COLABORACIONES
 Crónica
 
Resurrection Fest 2015 - Parte IV - Sábado
  18/07/2015     
  Karlos García     
  Karlos García
  Recinto, Viveiro, Lugo
  
www.insonoro.com

Llegamos a la última jornada del Resurrection Fest de Viveiro, con Korn como uno de los cabezas de cartel de este último día en el que el cansancio acumulado empezaba a notarse, por eso decidimos descansar por la mañana y pasar las primeras horas de la tarde por la zona de bares de la localidad, un sitio acogedor donde nos sentíamos como en casa.

Nos perdimos las primeras actuaciones del día, entre las más destacadas estaba la de Monuments, y por lo que nos contaron, fueron uno de los platos fuertes de las primeras horas, con tendencias progresivas y melódicas, en la línea de Sevendust, seguramente les descubriremos en breves en algún que otro festival.

A las tres y media cogimos el bus, para llegar al recinto justo para no perdernos el gran salto técnico que han dado la joven banda navarra Dawn of the Maya, una formación que descubrimos hace unos años en el prestigioso concurso musical Villa de Bilbao, con un sonido cercano al metalcore con prolongados cambios de ritmo y subidas y bajadas enérgicas, ideal para calentar el ambiente y acelerar al público presente, que por cierto, se hizo notar llenando más de la mitad de la carpa.

  
Dawn of the Maya
 

Rápidamente, al coincidir en horario, acudimos a ver a la formación barcelonesa de In-Mute, no quisimos dejar escapar la oportunidad de conocerles y verles por primera vez.

Capitaneados por Steffi y esas rastas pelirrojas, supieron comerse el escenario con patatas, gracias al desparpajo y gran nivel técnico que tienen, una formación redonda de esas que pueden lidiar cara a cara con las bandas internacionales, con un estilo que nos recuerda a los Arch Enemy. Recordar que fueron seleccionados para la batalla de bandas del Wacken Open Air el pasado año.

Su último Ep, “One in Million”, les ha servido para posicionarse entre las mejores bandas emergentes del país, una escucha salvaje que bien saben plasmar en los directos, sin fisuras. Temas como “Waiting”, que les sirvió para rodar uno de sus últimos videoclips, o “Out of Control”, provocaron el descontrol máximo formando wall of deaths, que a esas horas se convirtió en mortal y participativo.

  
In-Mute
 

Carnifex fueron los primeros del día que veíamos en el escenario principal, liderados por su cantante Sccot Lewis totalmente tatuado, incluido el cuello, siendo capaces de levantar por completo al personal que al empezar a moverse levantaron grandes nubes de polvo.

Banda muy técnica que se metió a la peña en el bolsillo con ese salvaje deathcore que atestiguan en su última grabación (de más de un año) “Die Without Hope”, que fue la pieza fundamental de su repertorio. En total tienen cinco álbumes de estudio y en la actualidad están catalogados como uno de los puntales internacionales de dicho estilo.

Pudimos escuchar en directo temas como “Dragged Into The Grave” o “Condemned To Decay”,que afilaban nuestros tímpanos, sin compasión.

  
Carnifex
 

Syberia, banda de rock instrumental de Barcelona, equilibraron la calma a esas horas de la tarde con sonoridades que laten con fuerza y calma a partes iguales, una melodía de sonidos progresivos llenos de auténtica belleza musical.

Banda que conocimos en una de las ediciones del Bilbao BBK Live y que pudimos comprobar que siguen mostrando una calidad innata fruto de la improvisación tras duras horas de trabajo en el local de ensayo, allí nos presentaron algunos temas de su debut discográfico “Drawinf a Future” y algún que otro adelanto de un futuro trabajo dejándonos la miel en los labios.

Skindred, otros que se metieron al público en el bolsillo al demostrar como la innovación de sonidos y su cierto acercamiento a lo comercial gusta bastante, con un líder (el de los desaparecidos Dub War, Benji Webbe) que demuestra una total capacidad para llevar a todos sus seguidores a su terreno.

Digamos que practican una especie de reggae mezclado con sonidos metálicos y bases techno, algo que te puede llamar la atención, y si a todo eso sumamos que fue un concierto festivo, la baza ganadora estaba de su lado. Temas propios y algunas covers que fueron metiendo dentro de su repertorio como el “Warning” de Prodigy o el “Sad But True” de Metallica, eso sí, ambas llevadas a su terreno.

En todo momento Benji dirigió el cotarro, poniendo al público de cuchillas y levantando los brazos constantemente removiendo el aire con sudaderas y camisetas, una complicidad máxima que pocas bandas han controlado en el Resurrection de este año, el aplauso final fue máximo!

  
Skindred
 

Fue una grata sensación descubrir a Ne Obliviscaris, una apuesta medio gótica y ambiental que tira hacia el lado progresivo con esos sonidos agresivos y guturales, con dos cantantes y dos confrontaciones de registros donde las melodías se envuelven en atmósferas y son alimentadas por esos sonidos de violín que tanto nos gustan.

Uno de sus cantantes hacía las labores de instrumentista, aportando un punto más a su propuesta musical de fuerte carga emocional, entre los temas que tocaron están los de su último disco “Citadel”, incluyendo en su repertorio alguna pieza instrumental con otras más desarrolladas con diversos cambios de ritmos, a resaltar “Citadel” y “Devour Me, Colossus (Part I): Blackholes”.

