No lo voy a negar quien escribe estas líneas sintió una inmensa pena cuando, hará más o menos siete años, llegó a mis oídos la fatídica noticia: “La banda de rock navarro Tahúres Zurdos se disuelve tras una carrera de 17 años y 9 discos a sus espaldas”. Sinceramente se me calló el alma al suelo y noté como se me fue arrebatado cruelmente un trozo de corazón, el cual tardó casi tres años en cicatrizar, y no como el médico me diagnóstico en su día, “En estos casos el paso del tiempo es la mejor cura para las heridas”, ya que a mí no me funcionó del todo, seguía recordando a diario y con dulzura esos buenos momentos que había pasado en compañía de su música y que me habían marcado y ayudado a comprender que el amor es todo en la vida, la mayor fuerza del mundo y sin embargo la más humilde.
Pero un día, alguien volvió a llamar a la puerta para entrar en mi vida “La cara dulce de voz rasgada del Rock español”, la mismísima Aurora Beltrán esa gran rockera que aún recordaba con ternura, la pieza que seguía faltando en mi rompecabezas, el antídoto para esos días de soledad y combatir una baja de ánimo. ¡Había encontrado por fin el dominio de mi equilibrio y un perfecto conocimiento de mi yin y yang!
Hay músicos que de entrada no te causan ninguna impresión, ni buena ni mala, y que pasan por tu vida sin que te fijes demasiado en ellos. No es el caso de Aurora Beltrán, que a partir que le das una oportunidad y pasas más horas escuchando su música, la vas cogiendo cariño y considerándola como un ángel de la guarda o una hermana mayor con la que aprendes a valorar las cosas más pequeñas e insignificantes y a comprender que todos somos humanos y como tales cometemos errores, sufrimos y nos dejamos llevar por nuestras emociones.
Es tal la honestidad y naturalidad (En absoluto impostada) que transmite, sintiendo cada nota y refugiando dolor, tristeza, ternura, amor y lucha en cada composición creada, que acaba haciendo que algunas de sus canciones no te abandonen, como si se tratasen de lecciones de vida para hacernos ver que si nos aceptamos tal como somos y aprendemos a expresar apropiadamente nuestros sentimientos es cuando mejor estaremos con nosotros mismos y mejor comprenderemos a los demás. "Todos somos humanos: todos disfrutamos, todos sufrimos".
Dos años alejada del mundillo a causa de una enfermedad renal le han servido para hacerse más fuerte y comprender nuevamente que nada ni nadie la podrá vencer y que el tocar es su mejor manera de salir del hoyo cuando se está deprimida y a punto de pisar el fango. La verdad es que ha pasado por muchas desgracias en su vida pero los ha sabido superar como buena luchadora que es, aprendiendo a base de golpes y errores y armándose de valor, quizás sea ese el mejor escudo para hacerse casi invulnerable.
El pasado 15 de septiembre la artista grabó en la sala Cúpula del teatro Arteria Campos Elíseos lo que será su segundo disco en solitario “Museo Púrpura”, un disco en directo, cuya actuación fue desarrollándose en formato acústico, acompañada de unos excepcionales músicos su inseparable Eva Rada, Rosa Cedrón, la que fuera cantante de Luar Na Lubre (quien en la actualidad ha emprendido su carrera en solitario), ocupándose del chelo, dando un toque más maravilloso y creativo a sus canciones, con sonidos que salían con una naturalidad y hermosura inverosímil fruto de su agilidad e imaginación a los dedos y como no, la magia que solo es capaz de radiar Israel Santamaría al piano.
Aurora Beltrán
De la tienda de discos a la mesita de noche y de allí a cualquier parte, pero siempre cerca, así será la vida que se le dará a “Museo Púrpura”, como si se tratara de una visita que te sorprende y no quieres dejar escapar, la artista se presentará muy parecido a una nueva reina del encantamiento, despuntándose de la media igual que una pieza artesanal en la cadena de montaje, con una ardiente expresividad dorando las palabras encima de una parrilla rústica, bien hechas por fuera y crudas por dentro e hirviendo la sangre en cada respiración.
