Hay ocasiones en las que mis compañeros de Insonoro me “engañan” para ir a algún que otro conciertillo. Tampoco les suele costar demasiado que me deje llevar porque normalmente dan en el clavo y saben lo que me gusta, pero si soy sincera para el concierto de Zientotreintaiuno y Estricalla debería haberme preparado más, o tal vez no. Y es que me encanta ir a veces sin saber qué es lo que voy a ver, creo que tiene mucha más magia y resulta más divertido. Evidentemente, es imposible conocer a todas y cada una de las bandas de todos y cada uno de los lugares a los que uno va. [ crónica ]