La recta final de la gira de Leiva pasó por el Teatro Arriaga de Bilbao tal como hiciera con su primer disco en solitario “Diciembre” hace dos años la tarde de un domingo, esta vez fue un jueves, día 4 de junio, contando con más publico la verdad.

Es un genio, tiene grandes canciones y así lo ha plasmado en su segundo trabajo “Pólvora”, también hay que decir que se ha sabido rodear de grandes músicos como Carlos Raya, en definitiva, canciones donde las melodías sufren muy buenos arreglos y brillan por el rock más clásico que vuelve a mirar al pasado.

Grabación que da presencia a los estribillo y hacen que los temas brillen con luz propia, por eso de nuevo quisimos ver en directo a Leiva ya que “Pólvora” es un discazo, y que mejor forma que hacerlo que ir a una institución con más de 125 años de historia como es el Teatro Arriaga, por delante teníamos casi dos horas de actuación. La zona de patio estaba llena y ya había colgado el cartel de sold out semanas atrás, y al palco poco faltó, rozando el lleno absoluto.

Rápidamente, Leiva y su banda iniciaron el concierto, sin descansos y con pocas palabras por parte del artista madrileño, a excepción de un “eskerrik asko” tras uno de los primeros temas, concretamente “Los Cantantes”, y donde muy pronto los temas de Pereza entraban en acción conjugando un set list bien avenido.

El sonido de los teclados inundaba gran parte de los temas, inyectándolos de energía como bien pudimos comprobar con “Mirada Perdida”, llegando a otros estados de calma con la llegada de “Palomas”, con esa fuerza que le da la sesión de vientos d ella Leivaband, sin olvidarse de “Afuera de la Ciudad”, superando la melancolía del amor hasta llegar a límites insospechados.

Consiguió que el concierto fluyera en grandeza con esas palabras de agradecimiento por parte de Leiva de poder estar esa noche en Bilbao, recordando como el año pasado estuvo en la capital bizkaina dentro de la Aste Nagusia, actuando en un recinto abierto y sin entrada, de las pocas capitales del estado que hizo de esa forma. También saludó a los hombres de negro (Bilbao Basket), algunos de la plantilla se encontraban en uno de los palcos.

El concierto avanzaba a un ritmo estupendo , intensificado en momentos por los aplausos cuando aparecían temas de renombre como “Pólvora”, a solas con la guitarra acústica y el maestro Cesar Pop al Hammond. Seguían entrando temas de Pereza, “Amelie” o “Eme”, que pusieron al público en pié, algo inquietos estaban, no sabían si sentarse o levantarse. También disfrutamos de otro de los grandes temas, “Vis a Vis”, cuya letra es de nuestro buen amigo Kike Babas.

Uno de los momentos divertidos de la noche fue cuando llegó “Ciencia Ficción”, con una coreografía trabajada que juntaba el cachondeo y el compañerismo, con cierta improvisación, eso sí, los movimientos sincronizados fueron perfectos.

Antes de los bises hubo más sorpresas, por un lado la entrada del tema “Sixteen”, compuesta durante esta gira y que está siendo rodada durante la segunda parte del tour, una vena incisiva de reproche hacia este país de mierda, hacia el IVA cultural y la nefasta gestión del gobierno con la cultura, todo es culpa de ellos. Fue dedicada a dos grandes amigos de Levia, al grandísimo Fito Cabrales y a una de nuestras grandiosas voces, Carlos Tarque.

No queremos terminar esta crónica si mencionar a la superbanda que acompaña a Levia, ahí está Tuli al saxofón, siempre pletórico, al igual que el hermano de Levia, guitarrista fiel y cantante de Sidecars.

A pesar de estar llegando al final del concierto, vivimos otro de los momentos de la noche, una versión del conocido tema de Los Rodríguez “Hace Calor”, recordando los conciertos que mantuvieron en Latinoamérica junto a Andrés Calamaro, más su correspondiente dedicación a Julián Infante. El guiño foráneo de la noche no recayó ni en los Rolling Stones, ni en The Beatles, sino en Metallica con ese “Enter Sadman” que condujo al grupo a abandonar el escenario.

Luego apareció Leiva con su guitarra para dar calor con “Vis a Vis”, luego vino “Terriblemente Cruel” y como no “Lady Madrid”, viviendo el mal tecnológico donde todo el mundo saca sus teléfonos móviles de última generación, viviendo al máximo este último tema como si no hubiera mañana.

Leiva, un tipo que cada día le vemos más delgado, es un genio innato, vive la música como ningún otro músico y despierta en mucha gente emociones en forma de melodías perpetuas.