Últimamente parece que la programación de la sala Heaven de Cacicedo de Camargo, en Cantabria, es una copia exacta y fiel de nuestros más íntimos pensamientos y esperanzas. Es como si hubiese bajado un ángel del cielo y nos hubiese dicho: Vuestros deseos son órdenes, van a tocar aquí todos los grupos que os encantan. Así que nos esperaba un fin de semana movidito, cargado de fiesta y de buen rollo, y nunca mejor dicho porque el viernes 24 de febrero íbamos a ver a Betagarri y el sábado 25 a La Pegatina.
Medio centenar de personas quisieron arropar a los Betagarri, éramos pocos pero aquello poco importó a la banda que como siempre ofreció una gran fiesta y un espectáculo magnífico. Seguramente al día siguiente iban a tener muchísima mayor acogida en Durango, pero aquello no fue impedimento para que dieran lo mejor de sí mismos con una sonrisa en los labios, no parando de moverse y de animar y sin coger aire ni siquiera para respirar.
La verdad es que ya tenemos más que trillado ese “Bizitzari Txistuka” y estamos deseosos de que vuelvan a meterse en el estudio a grabar una nueva colección de temas. Pero como de momento es con lo que contamos, bueno con estos y con otros grandes clásicos, pues nos conformamos y todos los allí presentes los disfrutamos y los exprimimos como si los acabásemos de escuchar el día anterior por primera vez.
El pistoletazo de salida lo pusieron “Hankak mahai gainean” y “Bidea gara”, para dejarnos después con un tema más reciente, “Baliteke”. En aquellos primeros momentos ya era imposible quedarse con los pies en el suelo y el ambiente iba creciendo por momentos como la espuma hasta llegar a desbordarse del vaso.
Aquel era un día especial, si es que hay que buscar algún motivo para estar de fiesta y contento y dejarse llevar por la alegría y por la música, y es que era el cumpleaños de Iker Uriarte, su batería, así que ni cortos ni perezosos se liaron la manta a la cabeza y nos invitaron a todos y cada uno de los allí presentes a un chupito. Al principio la gente no se lo podía creer y se acercaba tímidamente a la barra, pero luego, antes de acabar el concierto toda la banda se bajó del escenario a refrescarse la garganta con nosotros. Sin duda alguna, todo un detalle que yo por lo menos no había visto nunca, un gesto que les agradecimos y mucho. |