Dr. Sapo + Albertucho + Los Reconoces
09/12/2.005 - Sala Bilborock - Bilbo (Bizkaia)
 

 Fotos: Jorge Palacios // Crónica: María Gómez

 
DR. SAPO
 
 Loquillo
 Loquillo
 Loquillo
 Loquillo
 Loquillo
 Loquillo
 Loquillo
 Loquillo

Otra noche más nos sumergimos en la magia de la música, esta vez de la mano de Dr Sapo, Albertucho y Los reconoces. Era 9 de diciembre y hacía un frío de cojones (ya se sabe, “va a llegar la navidad”), pero daba igual, porque este era uno de los conciertos que siempre tienes en la cabeza pero que nunca has podido vivir. Así que por fin íbamos a cumplir un sueño, ver a estas tres pedazo de bandas juntas y en vivo. Por fin tendríamos la oportunidad de conservar para siempre en la memoria aquel día.

Pensábamos que asistiría muy poca gente, por eso del puente de la constitución, no por nada más, ¿eh?, aunque la ocasión lo merecía y con creces... me alegro de haberme equivocado. La bilborock estaba bastante llena, sobretodo con los dos primeros grupos. Pienso que al igual que nosotros, mucha gente no quiso desaprovechar la ocasión de ver durante casi una hora a cada una de las bandas. La verdad es que era perfecto, porque así no se hacía ni corto ni largo. Digo esto teniendo en cuenta que no son grupos para pegar botes y el cuerpo se resiente ¡jejeje!... Como en la vida tienes que saber lo que vas a ver, y aunque no era un momento para desfogarse dando brincos, sí que lo era para corear a viva voz todos sus temas y para ver descargarse arte en estado puro, saber hacer y muchas tablas.

Al primer grupo de la velada no le habíamos visto nunca, así que después de machacar su “Al tran tran” en innumerables ocasiones, estábamos ansiosos por saber cómo se desenvolvían en un escenario.

Ya habían comenzado su actuación cuando llegamos, pero daba igual, todavía quedaba mucho por delante. Nada más entrar vimos al cantante jugando con un sombreo cow-boy al más puro estilo cabaretera (sin rencores, ¿eh?) ;)

Este grupo fue el que más me motivó y me enganchó, quizá porque no había disfrutado nunca de ellos. A pesar de sólo contar con un disco en el mercado se notaba que sabían lo que se hacían, se les veía compenetrados, se apreciaba que disfrutaban, y consiguieron animarnos durante todo el rato. Bueno, aunque también es verdad que no lo tenían demasiado difícil, porque ¿quién no va a mostrar entusiasmo con los temas que te ofrecen?.

Tocaron todos los himnos de su disco, si no recuerdo mal. Me da un poco de vergüenza decir esto, pero parece increíble que el cantante tenga esa voz que tiene. No sé, te lo esperas más de tíos que miden casi dos metros...

Que el cantante fuera alto o bajo era lo de menos... Lo importante es que los temas se marcan a fuego en tu mente cuando los oyes “in live”, así que hoy, mañana, y siempre, cuando deje la mente en blanco sé que se me escapará alguna estrofa de “Los calzones”, “Si mi sol”, “Canciones de papel” o “Taka taka”...

 
ALBERTUCHO
 
 Bunbury
 Bunbury
 Bunbury
 Bunbury
 Bunbury
 Bunbury
 Bunbury
 Bunbury

Albertucho se subió, con su larga bufanda que le llegaba hasta los pies, a cantar un tema con ellos, pero no os voy a engañar, sinceramente, no me acuerdo de cuál era. Después se despidieron no sin antes presentar a toda la formación.

Luego le tocó el turno a éste, imaginaros cómo le recibió el público. Es todo un artista que casi no requiere ni presentación, para mí es un genio musical, porque cuando escuchas sus temas te contagian una alegría especial, te atraen de una manera distinta a como lo hacen otros muchos músicos...

El poeta nos brindó las canciones que ya conocemos como “Descuida”, “Mi conciencia”, “Vivir viviendo”, “Basura en la que nacen flores”, “Frío”, “El pisito”, “Mi voz”, “Matanza de almas”, “Mi estrella” y “El ángel de la guarda” (con la que cerraron); perteneciendo todas a su primera creación “Que se callen los profetas”.

Aparte de todos estos, también disfrutamos de un adelanto de su nuevo trabajo, con composiciones que en directo no suenan nada mal. Visto lo visto, la espera hasta Febrero se hará eterna. De éste nos deleitaron con “La persiana”, “Triana”, “Pelos de gato”, “El país de los televisores” (que me llamó mucho la atención) o “No existe el viento”.

Y además, por si esto fuera poco, nos ofrecieron una versión de los míticos Barricada.

Es una de esas formaciones que en directo ganan un montón, le imprimen más ritmo y aceleración a los temas, con la voz te quedas flipadísima, no te cansas ni un momento, en fin, ¿qué más se puede pedir?...

También sé que salió el cantante de Dr Sapo con ellos pero del tema ni idea. Me tendré que empezar a llevar una libreta porque ando fatal de memoria.

Para finalizar también se presentaron todos, a los que, por supuesto, aplaudimos fervorosamente, de la misma manera que a los anteriores.

 
LOS RECONOCES
 
 Bebe y la Caravana Gitana
 Bebe y la Caravana Gitana
 Bebe y la Caravana Gitana
 Bebe y la Caravana Gitana
 Bebe y la Caravana Gitana
 Bebe y la Caravana Gitana
 Bebe y la Caravana Gitana
 Bebe y la Caravana Gitana

Cerraban Los Reconoces. Ardua tarea, porque los demás habían puesto el listón muy alto, pero estábamos seguros de que saldrían airosos y nos dejarían muy satisfechos.

La pregunta era clara y la respuesta también, ¿cómo no les íbamos a reconocer?... Es casi imposible no quedarse en la memoria con esa voz tan peculiar, con esos coros, con esa maestría, con esa maña que se dan, tanto fuera como dentro de los escenarios, con ese derroche de energía...

Tocaron muchos de sus temas, entre los que destaco “No creo nada”, “Miel”, “En balde”, “La caja tonta”, “La risa” (durante la cual se presentó la formación), “Cráneos privilegiados”, “Contratiempos inertes”... Todo esto para después cerrar con la archiconocida “Me lo guiso como puedo”, convertida ya en toda una manera de presentación del buen hacer de Los Reconoces.

Su actuación me pareció impecable y excelente, lo reconozco, lograron culminar una noche perfecta de la mejor forma posible.

Y después de tres horas increíbles nos marchamos a casa más contentos que unas pascuas.