El sábado 10 de Marzo tuvimos el placer de asistir a lo que ya es uno de los festivales consagrados en Sevilla, hablamos del Palacio Metal Fest, que celebraría ya su cuarta edición, y donde vamos comprobando año tras año el crecimiento en organización y nivel de las bandas seleccionadas para el cartel. Por las inclemencias del tiempo y su mala previsión para el sábado, unos días antes se comunicaba que el recinto donde se celebraría el festival no sería en su lugar habitual, una carpa en el Parque de las Marismas, sino en el Pabellón Jesús Navas, igualmente en los Palacios, y es que el viento que azotó durante todo el día y las lluvias, sólo dejan ver la buena previsión que hubo por parte de los organizadores. Este cambio repercutió en que el sonido no fuera el deseado por todos, ya que dicho pabellón era muy grande, con mucha altura y recubierto de madera, y la reverberación era constante, saturando en ocasiones mucho el sonido. También horas antes se nos comunicaba que uno de los grupos que formaba el cartel, “Abductum”, se caía de él y en su lugar se subirían a los escenarios los sevillanos “Marabunta”.

Puntuales a la apertura de puertas fuimos desfilando para dentro para asistir al primer concierto del día, Pandemia, banda proveniente de Cantabria y con un estilo thrash clásico, deleitó a mucho de los allí asistentes, sin duda creo que fueron unas de las revelaciones de la noche, quizás para muchos eran desconocidos y dieron un gran concierto. Formando con Rober a la guitarra y voces, Eder a la otra guitarra, Tatu al bajo y Rubén a la batería; Vienen con grandes noticias para la banda, pues a parte de haber sacado “Behind Enemy Lines” en Febrero de este año, han anunciado una gira por algunas ciudades europeos, lo cual seguro que será un gran escaparate. Su setlist estuvo compuesto principalmente por canciones de este último trabajo, empezaron con “Running out the hope”, seguido de “Suicide Squad”.

Aunque en el momento del concierto todavía no se contaba con una asistencia muy numerosa, el público allí presente estaba igualmente entregado. “Behind Enemy Lines”, “Pandemia”, “Signs of Life” fueron algunas más que tocaron durante su concierto. Para la tralla final dejaron “Aggressions Desires” y un genial cover de “Arise” de Sepultura.

Sin mucha espera saldrían a escena los sevillanos Marabunta, con Alberto Olea a las voces guturales, Manuel Ruiz defendiendo la parte más rapera de la banda, Renato Alvarez y Jose Miranda a las guitarras, Alejandro Herrera al bajo y Mariano Piedra a las baquetas. Su música, de estilo Hardcore con tintes de Rap y letras guerrilleras son familiares en Sevilla, puesto los hemos podido ver en varias ocasiones. “A media Verdad”, “Rutina”, “Enterrado vivo” y “Gusano” fueron las seleccionadas para comenzar el concierto y calentar al personal, que ya algo más numeroso, no llegaba a la cifra que se registraría en los siguientes shows. Muy buena entrega por parte de la banda, que lo dieron todo desde el minuto 1, y fueron muy activos y dinámicos. “Hecatombe” y “Cobarde” fueron algunos temas más que pudimos escuchar por parte de Marabunta.

El sonido no le acompañó y no fue el mejor de la tarde, como hemos comentado antes, con el cambio de lugar y lo prematuro de su inclusión en el cartel, suponemos que pudo pasar factura, aunque fue suprimido con actitud y buen hacer encima del escenario.

Llegaría ahora el turno de uno de los grupos más veteranos del festival, y del panorama nacional, ellos son los valencianos Zarpa, con su incombustible líder Vicente a la guitarra y voz, Serafín a la otra guitarra, Vicente Romero al bajo y con Miquel a la batería, sustituyendo a Bienve que por motivos personales no pudo acudir al concierto. Con un repertorio lleno de clásicos de la banda iban a contentar a todo el público; Empezarían con “Buscando un nuevo mundo”, de su trabajo de estudio  “Dispuestos para atacar” (2016), al igual que la siguiente, “ “Corazón eléctrico”. Al igual que pasó con las anteriores bandas, el sonido no fue el mejor, las guitarras se escuchaban poco nítidas y saturadas, y la voz no terminaba de sonar clara.

Continuaron el repertorio con temas como “Los defensores del Rock”, “Llega el Castigador”, un muy coreado por el público “Fantasía”, y para acabar, como es costumbre en sus conciertos, sonó “Herederos de un imperio”, tema que da nombre al disco el cual previamente Vicente nos recordaba la anécdota reciente que tuvo lugar en un famoso concurso de televisión, donde el concursante no ganó el premio final por no acertar con el nombre de la banda.

Los siguientes serían los vascos Vhäldemar, que con su reciente y exitoso trabajo de estudio “Against all King” (2017) van a recorrerse durante este 2018 gran parte del territorio nacional y con alguna salida al extranjero como Japón, y está bien merecido porque sin duda su último trabajo es arrollador. Es de justicia decir que sin ser los cabezas de cartel, para mi su concierto estuvo arriba del todo, por como sonaron y su entrega fueron sin duda los “vencedores” de la noche, por varios puntos...

