Homenaje Lupe - Vulpes
29/11/2.003 - Parque Rekalde - Bilbo (Bizkaia)
 

 Fotos: Jorge Palacios // Crónica: Bego - Vulpess

   

Al menos una docena de grupos y alguna otra sorpresa ofrecieron a un público, que abarrotaba la plaza y los alrededores, un concierto al viejo estilo. Crestas, cuero, pinchos, pelos de colores, algo de nostalgia y mucha marcha.

Nueve de la mañana. Suena el despertador y pienso: arriba, ¡hoy es el día! Estoy tranquila, casi relajada, porque el torbellino de sucesos de las semanas previas al concierto se va disipando. Han sido días de decisiones rápidas, cambios de planes a última hora, mucha presión de la gente que se había quedado sin entrada y que estaba dispuesta a traspasar la puerta del gaztetxe como fuera.

¿Y si se lía y ocurre alguna desgracia? ¡Lo cambiamos a la plaza! ¡Popularizamos el concierto! ¿Y la gente que ha pagado, qué? ¡Bah! Lo entenderán, ¡sólo son cinco euros!

 

Se dispara el presupuesto. Más watios, más gastos. No importa, ¡palante! Listo para sentencia. Que pase lo que tenga que pasar. Esto es punk y siempre nos ha gustado el riesgo ¿no? Subo en el bus de Rekalde y al fondo veo gente que seguro va al concierto. Un tío me mira de modo insistente y al fin se acerca. Oye perdona, ¿Tu tocas el bajo en un grupo?

Le miro, se me va la mano hacia su cara y le acaricio el rostro mientras digo ¡eres Manel! (guitarrista de Decibelios y compañero de nuestra Lupe durante unos cuantos años). Y le doy un par de besos emocionados. Es sólo el principio. Hoy será un reencuentro para todos y cada uno de los que asistimos. Viejos amigos y amigas que compartimos mucho ruido y muchas fiestas juntos .Llegamos a la plaza de Rekalde.

Todo el montaje en marcha y algunos punkis sentados por ahí esperando las cuatro horas que aún faltan para empezar. Más gente, más besos y calurosos abrazos.

 

El gaztetxe de Kukutza (organizador del concierto) ofrece una comida a los grupos y allí nos encontramos por primera vez los que vamos a tocar. Todo va bien. Son casi las seis y ya ha oscurecido. La gente ha estado llegando durante todo el día. Vienen de todos los puntos del Estado y de Euskadi. También han llegado autobuses de distintos países europeos. ¡Es increíble! Los bares de las calles adyacentes a la plaza rebosan de gente.

Todo el mundo está contento. Empiezan a caer las primeras gotas de un sirimiri que no dará tregua durante casi todo el concierto, pero nadie parece notarlo.

Las crestas se mantienen en alto. El ambiente empieza a animarse con los primeros acordes de O Jarbanzo Negro. A ellos, por ser los primeros, les ha tocado probar sonido para todos. Controlamos el reloj porque el tiempo nos tiene controlados a nosotros. El permiso del ayuntamiento es hasta las once, luego se cortará la luz. Tenemos quince minutos por grupo. Hay que respetar esto para que podamos tocar todos. Todo empieza bien.

 

 

Tras el primer grupo que templa al personal pasan 4 Teen Killers y Cool Spiders. Sube al escenario La broma de Satán. Para entonces la plaza está que arde. La gente conoce los temas y los corea, ‘‘Baila pogo sobre un nazi’’, ‘‘Terrorismo autorizado’’ agitan a cientos de personas de diferente edad pero que comparten una misma inquietud.

El punk rock no ha muerto, yo lo vi allí, creo que todos sentíamos lo mismo. Sentíamos que era un concierto como los de antes, nos sentíamos despiertos y revivíamos momentos con cada tema que escuchábamos. Y llegó Eskorbuto. Sus canciones son símbolos, todos las conocen y esas no se cantan, se escupen con rabia contra el sistema.

 

Le siguen la UVI, los Segis y MCD. Una plaza abarrotada descarga adrenalina en un ambiente cordial y sano bajo un sirimiri benévolo que no se convirtió en chaparrón, aunque a alguien ya le cayó algún katxi encima...

Manel (Decibelios) toca tres temas melódicos dedicados a la homenajeada Lupe que relajan el nervio de muchos el tiempo justo para dar paso a La Xeta Pasote. Una banda femenina que con una feroz Belén a la voz se encarga de dejar más de una boca abierta. Esto va cada vez mejor. Son alrededor de las nueve cuando subimos a tocar. Vulpes se pone en marcha. Hay nervios pero son sanos y dan fuerza. Me acerco al micro y veo claramente a la gente. Están iluminados Tenía el recuerdo de un público más perdido en la sombra y sin embargo los veo y los siento muy cerca

 

 

Mucha gente conocida y muchas miradas expectantes. Para nosotras es una gran responsabilidad. Queremos hacerlo muy bien y para eso nos lo hemos ‘‘currao’’. Son veinte años, dieciocho desde el último concierto juntas.

Escucho mi voz diciendo ¿Queríais Vulpes? ¿Pues aquí tenéis Vulpes? y el bajo comienza a marcar los acordes de ‘‘Inquisición’’. No entro en los detalles técnicos ni en cómo lo hicimos. Eso preguntar a quién estuvo allí. Nosotras disfrutamos con lo que dimos y con lo que recibimos. Todo fue rápido. Aún con el eco de “Me gusta ser una zorra” en los oídos me descuelgo el bajo.

 

Me tropiezo en el escenario con Txerra (RIP) que se sienta a la batería con The Cagas. Evaristo a la voz en su arrasador estilo escupe ‘‘Dios salve al rey’’ versioneando a los Sex Pistols. La gente está entusiasmada ¿alguien se acuerda de que lleva horas lloviendo? Hasta se agradece...

Motorsex nos hace esperar un poco. Bernardo el batería es zurdo y hay que cambiar algo pero no da tiempo a quedarse frío. En unos segundos ya tienen al personal botando al ritmo de ‘‘Soy un animal’’. ¿Que nos queda? ¡Ah sí!, una sorpresa... Sube al escenario Roberto Moso (Zarama) con Motorsex y nos dejan flotando en la plaza de Rekalde la vieja y conocida melodía de ‘‘Todo marcha bien’’. ¡Ya lo creo! Y tú Lupe con nosotras...

El punk no ha muerto o ¿acaso no estuviste en Rekalde?