Aunque mis planes para este día iban encaminados hacia otro evento desde hacia tiempo, reconozco que me entró una pereza importante por ir a un concierto de esos mayoritarios, donde sabía que no iba a disfrutar como en un evento más próximo a mis gustos.

Así que, como quien dice, me encontré de manera casual con este evento de los chicos de Elbereth en la Tribu de Maliaño, banda de cuyo nombre había oído hablar, pero no tanto su música, pese a llevar ya una dilatada trayectoria que abarca 12 años y 4 discos editados.

Y  para La Tribu nos fuimos a ver a los de Legazpi, con la tranquilidad que nos da el que en dicho local jamás se cumplen los horarios, lo que nos dio margen a tomar algo por las cercanías, una vez confirmado que no se iba a comenzar a la hora fijada en el cartel; el día que lo cumplan nos van a pillar en fuera de juego.

En torno a la 22.00 comenzó su actuación con “Lepoa moztu arte”, a modo de intro, mientras nos saludaban y nos animaban desde el minuto uno, arrancando plenamente su actuación con “Nikomedes”, igual que en su ultimo disco, llamado “Karma” y editado el pasado año, con mucha contundencia, para sentar las bases de lo que nos iban a ofrecer con esa mezcla entre Thrash Metal y el Metal de los 90.

Siguiendo con el concierto, igual que en el citado disco ,con “Doinu ilunak”, con ciertos sonidos a la escandinava, siendo un tema rápido y pesado a la vez, pero todo muy bien hilvanado y que fue seguido por “Patu beltza”, un autentico cañonazo y una demostración de calidad técnica que nos dejó  a todos maravillados.

Nos saludaron y nos comentaron que las anteriores canciones, todas ellas presentes en su nuevo disco, hablan sobre los verdugos, antes de empezar a desgranar algunas piezas de su anterior disco, “Itzalitako izarren lurraldea”, del 2012, comenzando con una pieza que hablaba sobre el fin del mundo y seguida de otra que hablaba sobre los banqueros y lo sometidos que estamos a sus decisiones; no reconocí bien los títulos de los temas por lo que me abstengo de ponerlos.

Se remontaron al 2009 con su segundo disco “Arimak pizturik dirau”, para interpretar “Sinismen galdua”, un temazo que cerraba dicho disco y que habla sobre esos indeseables que, bajo el armazón de ser sacerdotes, abusan de  niños y niñas.

Se les notaba muy a gusto y muy cercanos, con continuas arengas a Maliaño y a Santander, para seguir con “Azken Bidaia”, tema que tiene publicado en su bandcamp poco después de editar su último disco y que trata sobre el drama de esa gente que muere cruzando el estrecho en busca de un mundo mejor.

No dejaron de animarnos y de pedir nuestra colaboración, especialmente en “Noraezean”, un temazo presente en su último disco y muy propicia para que nuestros cuellos no parasen de moverse y para cantar con ellos.

Tras un ligero relax para tomar aire y refrescarse, siguieron con “Desioen kartzela”, otro temazo que estaba presente en su anterior obra y que cuenta con un magnifico trabajo de las tres guitarras y es que aún no lo he comentado, pero la banda cuenta con 3 guitarras que hacen un papel fantástico, con una sección rítmica que suena como un cañón y una voz que trasmite mucho y que me encantó.

Comenzaron a despedirse y nos anunciaron que iban a tocar un par de canciones de su segundo disco, siendo la primera “Gorroto”,  o como ellos dijeron “un roto, la chupa” , un gran tema que se acelera al final, para despedirse, en principio, con “Itzalak leihoetan”, tema que en el disco contó con la colaboración del gran Brigi de Koma a la voz y que hablar sobre el desastre de Chernobyl.

Sin embargo, los presentes, que en una buena presencia poblábamos La Tribu, estábamos muy a gusto disfrutando de la banda, por lo que, ante nuestra insistencia, volvieron a interpretar “Noraezean”, con la que, ahora si, dieron por concluida su actuación tras poco más de una hora.

Mientras nos hacíamos con algún material de su puesto de merchán, pudimos charlar con la banda que se mostró, como lo había hecho durante todo el concierto, muy cercana y humilde, agradeciéndonos nuestra asistencia y nuestros aplausos.

Elbereth dieron un concierto que se nos hizo muy corto, pero muy intenso y demostrando que su sonido, mezcla de sonidos de diferentes épocas, con toques personales y en ese idioma tan adecuado para esta música como es el euskera, suena muy bien en directo.

Habrá que seguir la pista a esta banda, a la que esperamos volver a ver en poco tiempo para disfrutar de una velada como esta.  

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