Un año más, y gracias a la intervención de Robert Mills y su promotora, teníamos de vuelta a Yesterday  & Today para su cita, ya habitual, en nuestros escenarios. Dave Meniketti y sus compañeros siguen embarcados en una gira sin fin que si bien utilizó como “pretexto” el aniversario de la banda o de alguno de sus discos talismán en ocasiones anteriores, para este 2015 simplemente se presentó como un concierto más de gira. Y es que no hace falta ninguna excusa porque, a estas alturas Y&T cuentan con una reputación y una base de fieles tal que van (vamos) a acudir a sus shows sin necesidad de pretexto.

Repetían concierto en el fantástico Escenario Santander, donde ya tocaron hace un par de años, y volvieron a gozar de un sonido y luces excepcionales para un repertorio que se extendió por encima de las dos horas y en el que volvieron a salir triunfadores.

Sin teloneros y puntuales salieron a escena y dieron comienzo a un concierto en el que la nota clave, una vez más, fue la emotividad en la interpretación. Con más de 40 años en el negocio y a pesar de haber interpretado alguno de sus clásicos en incontables ocasiones todo parece nuevo y fresco para ellos.

Empezaron con Hurricane, del mítico Earthshaker enlazándolo con algunas canciones más “arriesgadas” como Hard Times o L.A. Rocks ambas de su etapa en Geffen,  pero una vez que las notas de How Long (de su último trabajo Facemelter )  acabaron y comenzó Black Tiger (Y & T tienen tal cantidad de temas clásicos que no necesitan guardar todas sus gemas para el final del show) la sala entró en una ebullición que no cesó hasta el final del concierto.

El repertorio se modifica de tour en tour y van incorporando canciones que hace años que no interpretan, e incluso no tienen problema de saltarse el guion y atender peticiones de sus fans. En Santander lo hicieron cuando desde la audiencia les solicitaron Don´t Be Afraid Of The Dark o Rock And Roll Gonna Save The World (del fantástico In Rock We Trust) e incluso la banda preparó una sorpresa para uno de sus fans españoles más incondicionales y fieles, Nathan Jodar, que después de toda la gira española va a “perseguirles” con UK, interpretando Knock You Out, una rareza que hacía mucho no tocaban y que les había pedido.

Las canciones se alargan en los solos de un Meniketti que saca petróleo de su desgastada Gibson. Se emociona por momentos con algunos temas y se apoya en una banda que no le va a la zaga en calidad donde sobre todo destacó la increíble pegada de Mike Vanderhule a las baquetas que, sin aparente esfuerzo, dio un recital impresionante de cómo se toca la batería en una banda de rock.

Los clásicos no faltaron a su cita y sonaron Menstreak, Dirty Girl (donde ambos guitarras compartieron protagonismo en los solos),  Midnight In Tokio (estas tres enlazadas), la pluscuamperfecta I Believe In You, nuevamente con un fantástico solo de guitarra, Summertime Girls (lo siento pero sigue siendo mi “clásico menos favorito”) y un rush final con Rescue Me (personalmente de lo mejor de una noche que rozó el sobresaliente en todo momento), I´ll Coming Home y Forever, que una vez más cerró el repertorio y tocaron con la misma fuerza y sentimiento que hace 30 años cuando se publicó. Pero es que colaron entre ellos sin que el concierto se resintiera canciones de época actuales, como las muy recientes How Long o I´ll Coming Home o de los 90, etapa muy oscura para el género, como Hard Times, Cold Day In Hell (del Musically Incorrect) o Contagius.

Hay quien se queja de que sus visitas son demasiado continuas, creo que quien lo hace no acude a sus conciertos porque Y&T ofrecen un espectáculo real de auténtico Hard Rock por encima de las dos horas, con cambios de repertorios y una entrega que no se ve casi ninguna banda nobel. Dave Meniketti sigue cantando y tocando como siempre y además la audiencia le sigue respaldando. En lo que a mí respecta que repitan cada año, seremos muchos los que repitamos. Conciertazo.