Por fin nos quitamos esta espinita que teníamos clavada por no ver a Helmet en directo, su anterior gira, en el aniversario del disco “Betty” no pudimos verles ya que Madrid, Barcelona y Hondarribia nos pillaba a desmano, pero esta vez cuadramos agendas y el 18 de febrero les fuimos a ver a la Jimmy Jazz de la capital alavesa que tan bien nos acoge y que año tras año su programación es excelente, se nota que hacen bien los deberes, próximamente por allí pasará Ana Curra presentando El Acto, The Exploited, The Casualties, D.R.I. y un largo etcétera.. un lugar ideal para la música en directo, cómoda y de gran visibilidad, con dos platas y mucho rock!

La banda de New York liderada por el incombustible Page Hamilton a la voz, único capitán de la formación original, que pisaba Vitoria-Gasteiz con un nuevo disco bajo el brazo, “Dead To The World”, editado por el sello alemán Earmusic, con edición en vinilo trasparente que esa noche estaba a 25 euros y también en Cd, 15 euros, más camisetas y sudaderas que a más de uno le alegraron la noche al adquirirlas.

Desde el 89 llevan en acción, con ocho exitosos discos siendo Helmet una banda de culto para muchos de los seguidores de la música de los 90, gracias a trabajos como “Meantime” del 92 “Betty” del 94 y “Aftertaste” del 97. En el 98 anunciaron un parón indefinido y regresaron a los escenarios en el 2004, siguiendo su curso y editando nuevos discos en el estudio que les han mantenido vivos, y así, en octubre del año pasado y tras seis años de silencio, apareció “Dead To The World” tras las buenas sensaciones que nos dejaron en el 2010 con “Seeying Eye Dog”.

Como invitados a esta gira estaban los Local H, que por cierto, nos llevamos una grata sorpresa ya que no habíamos investigado nada de ellos antes del concierto, tienen un potencial en directo basado en un dúo de batería, guitarra y voz, atronando salvajemente las paredes de la sala vitoriana, con un sonido con cambios eléctricos, llenos de psicodelia y groove metal, tipo Lisabo, con grandes momentos como en el tema “Hands On The Bible” con la colaboración del segundo guitarrista, bajista y batería de Helmet, donde sincronizaron las baterías a las mil maravillas.

No pasaron desapercibidos, fueron perfectos para abrir la noche y calentar al público de la vieja escuela, que éramos muchos los que allí nos conocíamos de estar en mil y un batallas, digamos que el paso de Helmet por Euskadi era uno de los grandes acontecimientos internacionales de 2017.

Luego vinieron Helmet con sus 20 temas que tenían apuntados en su set list, banda capaz de erguir el más absoluto clímax de técnica de post hardcore, con melodías, acordes disonantes, distorsión y sobre todo improvisación por parte de su cantante y guitarrista, Hamilton, que nos dejó pequeños guiños de jazz y un gran sentido del humor dentro de sus diferentes estados de locura, se mostró tal como es, natural sobre un escenario y a veces hasta cómico.

El primer sopapo se produjo delante de nuestras narices, el primer tema de la noche fue un icono en su tiempo, “Unsung” del gran disco “Meantime”, un trabajo al que recurrieron sobre todo en la parte final con “In The Meantime”, equilibrando la gran selección de temas que todos esperábamos, incluido yo, que era la primera vez que les veía en directo. Tal vez Helmet sean una de las bandas reconocidas a nivel internacional que pocas veces ha visitado nuestro país, y mucho menos suelo vasco, la última si no recuerdo más en el 2009 en la Sanana 27 de Bilbao.

Pasando rápidamente a presentarnos y colocarnos alguno de los temas que forman parte de su último trabajo de estudio, un chute de energía dentro del tobogán de sensaciones que fue todo el concierto, pero hasta el ecuador del mismo no llegó lo mejor de la noche, y ya en el final, dentro de la improvisación, arriesgaron y ganaron.

“Life Or Death”, con absoluta agresividad, salió a escena, también de su reciente nuevo disco, como “Drunk in The Afternoon”, “Bad News” o “I Love My Guru”, nuevas cartas de post hardcore hacia un futuro prometedor, Helmet siguen militando sin hacer atisbo de grandes popularidades, son culto y sus seguidores, la gran mayoría, se calza más de 35 años, al menos esa podría ser la media de esa noche.

Un concierto con ritmo y técnica, Hamilton bien respaldado por excelentes músicos, artífices de movilidad, exprimiendo riffs y estados de electricidad hasta endemoniarse por completo, pero claro, su cantante lo dio todo, vivía intensamente sus canciones y todos nos fijábamos en él, incluso comunicó al público que no se podía fumar en la sala.

Otros momentos brillantes cuando recordaron sus trabajos “Betty” con “Milquetoast”, puro sopapo post hardcore donde los efectos de registros palpan un ornamento más tecnológico, con un “Wilma's Rainbow” inconfundible con esos riffs que le caracterizan y ese arrastre melódico que también vimos en “Tic”, otra buena muestra de lo que se hacía en el año 94.

Finalizando con un vuelco hacia la improvisación, con destellos personales y únicos gracias a “The Silver Hawaian”, dejando el pabellón a un más alto cuando sonaron los acordes de “In The Meantime”, don un Hamilton más participativo, interactuando con las primeras filas, regalando púas, haciendo muecas y jugueteando con el micrófono.

Un concierto en el que disfrutamos de un viaje de recuerdos, una banda que continúa su camino lejos de popularidades, pero dueños de una personalidad asombrosa, porque bandas como esta no llenan festivales, al menos en España, pero crean escuela. Y me pregunto, ¿no tendrían algún hueco en alguno de nuestros festivales?, porque seamos sinceros, siempre vemos a las mismas bandas.