Otra noche más teníamos una excusa perfecta para acercarnos a la Heaven, como si nos hiciesen falta muchos argumentos para ir… Pero bueno, viendo la programación que tienen preparada para los primeros meses de este año, ¡se lo están currando un montón!, me parece a mí que vamos a pasar más tiempo en esta sala que en nuestra propia casa. ¡Y yo preocupada!, ¡jejeje!.

Hay veces que uno tiene ganas de ir a un concierto para ver de nuevo, por enésima vez, a una banda que le encanta, otras veces las ganas son algo más grandes porque nunca has tenido la oportunidad de ver al grupo. Yo personalmente aunque haya veces que no me sacie de una banda y quiera verles una y mil veces, suelo preferir ver a aquellos a los que nunca he tenido el placer. No sé, uno va como más predispuesto a dejarse sorprender.

Y por eso esta noche era especial. No había visto nunca en directo ni a Marcellus Wallace ni a O´Funk´illo. Puede resultar curioso pero así era y en cierto modo me sentía en deuda con los dos, aunque realmente más con los Wallace porque siendo un grupazo con un nombre ya consolidado, y siendo de la tierruca no haberles disfrutado nunca es casi una ofensa. Pero bueno, nunca es tarde.

Marcellus Wallace contó con una gran afluencia de público que desde el primer momento sucumbió a los encantos de esta banda de fusión donde se mezcla con un exquisito gusto el funk, soul, jazz, hip hop y el rock. Sinceramente, me pareció una gran banda, me encanto verles tan compenetrados sobre las tablas, es un grupo que trasmite muy buen rollo y con una puesta en escena muy visual, hacen participar al público, le hacen cómplice de sus temas y le sumergen en una espiral de la que es difícil salir.

Debo comentar que no sé por qué pensaba que era un grupo metalero, tal vez porque el nombre suena a duro, a contundente, y sí que son más que rotundos, pero dentro de unas formas no tan duras. Nunca había oído un tema de ellos así que la sorpresa fue enorme, ahora eso sí lo que tengo claro después de verles en directo es que a partir de ahora sí que les voy a escuchar y a seguir más de cerca.

Y me quedé encantada no sólo porque practicaran un estilo diferente al que yo esperaba, sino porque lo hacían más que bien. Sé que hay muchas personas que piensan que los vientos y demás aderezos hacen que cualquier grupo suene bien, pero en contra de eso yo opino que si eres mediocre, con más instrumentos de por medio todavía se pone la cosa peor. Así que por eso admiro a estos grupos de fusión que se preocupan de ir más allá de lo básico. Esto unido a que se suelen hablar de cosas que suelen incomodar, a que tratan temas desde un punto de vista natural y crítico, hace que cada vez me guste más la fusión. Pero eso sí, las bandas buenas como Marcellus Wallace. Sin duda, es todo un placer contar con ellos en nuestra dilatada cantera de grupos locales.

Actualmente están preparando lo que será su nuevo disco, pero de momento nos dejaron unos cuantos temas del último que han publicado, “Verde es el Planeta Azul”, como “Adrenalina”, “Y la tierra gritó” y “El problema de ser un simple huevo”.

Su actuación se podría definir con la palabra fiesta en mayúsculas, y eso que tuvieron que lidiar con un sonido un tanto malo ya que a la cantante desde ciertos sitios de la sala apenas se le oía. Pero a pesar de todo defendieron muy bien su actuación, con humildad y dejaron claro que se pueden hacer las cosas bien a pesar de los inconvenientes.

Marcellus Wallace se merece un fuerte aplauso como continuación a los que les dieron aquella noche. Yo desde luego me lo pasé mucho mejor viéndoles a ellos, a los teloneros, que al “plato fuerte” de la noche.

Los que no dieron muestras ni de humildad ni de seriedad ni de nada que se le parezca fueron los O´Funk´illo. No creo que sea tan complicado contradecir una de esas perlas de Loquillo que dice “que difícil ser humilde cuando uno es tan grande”. Es más, opino que la grandeza de ser humilde es hacer gala de ello cuando uno es respetado y ya goza de cierto reconocimiento. Ahora eso ya va en cada uno.

Si hay algo que especialmente me moleste en esta vida son las faltas de respeto, y me pareció increíble que llegaran dos horas tarde a la prueba de sonido. Es más, nosotros llegamos justo a la hora que debía comenzar la actuación y pudimos ver enterita la prueba de sonido de los sevillanos. Prueba en la cual por cierto el señor Andreas brillo por su ausencia ¿tendría cansancio acumulado?. Aunque también como contrapunto positivo, me pareció que el resto de la banda ponía bastante interés en que todo sonase bien, me sorprendió ver a Pepe Bao afinando desde debajo del escenario y en diversos sitios. No sé si será lo normal, pero pocas veces lo he visto.

