A todo grupo le llega el momento de editar ese disco en el que por fin todos los elementos encajan a la perfección y se crean las condiciones adecuadas para situarse a un nivel superior. Con "El Lamento del Diablo", posiblemente a los albaceteños Centinela les haya llegado el suyo. Un octavo trabajo en el que regresan a su trayectoria rectilínea inicial, desprendiendo un sentimiento identificativo que los distingue de sus congéneres, penetrando y dejando su poso en el oyente con ese cariz tan propio de una formación clásica de heavy metal. Uno de esos discos que no te cansas de escuchar por su carácter adictivo, la extraordinaria labor desempeñada en las guitarras, ritmos y voces, una solvencia más que demostrada, buscando incesantemente una personalidad reconocible.
En el aspecto meramente musical lo que percibimos es que la banda ha alcanzado un mejor sonido, cuidando muy pormenorizadamente los matices guitarreros y gama de intensidades.
De primeras nos encontramos con temas de entrada directa, "La Última Canción" y "Valor", cargados de cambios de ritmo, detalles, fuerza y melodía, los cuales van dejando constancia del estado de gracia por el que el grupo atraviesa, un mejor tratamiento a todos los niveles, en particular su vocalista José Cano, que expande con precisión y antojo sus impresionantes cualidades vocales. Siguiendo con la escucha, comprobamos que también hay lugar para la variación, detalles bien distintos para no encasillarse en una estancada banda de heavy metal a la vieja usanza, desplegando líneas de guitarra progresivas en "Me Verás" y unas rítmicas casi thrashers que te hacen apretar la mandíbula para dar el contraste preciso a unos pasajes expansivos atmosféricos en "Mi Ruta Secreta", junto a grandes anzuelos como "Mi Ruta Secreta", "Arde El Tiempo" o "Tres Diablos", himnos de arranques instrumentales largos y de contrastes que aflorarán en las gargantas de sus fieles seguidores y que tampoco podrán resistirse de caer en sus redes aquellos que hayan crecido escuchando los grandes grupos de heavy metal de todos los tiempos.
De todas formas, no es una banda que se remita a unas normas de comportamiento marcadas, tenemos ejemplos de como estirar más las posibilidades en el terreno musical, bondadosos matices hard-rockeros en "Lo Mejor De Mi" y una desnudez sonora casi absoluta como vía para una introspección, impregnado de un sentimiento vitalista que se hace palpable a través de su vocalista "Hay que caer, para aprender a levantarse y así no rendirse, sino continuar". Lo he dicho siempre, la clave no se trata de buscar una originalidad forzada, sino de exprimir la propia personalidad. Centinela siguen demostrando a cada paso que creen en lo que hacen, que siempre hay algo que ofrecer en la música para que te sigan considerando en razón a tus propios méritos. Que el mundo no quiera escucharles es otro cantar
11/02/2016 
Mikel García @Mikel_insonoro 
