Tras el buen sabor de boca que nos dejaron Papa Shango en agosto, no dudamos lo más mínimo en volver a acercarnos al Black Bird para disfrutar de nuevo de este grupazo. Al igual que meses atrás también tocaban solos y además teníamos la certeza de que lo íbamos a pasar tan bien o mejor que la anterior vez. Los cántabros consiguieron alegrarnos el día con sus melodías pegadizas y con sus temas más que bailables, canciones que se mueven entre el ska y el reggae, temas con los que es imposible que los pies se queden quietos en el suelo, y es que si no bailas con una banda como esta es que no te corre la sangre por las venas.
 
El ambiente fue magnífico, aunque creo recordar que contaron con algo más de público en la anterior ocasión, pero claro es que había bastantes cosas ese mismo día, pero aún con todo el público era más que suficiente y Papa Shango estuvieron bastante bien arropados.
 
Durante poco más de hora el grupo nos dejó con casi una docena de canciones, algunas de su disco "Reír al caer", como el tema homónimo al mismo, "Papa shango" o "El himno de la austeridad". También nos ofrecieron alguna que otra versión y algún corte que seguramente incluirán en próximos trabajos. Que por cierto, nos dieron una buena noticia y nos comentaron que iban a entrar a grabar unos cuantos temas.¡¡Qué bien!!.
 
El concierto fue breve pero muy intenso, y es que ya se sabe que cuando uno se lo está pasando bien los minutos pasan volando, y en este caso como fueron poco más de sesenta los que pudimos disfrutar de esta gran banda, pues la velada se nos pasó como lo hace una estrella fugaz en una noche de verano. Sin duda alguna este es un grupo muy a tener en cuenta, se les ve compenetrados y que disfrutan sobre el escenario de lo que están haciendo, trasmiten muy buen rollo y mucha energía positiva, que en los tiempos que corren buena falta nos hace un poco de optimismo.
 
Esperamos con impaciencia la ocasión de verles otra vez en vivo y en directo y la grabación de esa nueva propuesta musical.