En la Edad del Ruido no queda lugar para la música. Ni para la poesía. Salvo contadas excepciones, los grupos de rock de calidad no tienen difusión en los medios multidudinarios... Todavía menos, si no son fácilmente asimilables. En el caso de Berri Txarrak esta circunstancia ya no tiene trascendencia desde hace mucho tiempo, pues paso a paso a lo largo de veinticinco años se han ido ganando una posición destacada en ese arte, no solo en la escena local y estatal como en sus primeros años de carrera sino que enseguida fueron adquiriendo reconocimiento internacional. El motivo de su despedida es otro. Obviamente. Pero da que pensar... [ crónica ]