COLABORACIONES
 Crónica
 
Valladolid Latino 2015
  26/06/2015     
  Fran Cea     
  Fran Cea
  Feria, Valladolid, Valladolid
www.insonoro.com

El pasado fin de semana se conmemoraba la décima edición del Festival Valladolid Latino, otrora éxito masivo e inversión municipal sin parangón en la ciudad, y que la crisis se ha llevado por delante reduciendo cada vez más el cartel  en lo referente a grandes nombres de la lista de superventas internacionales, (por aquí han pasado de Chayane a Juanes pasando por Bisbal, Paulina Rubio o Laura Pausini…sin comentarios), y cambiando el recinto del excesivo estadio de futbol a la explanada de la Feria de Muestras de la ciudad.

Lo positivo, al menos para quien escribe, es que en esta edición, dividida en dos jornadas, la organización decidió “rescatar” en el cartel la presencia de bandas de acento “rockero”, algo que ya existió los primeros años, y confeccionar una alineación en la que figuraban como ganchos Rosendo y Loquillo. Dejando para el sábado la parte más “pop” con Pablo Alborán o India Martinez.

Calor sofocante en las primeras horas de la tarde del viernes que junto a un horario demasiado temprano para una jornada laboral, impidió que los locales Sharon Bates tuvieran apenas una treintena de espectadores y a mi llegada, justo antes de que Rodrigo Mercado saltara al escenario, la cosa no era mucho mejor. El hijo del mito de Carabanchel presenta su primer disco (Puntualmente Demora)  y su estilo no puede ser más alejado del de su progenitor. Reggae y hip hop, ambos de ritmos relajados y rimas entre lo personal y lo social, que con la solana que nos estaba cayendo nos acercaba aún más al espíritu jamaicano de su sonido. Mentiras y El Alma Se Colma fueron los temas que más me gustaron en un repertorio quizás excesivamente lineal en lo musical y demasiado relajado para un escenario tan grande. Igual hubiera tenido mejor acogida en el cartel del sábado.

  
Rodrigo Mercado
 

Poco o nada conocía de la trayectoria musical de Mikel Erentxun más allá de su paso por Duncan Dhu y su primer disco en solitario, publicado ya hace casi 25 años, y sin embargo no me disgustó lo que vi. Primero porque la banda sonó recia y contundente, muy americana y menos british, adaptando los "hits" propios (el inicial A Un Minuto de Ti sonó casi irreconocible) y repasando los temas de su nuevo trabajo, Corazones. Agarrado a su Ephiphone de caja y con el Del Tonos Fernando Macaya al bajo y un enérgico y entregado Joseba Irazoki a la guitarra se arrimó a un electrizado folk rock/americana al que se llevó incluso el triunvirato final, recuerdos de Duncan Dhu, con las adaptaciones de En Algún Lugar, La Barra de este Hotel, y el colofón de 100 Gaviotas con la que la gente se dio por satisfecha.

  
Mikel Erentxun
 

Rosendo había tocado en el mismo recinto hace un par de años y la gente volvió a responder a su llamada. Es curioso cómo se podía distinguir claramente la "fisonomía" de quien había acudido para ver al Rosen y quien al Loco.

Acompañado de sus inseparables Rafa Vegas al bajo y Mariano Montero a la batería estructuró un repertorio en dos fases. Unos cuantos temas de su última época en la primera parte para abrir boca (Lo malo es ni darse cuenta, Date por dismulao, Muela la muela, Menú de la cuneta, Vergüenza Torera...) y un torrente de clásicos de primer orden (época Leño incluida) que, esos sí, encajaban más con la filosofía de un festival de público "variopinto" y que encendieron a los algo más de 2000 espectadores (una entrada baja para la magnitud del evento y el recinto) al ritmo de Corazón, De Que Vas, El Tren ("esta tiene más años que la luna" nos espetó), Por Meter Entre Mis Cosas La Nariz, una impresionante El Ganador, Masculino Singular, Flojos de Pantalón y un final precipitado, el tiempo se le echó encima, con Maneras de Vivir como hilo conductor de hermandad entre los presentes. Rosendo hace muchos años que no decepciona en concierto (puede gustar más o menos según la variable repertorio/gusto personal de los presentes) ni tampoco te ofrecerá el concierto que salve tu vida. Tiene canciones suficientemente reconocibles por el erudito y el profano y garantiza un buen show.

De las tres veces consecutivas que le he visto en los últimos años (Valladolid, Músicos en la Naturaleza y esta) me quedo sin duda con la última.

  
Rosendo
 

Tenía dudas si Loquillo asistiría respaldado por los Nu Niles, protagonistas de su último trabajo en solitario, o con su banda rockera (casi se me escapa y los llamo Trogloditas) y fue esta segunda la opción elegida, seguramente la más adecuada para un festi.

Loquillo se encuentra en una "segunda juventud" en lo referente a popularidad y su gira parece extenderse sin fin en los últimos años entre rotundos sold outs. Han sido varias las veces en que le he visto en los últimos tiempos y parece que el cantante está disfrutando de la radicalidad de su propio personaje. Cada vez más altivo, más chulo y más exagerado en las formas, se sintió a gusto recibiendo el baño de masas y desarrollando un repertorio bien balanceado entre trabajos de las últimas décadas (las posteriores al hiper reconocido "A Por Ellos..."), Linea Clara, Memoria de Jóvenes Airados, Cruzando el Paraiso...y sus "nuevos clásicos", El Hombre de Negro o la televisiva Feo, Fuerte y Formal. Con sus grandes "estándar" (Rompeolas, Carne para Linda, La Matare, Rock Suave...e incluso una bonita versión del Que Hace Una Chica Como Tu de Burning.

Sin embargo al concierto le faltó chispa y garra. La baja del veterano Jaime Stinus restó fuerza a la banda y ni siquiera un guitarra mayúsculo como Mario Cobo (titular en el reciente Código Rocker), algo fuera de lugar y extrañamente relegado en el sonido global, pudo arreglar. Por momentos los temas se ralentizaban en exceso (Rompeolas) y los arreglos no acababan de encajar (la guitar steel de Tatuados). Sin embargo la gente disfrutó, y de qué manera, con el improvisado karaoke de los temas más conocidos y con las maneras de un Loquillo cada vez más encantado de haberse conocido.

Buena iniciativa la jornada rockera del Valladolid Latino y esperemos que, cambios en la alcaldía mediante, tengan continuidad a ser posible con bandas que hayamos visto menos por estas tierras.

  
Loquillo
 
 Fotos
 
  
 
Rodrigo Mercado - Mikel Erentxun - Loquillo - Rosendo
 
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