El tramo final de la gira electro-acústica de La Fuga llamada “En Cueros”, pasó por Bilbao la noche de domingo 17 de mayo en la céntrica sala BBK. Esta gira comenzó el pasado mes de diciembre en el Museo de la Evolución de Burgos, y desde ese instante, los de Reinosa no han parado de rodar ofreciendo dos horas de concierto en cada actuación, con numerosos arreglos, guitarras acústicas, mandolina, cajón, emociones desnudas, ternura, sensaciones, noches en vela, desamores, carretera...

El público respondió, muchos cántabros y navarros se apuntaron a la cita, a pesar de que era domingo y había fútbol en la capital bizkaina, pero la temprana hora para ser un concierto, las ocho de la tarde, ayudó bastante. Con más de medio aforo vendido, aparecieron a escena con puntualidad británica, La Fuga, bajo una la intro “Now we are free” de Enya que sirvió para que la banda se acomodase en sus taburetes.

Esta sería su tercera noche consecutiva tras su paso por Barcelona y Huesca, que supieron regar con un buen txakolí del que hicieron uso durante toda la actuación, en especial el bueno de Pedro.

Dos horas divididas en dos partes, una en formato acústico y la otra electica, cuando Edu dejó el cajón y se puso al frente de su batería. Sonaron temas de todas las épocas, las de sus inicios y las más novedosas pertenecientes a la última etapa de la banda con discos como “Raíces” o “Más de Cien Amaneceres”. Pedro, Edu, Nando y Raúl nos dejaron su mejor cara, desinhibiéndose por completo en estas dos horas largas donde el contacto con el público fue continuo, sincero y muy cercano.

“En Vela”, “Amor de Contenedor” ,“Despacito” y ”Miguel” iniciaron la primera toma de contacto, descubriendo como estas canciones siguen intactas haya los cambios que haya en la formación. Fue un concierto lleno de energía y sentimiento, que muchos los que allí estaban no podían estar sentados y se aguantaron las ganas de levantarse, salvo en algunas excepciones que nos obligaban a ello y más en la recta final con ese ambiente libre y alterado que se formó, eso sí, sin ninguna bebida en mano ya que la BBK no sirve ningún tipo de bebida, salvo contadas excepciones, como cuando se presentó el documental “160 metros”, con bandas de la margen derecha e izquierda, que recuerdos.

“Noches de Perdición” o “Trampas Al Sol” seguían apostando por noches de carretera, una temática donde La Fuga se defiende a las mil maravillas y siempre nos dejan palabras bonitas y relacionadas con la noche, además invitan a seguir la fiesta a pesar de que muchos de los presentes trabajábamos al día siguiente.

“Luna de Miel” nos dejaba palabras amargas y rotundas por parte de pedro, “Que te vaya bonito”.. algo fino tras ese mal de amores que narra la canción. “Heroína”, versión de Los Calis, nos dejó a un Nando cogiendo el protagonismo, un lujo verle en directo con esa pasión y garra que desprende a tocar las seis cuerdas. Algún acople hacía acto de presencia con “Maldita”, para después seguir sufriendo más problemas técnicos, y es que ya nos lo decía Pedro, hay días en que todo falla.

“Balada del Despertador” la cantamos todos al mismo son, y luego “Por Verte Sonreír”, uno de los primeros temas que escribió Rulo, su primer cantante, además puso el punto y final a la primera parte de la actuación, ahora llegaba un poco más de distorsión, fuerza y garra, donde Edu se puso a los mandos se du batería habitual, dando caña con “Cinco Minutos” o “Lunes de Olvido”, que dejó las bonitas palabras de que la música aporta lo mismo que un sincero abrazo.

“El Manual”, “Pa Volar” o “Sueños de Papel” bajo palabras de rebeldía y repulsa a la clase política de este país, diciendo que nos quieren enfermos, sin cultura pero que nunca nos recortarán nuestros sueños, bien dicho!!

“Camarote” dejó ver la faceta más aflamencada de La Fuga, invitándonos nuevamente a una fiesta, esta vez, privada. Y así llegábamos a la recta final, afrontando los bises que llegaron tras “Majareta” y “Jaleo”, regresando al escenario interpretando “Baja Por Diversión”, que llevo a los coros a su bajista Raul, “No Solo Respirar” con protagonismo en riffs de Nando, y “Pa aquí Pa Allá”, eterno himno de la vida en carretera.

Despedida emotiva y reencuentro a lo grande con el público bizkaino, que realmente supo estar a la altura pese a ser domingo, si hubiera caído la fecha en sábado, otro gallo cantaría, a mejor, claramente.