Y es que desde el primer momento con “Metalizer”, la banda del genial frontman Carlos Escudero, dejaron claro que su concierto se escribiría en mayúsculas. Completando la formación estaba a la guitarra el co fundador (junto con Carlos), hace ya 20 años, Pedro J. Monge; Raúl Serrano al bajo y Jandro a las baquetas. La primera parte del setlist estaba compuesto principalmente por temas de su último trabajo, pudimos escuchar “1366 (Old King’s Visions Part V)”, “Against All Kings”, “I Will Stand Forever” y “Howling at the Moon”.

Luego tuvimos un repaso a temas de su discografía como “Bastards”, donde previamente antes de empezar Carlos fue mencionando y acordándose de algunas personas y su estilo de vida y coreando junto al público el título de la canción.  “River of blood” extraído de “Metal of the World” (2011) al igual que la anterior. Para el final dejaron los temas “Lost World” y “Energy”. Como he mencionado antes, creo que fue el grupo que mejor sonó a nivel técnico y sin duda tuvo una gran conexión con el público durante todo el concierto, destacar el momento en el que Oscar se paseó por todo el recinto cantando con los asistentes y subiéndose incluso encima de la barra del bar; Todo un acierto el haber contado con esta banda para la edición de este año.

Desde Alemania, llegaba Debauchery, que pisaban suelo español por primera vez, donde harían también una mini gira. Una banda de estilo Death metal, y que puja fuerte por la puesta en escena, cosa que se agradece, caracterizados con máscaras y armaduras llenas de sangre, con telones de fondos y un universo creado para la banda. Un trío formado por Thomas "The Bloodbeast" Gurrath a la guitarra y voz, Dennis “The Bloodpriest” Ward al bajo y por último a la batería, Oliver “The Bloodhammer” Zellmann; y cuyo último trabajo vio la luz en 2016 “Thunderbeast”. Pudimos escuchar temas como “Warmachines at War”, “DemonSlayer”, “KillerBeast”, “Back In Blood” y “Vampire Holocaust”.

Escuchando sus discos de estudio, quitando la voz, en ocasiones parecen un grupo de Hard Rock o Heavy Clásico, pero en directo sonaron más contundentes. Buen concierto el que ofrecieron los germanos, que sin rozar la perfección, dejaron buen sabor de boca a los asistentes.

Ahora tocaría que se subieran al escenario, desde Grecia, y como cabezas de cartel, Suicidal Angels, que se han convertido en los últimos años en uno de las bandas de Thrash Metal más reconocidas de Europa, presentando su último trabajo de estudio “Division of Blood”(2016). El cuarteto formaría con Nick a las voces y guitarra, Gus a la otra guitarra, Angel al bajo y Orfeas a la batería. Vimos un concierto corto pero lleno de temas contundentes y rápidos, muy bien ejecutados y donde el público no paró de moverse en medio del escenario donde tuvo lugar incluso un “Wall of death”. Nos dejaron cortes como “Capital of War”, extraído de su último disco. “Bloodbath”, “Reborn in Violence”, “Seed of Evil” fueron algunos más que sonaron. La banda demostró estar en un gran momento de forma y cumplieron con creces, las guitarras sonaban muy bien y la voz era potente pero sin comerse los instrumentos. Como temas finales sonaron “Moshing Crew” y “Apokathilosis”.

Por último, para poner el cierre final a la cuarta edición del festival, llegarían desde Barcelona, Bellako. Formarían con Rober a las voces, Roy y Paltrut a las guitarras, Payan al bajo y Carlos a la batería. La banda presentaría su último disco de estudio “ Extinction” (2016). Buena puesta en escena , donde pudimos ver desde el principio que la banda de Rober y los suyos salieron a darlo todo sobre el escenario. Decidimos marchar a mitad de concierto puesto que las piernas empezaban a fallar y aún quedaban bastantes kilómetros de coche para volver a casa, pero lo que pudimos ver nos dejó un gran sabor de boca y estamos seguro que con la proyección que llevan podremos verlos en más de una ocasión.

Grandes bandas las que han pasado por esta cuarta edición del Palacio Metal Fest, donde me gustaría destacar Pandemia, un grupo que no conocía y que me encantaron y Vhäldemar, que como dije anteriormente, fueron con diferencia la banda que mejor sonó y mejor concierto dieron. El sonido en líneas generales no fue bueno, pero hay que achacarlo a que el recinto no era el previsto ni el idóneo, y lo prematuro del cambio, entra dentro de lo normal. La otra pega a poner y que si me parece mejorable y de fácil solución es el tema de las luces, sigo sin entender como puede un festival (y muchas salas) estar el 90% del tiempo con una luz tenue fija roja o azul oscura, el día que las salas y organizadores se den cuenta de lo importante que es una buena iluminación saldrán ganando los medios (porque harán mucho mejor su trabajo), las bandas porque tendrán un reportaje como unas fotos promocionales mucho mejores, el propio festival, porque su publicidad fotográfica será de mucho mejor calidad que si todas las fotos son en blanco y negro y oscuras, y por supuesto el público, que no es lo mismo estar mirando todo el concierto y no ver apenas nada, que ver bien a la banda y poder apreciarlo todo.

Dicho los aspectos del sonido y las luces, la organización fue de 10, como nos tienen acostumbrados, y que se intente respetar al máximo los horarios también es algo que agradecemos enormemente. Se contó con una muy buena asistencia y estamos seguro que si siguen haciendo las cosas así de bien tendremos festival para muchos años.