado con gente de la talla de George Michael, Joe Cocker, Simple Minds, Therion o Simple Minds entre otros, sigue llevando el peso musical.
 
Rememorar las canciones de una banda con varios vocalistas, al contrario que con Queen, produce que el show cuente casi en su totalidad con al menos dos cantantes en el escenario de manera simultánea y eso produce que el espectáculo sea más ágil. Además conservan la máxima de que no haya tiempos muertos entre las canciones para darle más agilidad y no ocasionar que el público, tan cómodo y calentito en sus butacas, se venga abajo. En el debe sin embargo una primera parte más relajada y con más medios tiempos (Thank You For The Music es el primer clásico en aparecer) y que cuando empiezan a sonar todos los grandes singles (Super Trouper, S.O.S, Voulez Vous, Chiquitita, Mamma Mia, Waterloo, Dancing Queen...) todos muy enfocados al baile la seriedad del recinto supone una traba para que la gente se levante (que lo hace pero más tímidamente) a desmelenarse.
 
Al final este tipo de eventos tiran en parte del auge tan espectacular que están teniendo los conciertos tributo, que prácticamente están copando las programaciones de todas las salas, pero al menos ofrecen no un show de remember (tampoco una versión light del super éxito de musical de Mamma Mia) sino adaptado y convenientemente pulido para hacerlo aún más accesible. ¿Molaría que la gente pusiera el mismo énfasis en los conciertos de bandas que giran con repertorio propio? Sin duda, pero mientras se debate si fue primero el huevo o la gallina (si la gente va porque se programan o si se programan porque la gente lo demanda), estos espectáculos suponen una alternativa a las bandas de covers y al menos están bien hechos. Para públicos tranquilos y con gusto por tiempos pasados