Como era de esperar, o lógico, el comienzo de la actuación estuvo marcado por un mal sonido de la voz, normal teniendo en cuenta que el vocalista no se había dignado en ir a comprobarlo antes. A ver si ahora los técnicos de sonido van a tener que ser gurús y adivinos. Y lo que no me pareció tan normal fueron las malas formas con las que el grupo mostró su malestar.

La verdad, es que viendo eso y lo tarde que había empezado el concierto, no se puede ser más irrespetuoso, a mí me dieron ganas de escuchar un tema y largarme. Habría sido divertida la situación si todo el mundo hubiese hecho eso. Sería algo en plan, vale, tú me haces esperar un montón, y yo te oigo un tema y me marcho. Aplicando un poco la justicia divina o el sentido común habría sido igual de irrespetuoso.

Pero claro, para bien y los músicos lo saben, el público suele entregarse a unas personas a las que tiene endiosadas y aguanta lo que sea con tal de disfrutar de ellos. Si los músicos no gozasen de ese grado de supremacía y se les exigiesen unos mínimos otro gallo nos cantaría. Porque si nos tienes un mínimo de tacto con  quien te da de comer y con quien te muestra tanta sumisión, no sé qué es lo que te hace dar las gracias y mostrar un poco de elegancia.

Dicho lo cual, y creo que he dejado bastante clara mi postura, pasaré a comentar el concierto.

A la gente no le importó esperar a que comenzasen los sevillanos, y eso teniendo en cuenta que todo empezó bastante más tarde, y que desde que acabó su actuación Marcellus Wallace hasta que O´Funk´illo empezó a tocar pasó una hora. Bueno, no hay mal que por bien no venga y seguro que esto redundaría en beneficio de la barra de la sala, cosa de la que me alegro.

Todos querían escuchar los temas clásicos y ser testigos de la presentación de “Sesión golfa”. Así que como es de suponer la gente estaba más que eufórica y emocionada, respondiendo a todas y cada una de las canciones de los O´Funk´illo, a sus comentarios y demás como si no hubiera un mañana.

Yo era la primera vez que los veía sobre un escenario y tenía una curiosidad enorme, más que nada porque si todo el mundo te dice que es uno de los mejores directos que han visto en su vida, por algo será.

Además también tenía mucho interés por ver a Rafa Kas defendiendo las seis cuerdas. Ya le conocía de otros grupos. A mí me pareció que defendió muy bien su trabajo, el público decía que le faltaba algo de rodaje con la banda, cosa que me parece normal. Pero creo, que supo tapar bocas y dejarnos con las mandíbulas abiertas ya de forma definitiva cuando se marcó el temazo “Whole lotta love” de Led Zeppelin.

Me sorprendió la cantidad de canciones que de ellos me sabía, a pesar de no haber escuchado “Sesión golfa”, cosa que el público sí que hizo porque tenían la misma respuesta en todos y cada uno de los temas, tanto en los nuevos como en los clásicos.

Para mí fue un cóctel aderezado que vino cargado por un himno que conocía y otro que no. De todos modos, creo que no hay mejor forma de hacerse la idea sobre un disco que ver cómo lo defienden sobre las tablas.

Su espectáculo empezó con la mítica “Riñones al Jerez”, tema con el comenzaron y dieron por concluida su actuación. Así de sus temas más famosos también se marcaron “A Jierro”, “Esso Cuenno”, “Nos vamos pa'l keli”, “Mary Jane”, “A shuparla ya”, y alguno que otro nuevo, de los que parece recordar “Hasta las cejas”, “Sociedad ilimitada” y “Dame la pasta”.

Hablando de otros aspectos el solo de Pepe Bao me pareció un tanto largo, creo que estuvo dándole al bajo algo más de un cuarto de hora. Yo la verdad es que ya no sabía ni dónde meterme. Creo que en cierto modo rompieron un poco el ritmo del concierto. Todos sabemos que el señor Pepe Bao es un genio, pero con cinco o diez minutos de demostración a mí por lo menos ya me habría valido.

Evidentemente, me parecieron unos músicos como la copa de un pino, eso es indiscutible, aunque en ciertos momentos su actuación me resultó algo tediosa. Al final, llegué a la conclusión de que tanto buen hacer puede llegar a empalagar. No sé, además como cualquier grupo dentro de su estilo pueden llegar a resultar repetitivos y en cierto modo esa música tan característica y tan propia me llegó a saturar un poquito. Aunque nadie les puede quitar el mérito de ser únicos e irrepetibles.

Con esto quiero decir que no me arrepentí en absoluto de ir al concierto pero no es una de esas bandas a las que vería una vez al mes o cada vez que tuviese oportunidad. Y tampoco puedo compararles con otras actuaciones, de todos modos la gente comentaba que no estaban tan en forma como antes.

Por supuesto, espero la ocasión de volver a verles para crearme una impresión con más fundamento y en la que pueda comparar más. El público en líneas generales salió del concierto encantado y diciendo ¡vaya genios!, y creo que eso es lo que realmente importa.

www.marcelluswallace.com
www.myspace.com/marcelluswallacerock
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