Deslumbrar a estas alturas moviéndose exclusivamente dentro de unos definidos parámetros hard-rockeros setenteros es algo que está al alcance de muy pocas bandas y por si ello no fuera suficiente, debe acometerse, apartándose un pelín del sendero marcado por los grandes, para no incurrir en un considerable plagio.

Los irlandeses The Answer nunca han escondido sus grandes aspiraciones, pese a proceder algunos de sus músicos de un pequeño pueblo situado en la costa este del Condado de Wicklow (Newcastle), su sueño siempre ha sido dominar el mundo del rock y por ende, el planeta, aunque sin buscar necesariamente una pretensión despótica de cambiar de opinión a aquellos que creen que el género ya ha ofrecido todo lo que podía dar de sí, más bien persiguiendo estimular y revivificar la escena rockera, que se encuentra un poco insípida, a falta de formaciones de auténtico y puro espíritu rockero, sin los rasgos propios del clásico estilo: actitud chulesca, furia, pasión y descaro.

Si bien podríamos considerarles como los nuevos salvadores del rock puesto que tienen bien asimiladas las lecciones de sus maestros, influencias bien marcadas de leyendas como Led Zeppelin, AC/DC, Thin Lizzy, The Who... y consiguen mantenerte encandilado equilibrando acordes contundentes, corpulentos ritmos, extraordinarios riffs y una fuerza innata que impulsa al espectador a desinhibirse y reaccionar como siempre se debiese ante este tipo de octanaje sonoro, de sudoroso hard rock, aún les resta alcanzar un equilibrio de alto nivel entre cierta comercialidad y honestidad musical. Aún así no podemos negar que su espectáculo es de pura adrenalina eléctrica y rockera, de sonido ajustado y con personalidad; lo que ofrecieron esa noche en un casi abarrotado Kafe Antzoki fue un destripamiento de todo cliché rockero habitual en medio de un maremágnum de melodías sentidas que casi siempre desembocaban en pasajes enérgicos y estribillos intensos, planeando por encima de nuestras cabezas multitud de influencias gratuitas y confirmándose las realidades tangibles de su última entrega “Revival”, como algo superior al resto de su discografía.

Por lo demás sus argumentos fueron dignos de matrícula de honor, confeccionados mediante dos líneas de actuación entrelazadas hard rock y blues rock alternando diferentes niveles de intensidad y un colorismo anímico, escindiéndose con mayor o menor fortuna.

Era previsible el comienzo con ese certero y rabioso disparo que es “New Day Rising”, perfecto para que Paul Mahon fusilase nuestros oídos con sus ásperos riffs de guitarra, de una clase y estilo inaudito, acariciando las cuerdas y elevando con chulería su brazo después de tocar una nota, y dejar el camino alquitranado para embestir de inmediato con dos viejos clásicos “Come Follow Me” y “Under The Sky” en los que el impresionante Cornac Neeson flirteó en determinados momentos con la psicodelia vocal de los setenta, recordando sus espasmódicos movimientos a la figura de Chris Robinson (The Black Crowes).

El formato ganador fue el clásico, el de banda compacta y una maquinaria arrolladora de desarrollar canciones de puro revival y con mucho boogie, proporcionando un ambiente hipnótico y cautivador para un final feliz.

Igualmente impactante fue verificar que la creatividad del combo sigue intacta y la carisma pasionista crecía en los instantes en el que la banda se embarca en presentar algunas de sus nuevas composiciones como la pegadiza “Vida (I Want You)”, la risueña y armoniosa “Nowhere Freeway” y la voluptuosa “Trouble” en donde el cuarteto se volvió a mostrar contagioso y juguetón con su música, en particular Cornac que con su armónica fue sacando uno a uno los matices que la hacen la más irresistible del disco. Un aluvión ajustado de buenas vibraciones y complicidad que tuvo su punto álgido en una de las remisiones a su magnífico disco debut “Rise”, “Preachin`”, gracias a la pericia de su vocalista de atravesar la mitad de la sala y obligar amistosamente a todo el público a ponerse de cuclillas y que esperasen con impaciencia su señal de aviso para saltar enloquecidos hacia arriba.

Lo que nos quedaba aún era un reto contra nuestras propias energías; primero “Tornado” en el que se cruzaron nervio y ese ambiente intrínseco que les caracteriza, después su particular filtro de rock garajero en una inmejorable “Too Far Gone” en la que su cantante no despilfarró ni una gota de energía en balde para no poner en peligro esa demostración preciosista de frontman de la vieja escuela, de cómo liderar una banda, saber enaltecer los ánimos de la audiencia, comunicándose usando palabras del idioma vasco y sacudiendo con fuerza mientras cantaba extraordinariamente bien y posteriormente la encantadora “One More Revival”, un gospel sureño con ese olorcito retro setentero, feeling y energía positiva haciéndote sentir como si estuvieras viviendo en una burbuja.

Los bises “Evilman” y “Wate Your Tears” se convirtieron en algo así como un “Para lo que me queda de convento, me cago dentro”, invitando a los presentes a participar de la fiesta rockera. De momento el mejor concierto del año, una indudable modo de reconciliarse con la vida a base de una buena dosis de hard rock clásico y de ciertos aires sureños y blues vintage. Nos fuimos a casa sabiendo que valió la pena el sueño que tendríamos cuando sonase el despertador poco después.

Set List

- New Day Rising
- Come Follow Me
- Under The Sky
- Vida (I Want You)
- Faith One Down
- Riverbed
- Trouble
- Nowhere Freeway
- Preachin´
- Tornado
- Too Far Gone
- One More Revival
- Evil man
- Waste Your Tears