Llegó el turno de los alemanes más locos y divertidos que existen, Heaven Shall Burn, poseedores del más grande circle spit del Resurrection 2015 que rodeó la torreta donde se encontraba la mesa de sonido, formando unas carreras de fondo que duraron más de cinco minutos.

Un sonido metalcore con reminiscencias de heavy metal de toda la vida, capaz de llevarnos en volandas hasta la locura máxima con esos gestos y provocaciones varias de su cantante. Nos evadimos por completo de nuestro alrededor y pasamos unos de los mejores momentos de todo el festival.

Escuchamos “The Disease”, “Hunters Will Be Hunted” y “Voice of the Voiceless” entre otros, levantando pasiones, energía y versátil entrega.

  
Heaven Shall Burn
 

Tuvimos que elegir al final, y decidimos ir al empiece de los portugueses Moonspell, que estaban presentando nuevo disco “Extinct”. Allí vimos a un Fernando Ribeiro al frente de uno de los buques insignia de gothic metal de nuestro país vecino, activo desde el año 92 con esas canciones melancólicas que atraviesan los límites estratosféricos. Pero lo dicho, solo le vimos su comienzo.

Dog Eat Dog volvían ajuntarse, por eso no quisimos perder la oportunidad de reencontrarnos con ellos ya que la última vez que les vimos fue en la desaparecida Sala Jam de Bergara, Gipuzkoa, y años atrás en el Warped Tour que se celebró en la Plaza de Toros de Pamplona.

Sus canciones van a ritmo de sesión de vientos donde se halla un frenético saxofón calado de energía, tal como les recordábamos. Discos como “All Boro Kings” con su himno “No Fronts” o su segunda obra “Play Games”, supieron estar a la altura levantando por completo la carpa, que a estas alturas de la tarde estaba a punto de rebosar, la parroquia más alternativa se dejó ver en las primeras filas, botando sin parar al ritmo de sus temazos, y como no, cuando sonó la sintonía de “Rocky”.

Danko Jones fue el siguiente, un puro nervio sobre el escenario, con ese sonido rockero cien por cien donde se mantiene al nivel exigido, y todo, mientras el público coreaba “Dankojones”. Su nuevo trabajo “Fire Music” estuvo presente, un ejemplo del rock escandinavo a su máximo nivel interpretado por un trío que toca de cojones siempre que se suben a un escenario.

Chutes vibrantes y vigorosos que llegaban de la mano de “Do You Wanna Rock”, “Forget My Name” y “First Date”, para luego recibir sobre el escenario a los futuros visitantes del festival, una veintena de niños que estaban disfrutando de este evento en el Resukids, un divertido momento que seguramente nunca olvidarán, o a lo mejor sí, son niños.

  
Dog Eat Dog
 

Dark Funeral, otra de las formaciones extremas del festival que consiguieron taladrar nuestros oídos a golpe de degollados mensajes, una de las bandas estandartes del black metal, suturadores de agresiva agonía con versátiles riffs ejecutados a gran velocidad. A pesar de no ser acérrimos seguidores del género, lo tuvieron que hacer de vicio ya que fueron ovacionados constantemente por las primeras filas.

Los impulsores del chándal metal a nivel internacional, Korn, hacían acto de presencia para demostrar a todos los presentes porque llevan más de 20 años al pie del cañón, cifra redonda de la salida de su primer disco con aquella mítica portada de una niña columpiándose en un desértico parque, diseño que recobraron para adornar con un telón la parte trasera del escenario e indicar que en esta gira conmemoran el lanzamiento de aquel estupendo disco.

Riffs característicos que se dejaron ver desde el primer tema, cuando sonaron los acordes de “Blind”, que volvió a erizarnos la piel al igual de cuando la escuchamos por primera vez, lo malo, que por momentos nos aburrieron, algo desgastados sí que están, sobre todo su cantante Jonathan Davis.

El estilo de Korn quizás sea el culpable de sepultarles por completo, no sabiendo despuntar y llegar a algo más con sus últimas entregas, siguen viviendo de aquellos maravillosos años. Eso sí, sus temas significativos elevaron la temperatura del personal, sobre todo llegando a la recta final, donde Korn saco su trío de ases con los bises de “Falling Away From Me”, ”Here To Stay” y “Freak On a Leash”, dejándonos la cabeza ardiendo, al menos nos mantuvieron vivos por un rato.
La historia ya no da para más...

  
Korn
 

Behemoth y Fear Factory cerraron el festival, los primeros se vieron inmersos en polémica por la foto final, en la que sujetaron una bandera de España con el anagrama de la banda en el centro, su logo es un águila negra, y desde lejos parecía el aguilucho franquista, así que imaginaros la que se desató. Respecto a la música, demostraron que su black metal rugiente y sangrante en su más vertiente extremo, está dotado de gran técnica instrumental y pose ejemplar, en un concierto que nos cegó por completo, con esas luces que no paraban de palpitar en cada una de las noticas de desolación agonizante.

Al contrario fueron los Fear Factory, que llevaban la nota discordante del festival negaron el acceso al foso a todos los fotógrafos, una nueva demostración de soberbia y desprestigio hacia la prensa especializada, así que nosotros tampoco les daremos cancha en esta crónica.

Que sigan celebrando la gira 20 aniversario de su disco “Demanufacture” y que les den.. luego pedirán el apoyo de los medios para promocionar su gira de invierno...

Damos por terminado nuestro trabajo del Resurrection Fest, ahora sólo queda esperar para la próxima edición, porque algo es seguro y es que volveremos!!!

  
Behemoth
  
 
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