Hace unas semanas volvían a Valladolid los conciertos benéficos por Aspaym, que es una asociación de lesionados medulares y grandes discapacitados físicos. La entrada era poco más que simbólica, cinco euros, y regalaban además un CD con algunos temas de los tres grupos presentes allí esa noche.

Retomaban esta iniciativa en El Mirador de Cristal del Museo de la Ciencia y los solidarios grupos que prestaban su música esa noche eran tres grupos locales, Siniestro Fatal, grupo tributo a los gallegos Siniestro Total, Seiskafés y Presidio, que además presentaba su nuevo disco “La edad de los esclavos”.

El concierto estaba presentado por Vicente “Mariskal” Romero, que anunció además un sorteo de varios packs de discos, revistas y camisetas que tendría lugar a lo largo de la noche. Esta noche pudimos ver lo que no se ve apenas en ningún concierto, un amplio foso frente al escenario para la gente que acudió en silla de ruedas, lástima que este hecho aún nos parezca sorprendente.

Los primeros empezaron con “Cuanta puta y yo que viejo”, al ser canciones conocidas de sobra por todos la noche pronto se empezó a animar. No faltaron himnos como “Miña terra galega” o “Bailaré sobre tu tumba”, la más bailada, valga la redundancia. Buen homenaje el que le hacen estos pucelanos a los Siniestro Total, divirtiéndose en el escenario y haciendo divertirse a los demás. Avanzaron al ritmo de “Cuenca minera” y “Yo dije yeah” y se despidieron con “Pueblos del mundo, extinguíos".

Dejaron paso a unos pucelanos algo más guerreros, los ocho chicos de Seiskafés aparecían en el escenario dispuestos a hacernos saltar, y así lo hicieron empezando con “Tiembla” y sorprendiendo, al menos a mi, con una curiosa “versión” del “Ritmo de la noche”, ¡si, como lo leéis! Sonaron temas de sus dos discos, del primero “Que buena”, “Paga”, “Ska-k” y como no “Cantarranas”, esa que tanto significa para quien que ha pasado tantas horas en la plaza del farol.

Eran los encargados de poner el ritmo ska a la noche y de su Bailad Malditos hubo otras tantas, “El enterrador”, versión muy bien adaptada de Tako, “De aquí p’allá” y “Nikolai” para continuar, y con “Bajo sospecha” se despedían por el momento, pero la gente pidió más y subieron de nuevo. Esta vez el homenaje era para Potato porque empezó a sonar “Pegamento” y, esta vez si, se despidieron con “Bienvenidos a Dubai”, eso si, sin olvidar la foto final con todos nosotros. Sus conciertos siempre me parecen una fiesta, y ellos unos fiesteros, pero con conciencia.

Tras ellos, la noche se puso más oscura y el sonido más duro para recibir a Presidio. Aunque no se olvidaron de algunos temas anteriores como “Loco” o “Mito enterrado”, sin duda están encantados de presentarnos su nuevo disco, que tocaron integro y que merece la pena ser escuchado. Para ir abriéndolo sonaron “Metralla”, “Dentro” y “Solo yo”.

Sus fieles seguidores, casi todos en las primeras filas, se cantaron todos y cada uno de los temas que tocaron. Hasta en uno de ellos invadieron una parte del foso para estar al borde del escenario. Siguieron descubriendo su nuevo trabajo “La edad de los esclavos” con “Vieja lección”, “Despertar” y “Desafío”. Una banda con impresionante sonido, potente la batería y veloces las cuerdas, la voz clara y limpia, aunque esa “sala” debe mejorar un poco el tema acústico, demasiados fallos.

Cerca del la despedida sonaron “Deseo del fin”, que es su primer single del disco, y “Sudor”, que será el siguiente, y para el videoclip del mismo utilizarán imágenes del este concierto. Esto lo supimos días después, querían contar con el factor sorpresa. Su vocalista bajó a cantar entre el público y se dio un pequeño baño de masas acercándose a sus entregados seguidores. El desenlace llegó nada menos que con versiones de Metallica y Pantera, “Master of puppets” y “Cowboys from hell”. El foso volvió a ocuparse para la foto final, un final de locura.

Nos fuimos habiendo disfrutado de una noche muy completa en lo musical, con unos cuantos CDs y revistas en las manos y con la ilusión de haber contribuido a la gran labor de Aspaym. Que más se puede pedir por una entrada de cinco euros. Espero que esta iniciativa dure muchos años más y que llene pabellones y plazas de toros.