COLABORACIONES
 Reseña
 
Ángel Stanich "Antigua y Barbuda"
  29/11/2017     
  A. Makeda
 
Bienvenidos a las aerolíneas Stanich, el comandante Ángel y su tripulación; Víctor L. Pescador (guitarra), Lete G. Moreno (batería) y Álex Izquierdo (bajo) nos invita a un viaje sin igual. Antigua y Barbuda, esa isla ubicada al norte de las Antillas Menores en el Mar Caribe, sirve como nombre para este viaje, el cual se orquestó este verano en los estudios Revirock (Dani Alcover).
 
Parido detrás ese pelo fosco y esa barba cenobita, se grabó tocando todos juntos al son de ritmos lisérgicos, ironía y sonidos fronterizos, misma receta que ya encerraba toda su discografía. Volviendo a contar con la mano magistral de Javier Vielba (Arizona Baby, Corizonas) a la producción.
 
Despegamos y comenzamos este periplo con "Escupe fuego", un himno consumado, dado si has asistido a algún concierto del amigo Stanich lo habrás escuchado. Un medio tiempo instruido por un ritmo rocanrolero, predominate en todo el disco, que iluminan la senda de este éxodo, descubriendo una historia de desamor épica.

Y mientras nos seguimos separando de la tierra, suena "Más Se Perdió En Cuba" un folk trabajado, con dos partes diferenciadas, la primera un teclado místico y la segunda con un línea de bajo demoledora, de menos a más, siendo una oda pesimista de que las cosas pueden ir a peor.
 
Empiezan las turbulencias del viaje con "Mátame Camión", el Hit del disco, la canción de la que todo el mundo habla. Primeros guiños a la música electrónica combinada con ese sonido contundente, irónico y sátiro hacia la crítica musical… Lo tiene todo para no parar de escucharla.
 
Volvemos a la calma que regala "Galicia Calidade", oscura, con comparaciones a otras maravillas del mundo descubrimos tierras Galegas. Riff de guitarras que empastan con los monosílabos, el final se antoja "momento festivalero" que desde el primer acorde, pondrá en pie a toda la Plaza Del Trigo y su Sonorama correspondiente.

En la mitad del trayecto, encontramos "Un Día Épico", el cual ya pudimos escuchar en su Ep anterior, supone una vuelta a su primer disco, guiños a Janis Joplin, Bukowski y demás referencias de la cultura universal.
 
Y como no hay peregrinación, en la que no aparezca alguna referencia a todopoderoso, somos iluminados por la "Casa Dios" que bien podía ser una prolongación del Oustsider. Desde los Campos de Criptana hasta el templo de tu carne, cabalgando en esa voz rasgada y melodía constante.
 
Pasamos al Ritmo machacón, es turno de girar y girar con "Hula Hula", la más electrónica, las más reveladora gracias a la frase "-Prefiero ser Bob Dylan que Manuel Campo Vidal-", novedosa inclusión de vientos tan necesarios es este tema caribeño.

"Camaradas" es la parada más loca de esta excursión, hacer el amor delante de un retrato del caudillo en plena transición... Acaso el apodo como el artista más raruno que ha parido la escena indie estatal, no es para nada gratuita. En "Le Tour `95" proseguimos la expedición en bici, la soledad del corredor de fondo a ritmo pegadizo y atropellado cual etapa de montaña de la ronda francesa.
 
Momento de descanso íntimo en esta odisea, con "Rio Lobos" encontramos una pieza con pocos elementos musicales pero tremendamente enriquecida, que bien podía haber silbado el maestro Bowie.
 
En "Cosecha" coronamos el viaje, que comenzamos por los aires, ahora llega el momento de tocar el suelo. Menciones terrenales a golpe de arco de Chelo nos despiden un disco que es para los sentidos, como el Peyote para los chamanes, un viaje para encontrar el Mezcalito del indie.
 
www.facebook.com/angel.stanich.oficial
 
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