Desde que a principios del siglo pasado, Madrid viera construir la plaza de toros más grande de España, cada vez son más las veces que, afortunadamente, las grandes gestas son musicales y no taurinas. Muchos son los sueñan con verse reventando el aforo de Las Ventas y el libanés Ara Malikian llegaba a su cita con la capital con prácticamente todo vendido (y colas en las taquillas), dispuesto a hacer magia en todos los sentidos. Y la magia empezaba por una cuidada estética en la que el ruedo se habÃa visto transformado en un gran teatro enmoquetado en rojo con butacas blancas. Sobre el escenario una distribución de músicos sinfónicos en varias alturas con fondo cambiante de leds. [ crónica ]