Bastante similar a los toreros, los madrileños Hamlet salen al ruedo cada vez que editan un disco. Unos les aplauden incondicionalmente mientras que otros (ciertos críticos envidiosos) esperan que, esta vez , les pille la cornada. Son una de esas bandas admiradas como pocas y los que disfrutan de ella se sienten seguros y confiados con lo que van ofreciendo en cada entrega. Continúan por el acertado camino de intentar innovar y desmarcarse de los clichés dentro de la escena metalera nacional, con una imaginación que desborda cualquier expectativa o idea preestablecida. Cada canción suya es un mundo independiente del resto (con el componente agresivo como nexo de unión), una sorpresa que te hechiza, te inmoviliza dada la inminente seducción de la que hacen alarde en ellas, jugando con las melodías e intercalando esa mala leche que nos tienen acostumbrados.
En las fiestas de Larrabasterra no dieron tregua, demostrando que el futuro de la escena metálica nacional depende en buena parte de ellos, su directo rompedor y frenético provoca unanimidad en el veredicto, esa noche fueron muchos los que acabaron comentando “Son geniales y musicalmente un cóctel verdaderamente explosivo”.
Me resulta casi imposible hablaros del concierto de Biok después de vivir a continuación el recital de clase y música con mayúsculas que nos brindaron los madrileños pero haremos un esfuerzo.
Fue una óptima representación local del moderno metal vasco, dejando que la música hablase por si sola, desmelenándose progresivamente, empujados por el desbordante entusiasmo de parte del respetable, sobre todo de aquellos valientes que aguantaron el gran chaparrón que cayó al inicio de su actuación. Sus canciones pese a estar cortadas por un mismo patrón son buenas y efectivas y en un escenario su cantante Ibon derrocha personalidad, sinceridad y se come al público de una manera de lo más natural.
Nos presentaron casi en su totalidad su última obra “Gaur Ez Da Dena Grisa” y sin más armas que la de partirse los cuernos con el fin de captar toda la atención. Es de agradecer que una banda que lleva ya tantos años en el panorama musical, tenga las mismas o hasta más ganas que las nuevas generaciones, y conserve la misma rabia y el sentimiento de siempre. Su autenticidad quedó de manifiesto explicitamente cuando intentaron realzar el ánimo de aquellas almas mojadas con toda su mala leche y sendas versiones a Sepultura y Anestesia.
Si siguen en esa línea, con conciertos absolutamente abrasivos y esa conexión con el público tan tajante y desmedida, se convertirán en una de las bandas mas queridas de nuestra tierra.
¡Conciertazos así bien valen un catarro! |
16/07/2011 
Mikel García 
Mikel García
Larrabasterra, Sopelana, Bizkaia
