El rock lisérgico resurge de la mano de Mirloblanco con la salida de su segundo trabajo "Reinas Salvajes", power trío formado por Fran Sánchez (guitarra y voz), Kike Novillo (batería y coros) y Lorenzo Becerra (bajo, sintes y coros).
Diez nuevas canciones grabadas, mezcladas y masterizadas por Javier Becerra en Estudios P.P.G de Illescas (Toledo), con un gran trabajo de artwork de portada de la mano de Analia Quintana, donde dos cuervos negros y la embrujada cara de una mujer se fusionan sigilosamente, más el diseño del CD de Kike Novillo.
Buscando comparaciones les podríamos encajar con Deniro, Uzzhuaïa, Eldorado, refrenado ese punto de rock directo y stoner con influencias internacionales a Wolfmother, The Black Keys, Black Sabbath o Dewolff.
Un chute directo con un arranque frenético, una serie de temas que transmiten directamente su mensaje, como el segundo de ellos, "Somos el Poder", capaz de catapultar ese sonido Sabbath y perpetuarlo para que sea un petardazo a modo single o himno. Mientras el primero, "Game Over", tiene la llave del sonido volcánico de rock alternativo con dosis progresivas.
Buscando constantemente esos cambios directos de ritmos, equilibrando un disco donde la energía se transforma en dulces presentaciones con unos rangos más melódicos en varios tramos de su escucha, "Para Renacer", y en otros explosionar unos aleteos primitivos al sonido Black Sabbath "En Carne Viva".
Espíritu oscuro y lisérgico de los desiertos de California, encendiendo de nuevo las guitarras en "Palos y Piedras", para rápidamente acariciar con "Fuego Naranja", ese punto más alternativo y exploración de nuevos estados orientados al directo en su punto de ebullición, un tema que expresa ira hacia el autobús naranja que lanzaba esas frases sin sentido contra la libertad sexual y la identidad de género.
La banda busca un punto de inflexión relajado y cósmico como en "Amor y veneno", llegando a "Reinas Salvajes" que da título a este segundo trabajo, una estupenda carta de presentación que ya tiene videoclip, donde la proximidad a Uzzhuaïa está presente.
Llegando a un final del disco con dos salvajes temas, "Vida Histérica" y "Los Chicos Malditos" capaces de dejar en lo más alto un trabajo que arde en denuncia social y alimenta esa llama pasional que llamamos música con actitud.
Son fruto de catarsis huracanado sobre un escenario, esperamos dar fe de ello cuando coincidamos, por el momento daremos play a su disco una y otra vez, un trabajo que hay que degustar con paciencia.
24/05/2018 
