A las cinco de la tarde llegamos a Durando y la tragedia ya se mascaba. Estaba claro que nadie se quería perder un conciertazo como éste, aquello era evidente, en las calles se veían los primeros atisbos de lo que iba a ser una noche de punk con todas las letras. No podíamos dejar pasar la oportunidad de estar allí para ver la grabación del CD + DVD en directo de Piperrak, y lo que no era Piperrak también, que lo anterior era muy apetecible, y parecía que todo el mundo había pensado lo mismo que yo.

Imposible de aparcar y casi imposible lograr que nos hiciesen caso para entrar en la pensión. Después de la adrenalina que íbamos a descargar nos merecíamos el descanso así que decidimos pernoctar tranquilamente. Me hizo mucha gracia que la dueña del hostal estuviera totalmente descontrolada, el estrés y el tumulto comenzaban a hacer estragos, por lo que no se fiaba de que hubiésemos reservado, por lo visto había que decir y corroborar el nombre de la reserva antes de que ella lo dijera, ya que algunas personas la habían dicho: “¡sí, sí ese soy yo!”, y no tenían nada concertado.

Empecé a sentir miedo y a darme cuenta de la magnitud del asunto, era increíble ver un pueblo tomado totalmente, eso sí con mucho respeto, ¡jajaja!. Llegó la noche y empezó a hacer un frío de esos de los pueblos de la sierra, pero bueno, yo intuía que durante el concierto pasaría calor, así que llevamos lo justo y necesario para no morir congelados de camino.

Encontrar el recinto del concierto no era demasiado difícil, se trataba de seguir gente y más gente, al final todos juntos rondaban más o menos la cifra de 8000 personas,  menos mal que era un sitio grande, aún así sobraba la ropa, el calor humano y faltaba el aire.

La impresión que tuve al recoger mi invitación, y las que tuve luego, fueron de las mejores en cuanto organización se refiere. Encontraron mi nombre en la lista a la primera, ha habido ocasiones en las que ni aparecía o no encontraban el listado, en fin, que una primera impresión muy buena. Además de la pulserita nos dieron tickets para 2 copas y tres cervezas, varias pegatinas de Piperrak y la forma de ponernos en contacto con un miembro de la organización para hacer entrevistas.

¡Estupendo, pues vamos a entrar!. Pasamos varios controles de verificación y ya estamos dentro, el calor humano se hace palpable, decidimos ir al WC por si luego no podemos, ya que se entraba como a la mitad de la feria de muestras y queríamos ponernos por delante. Conseguimos llegar al baño después de sortear varias barras y multitud de personas. ¡Vaya bien, no hemos tenido que esperar ni dos minutos para entrar!. No sé cuántos cubículos habría, pero calculo que en total más de 20 o 30, la cosa marcha…

Con una puntualidad británica, a las ocho y cuarto de la tarde, los Lendakaris Muertos salieron a escena, aún con mucha gente por entrar, no se esperaba tanta conformidad con el horario establecido, y mucho menos que empezasen un cuarto de hora antes. Los Lendakaris, como siempre, enlazando canción tras canción, y de vez en cuando, algún que otro comentario irónico de su cantante, Aitor, que es todo un showman.

Un repaso completo de sus dos trabajos, empezando por el ya mítico “Gasolina”, seguidos de su archiconocidos “Detector de gilipolleces” y “Horóscopo”, y después su himno, “Pastel de Kosto”, y el que más hizo botar a la peña “Centro Comercial”.

A los Lendakaris Muertos les hemos visto unas cuantas veces, y siempre que llega el turno del “Gora España” y del momento “me pongo la camiseta de la selección española de 3 € en Benidorm”, la gente se revoluciona, esta vez, en Durango, mucho más, los silbidos acompañaban los primeros acordes de la canción, luego, desfase total.

Siguiendo con la actuación, llegó el momento de escuchar unos cuantos temas nuevos, 4 ó 5 si mal no recuerdo, uno de ellos hablaba del cambio climático, en los otros, mi memoria falla, eso sí, la de Aitor parece que también falló, porque la letra se le “resbalaba de la cabeza”. Y antes de cantar estas nuevas composiciones, nos recordó, con su habitual ironía, que no las coreásemos, que eran nuevas, que no hiciésemos como que las sabíamos, ¡jejeje!.

Y ya para terminar, el “Oso Panda” nos visitó, acompañado de “Revolución”, “Eta, deja alguna discoteca” y “Veteranos de la Kale Borroka”, custodiados de varios punkis, así que la canción cobró aún más realismo. Lendakaris son muy grandes, y lo van demostrando día tras día y actuación tras actuación, hay muchos que piensan que son un grupo de moda, y realmente están muy equivocados, les queda mucha cuerda y mucho por expresar. Desde luego, en cada concierto rompen esa idea estereotipada y en cierto modo muy suspicaz que no les hace nada de justicia.

Después le tocó el turno a Segismundo Toxicómano, a los que empezamos a ver a través de unas pantallas enormes colocadas a fin de que todo el mundo pudiese disfrutar de la actuación, los de adelante y los de atrás, los altos y los bajos, los hipertensos y a los que les baja la tensión del sofoco…

¡Esto es de infarto!, en ese momento pensé que si no moría de un infarto me quedaba mucho por contar. Conseguimos llegar más o menos a un sitio aceptable visualmente, un hombrecillo estrella sus melenas contra mi cara, ¡por dios qué horror!. Segis empezó muy fuerte, descargando en sus primeros minutos temas como “Gaupasa”, “Las Drogas” y otros muy míticos. La cosa era fácil porque en los pogos y temas rapidillos no te tenías ni que mover, creo que así logramos ir cada vez más adelante.

