Fue una noche de mutantes, de eso no cabe duda. De haber mirado al cielo, seguramente, habrÃamos visto a la luna aparecer entre unas nubes sombrÃas y tenebrosas, mientras el aire nos hacÃa llegar, en su particular ulular, un aullido sutil. Ya sin remedio, solo nos podÃa quedar la oportuna trasformación en hombre lobo, vampiro o cualquier imaginable criatura nocturna. [ crónica ]