Lo que nos ofrecieron en hora y veinte fue algo íntimo y sencillo, como si tocaran para una panda de amigos, agradando y pidiendo la compresión si por algún motivo tenían que repetir algún tema o afinar sus instrumentos; y en donde los sonidos fueron asociándose a distintos estados de ánimo y contribuyendo al desarrollo de un estado de nirvana, como si nuestro espíritu se liberará y nuestra conciencia se sensibilizase para captar el entorno en donde nos encontrábamos, una decoración impecable que recreaba un ambiente de cierto carácter celestial, un gigantesco marco de cuadro, parecido a un gran puerta al cielo y unas bailarinas de aluminio colgadas del techo en referencia a su anterior trabajo "Clases De Baile".
Encendieron el candil con una intervención evocadora a la esperanza, “Azulada”, avisándonos de que deberíamos ser valientes y echar de nuestras vidas al ladrón de ilusiones, quien despoja de alegrías al corazón, prosiguiendo la velada con su buen tacto "Clases De Baile", "Azul", "Vida"... , enlazando guitarras acústicas con el arropamiento especial de tímidos coros femeninos y unos sonidos tiernos y envolventes oriundos a partir de un conocimiento musical exquisito, enriqueciendo las ya de por si bonitas canciones. La audición ya empezaba a revelar que se trataba de un ticket asegurado al paraíso, en la interpretación de “Ojos Trampa” y “Florecita” las voces de las féminas se buscaron, sus melodías se besaron, sus guitarras se acariciaron y todas la notas que formaban esas suaves y arpegiadas melodías se achucharon con cariño.
Aunque aún faltaban por llegar esas canciones para esos momentos en los que necesitas que una canción diga lo que sientes “Cadena De Piel”, “Afiladas Palabras”, “Walkirias” o “Miles De Besos”, vestidas en ricas texturas y matices o aquellas singularizadas por su inmediatez y por contar con un gancho capaz de despertar pasiones como “Silencio” dedicada a las personas que sufren de la enfermedad de Alzheimer y la eterna “Tocaré” una loar a lo que le da siempre la vida, su guitarra y su máxima y sincera expresión de transmitir la pasión que ella siente por la música.
No obstante siempre que se graba un disco en directo hay alguna que otra sorpresita, como fue el caso esa noche de una adaptación en español del tema de Duran Duran "Ordinary world" o la presentación de una de sus nuevas creaciones, "Invicta", que fue el momento de mayor sinceridad y enternecimiento, la emoción pudo con ella hasta tal punto de echarse a llorar, recordando lo que ha tenido que pasar en estos últimos años y cuyo sentimientos han sido reflejados en esa canción, su superación personal y autoestima a la hora de luchar contra una enfermedad renal crónica, "Debilitada quizás pero nunca vencida", un estribillo con el que quizás muchos cuando lo escuchen llorarán.
Aurora Beltrán
"Somos humanas y como somos también generosas, por cortesía, os vamos a regalar dos temas más", éstas fueron las palabras de Aurora con la aprobación absoluta de Eva, tras volver de una pequeña pausa, y que dio paso a los últimos compases "Lujuria" y "El Gran Juego", a fin de que el público asistente (400 personas) alcanzase un total estado placentero y dieran muestras inequívocas de fervoroso entusiasmo, como consecuencia de haberse disparado diversos niveles de enternecimiento y enardecimiento.
Difícil quedarse con un tema de los catorce que interpretaron, todos invitaron a pensar y a soñar en un mundo mejor, conformando uno de esos discos que dan miedo a enfrentarse cara a cara porque notas que pueden más que tú. Un excepcional paso adelante que reinterpreta y redefine su música de un inesperado interés; y cuya visión la convierte en aún más creativa y cautivadora.
Y es que por los muchos malos momentos que haya pasado en su vida, la esencia, talento y sensibilidad nunca se pierden. ¡Volvió hacer diana en nuestros corazones!
- Azulada
- Clases De Baile
- Azul
- Vida
- Ojos Trampa
- Florecita
- Afiladas Palabras
- Silencio
- Walkirias
- Mundo Real ("Ordinary world", adaptación de Duran Duran)
- Miles De Besos
- Invicta