La actuación fue todo un derroche de energía, creo que perdimos 4 o 5 kilos cada uno, y nos hicieron sentir orgullosos de estar ahí. Los temas se iban sucediendo como si de un bombardeo se tratase, ¡cada día suenan más aplastantes y contundentes!. “Kualkier error”,  “Patrones”, “Nos joden”, “Por ti” (una de las aplaudidas y deseadas), “Mi vida”, “Axturiax”, “12 años”, “Euskadi” (en esta creo que volé y todo), y se despiden finalmente con “Nos vemos”. Un desfase total, sin tiempo para respirar  y casi sin poder poner los pies en el suelo. Un concierto muy intenso y muy cañero, era impactante ver como todo el mundo cantaba y se movía como si estuviesen poseídos.

Un apunte final que nada tiene que ver con el grupo, y es comentar cómo se aburre la peña. Yo no sé si estaban tirando bombas fétidas o gases raros, que no nobles, aunque también, pero hubo un momento que todo olía a gas que daba gusto. En fin Serafín que qué buenos semos mientras comemos, porque hace falta ser estúpido…

Con Manolo Kabezabolo sinceramente aprovechamos para reponer fuerzas y tomarnos un respiro porque estábamos exhaustos o yo por lo menos. Al igual que mucha gente había que intentar volver a la calma para retomar con más energía todo lo que nos quedaba por ver, que no eran nada más y nada menos que los Piperrak.

En lo que duró la actuación de Manolo la feria de muestras se vació un poco, y la gente aprovechó para comer, descansar… aunque realmente es admirable la fuerza interior de este hombre, que salió solo al escenario, acompañado de su guitarra y de un buen puñado de canciones, que contaron con la aprobación de sus fieles seguidores.

Tal vez su soledad en el escenario pronto se vea interrumpida… ¡ya lo veremos!, que yo soy muy poco religiosa y lo que no lo veo no lo creo.

Y para cerrar la noche llega la hora de Piperrak y aquello ya sí que estaba más que a rebosar más bien diría yo a estallar. Aquello era digno o de estar borrachísimo o de salir por patas porque vamos ¡qué estrés!, creo que en aquellos momentos empecé a desarrollar mi manía persecutoria y se acrecentó mi espíritu antisocial.

Todo el mundo estaba desatado desaforadamente, perdí la noción del tiempo y del lugar, no había hueco ni para pensar ni para sentir, la única opción era cantar y botar, tratar de mantenerse de pie, y que sea lo que dios quiera…

“Iruña 6 de Julio (Gora San Fermín)” se convirtió en toda una fiesta, yo por aquel entonces ya había logrado entrar en la zona del escenario, después de sortear a miles de personas que no paraban de moverse y de pisarme, fue entretenido, me encontré en un punto de no retorno, en el que ni pa´lante ni pa´ atrás. Curiosamente yo avanzaba un paso y retrocedía dos. ¡En buena hora decidí meterme dentro del escenario!. Pero bueno, conseguí llegar y disfrutar de un poco de “paz”. Era increíble la difusa imagen de la gente, algo impactante.

“Potrotaino”, “En txiapas”, “Akatu”, “Condenados” “Bitxo Raro”, “Ahorkate” ,  “Mi Primer Amor” y “Anarkia”, siguieron entre otras muchas que yo creo que retumbaron en todo Durango.

Un amago de final de actuación se cernió cuando los miembros de Piperrak abandonaron el escenario, pero a los pocos minutos volvieron a salir ante los gritos y exclamaciones del público, les faltaba decir: “¡dame más, quiero más!”. Pero aquello no podía acabar así y la banda salió a escena de nuevo para acabar con los bises de “Gora Sartaguda” y “Iruña 6 de Julio (Gora San Fermín)”.

También se debe recalcar la inestimable labor del técnico de luces, que en esta ocasión era el mismo que acompaña a Reincidentes, muchísima profesionalidad vertida para este evento, sabiendo, más que acompañar perfectamente a las canciones, extraer todo su jugo y dotarlas de todo su sentido.

Y para acabar el gran secreto a voces, la semana pasada la banda ha estado decidiendo si continuar con la formación o dejar las cosas como están. ¿Recogemos firmas?. Piperrak se ha convertido en todo un icono de la música punk, y con sus turutas (que por cierto repartieron en la entrada) y con sus buenas maneras, simples y directas, han conseguido llegar muy lejos sin tener que hacer nada más que lo que hicieron en su día. Y es que a veces las recompensas llegan tarde, pero debe ser una sensación irrepetible la de salir a tocar y ver lo que Piperrak vieron el día 19 de Enero de 2008. Éste será probablemente uno de los días que hayan marcado un hito en la música, tanto si Piperrak decide continuar como si no.

Por cierto, quiero acabar diciendo que ¡somos todos unos cerdos!. Al salir del recinto había tantas botellas, vasos, brics, bolsas, y mierda tirada por el suelo que era casi imposible andar sorteando todo para intentar no pincharse o acabar por los suelos. Pero bueno, es de agradecer que se veía que la gente se había tomado la molestia en ocasiones de apilar la suciedad en montones. ¡Menos mal que había contenedores de basura vacíos!.

Finalmente dar las gracias a la organización del evento por lo bien que se portó con los medios acreditados, y porque no creo que sea nada fácil organizar un concierto a tan gran escala como éste. Y también tengo que mostrar mi respeto y admiración a un chico de la organización que iba con una camiseta roja, que nos trajo patatas, panchitos, y hasta sándwiches de jamón y queso y de chorizo, ¡así da gusto!.