Parece más que confirmada la buena salud de nuestra escena más rockera, hay nombres en cantidad y calidad para demostrar que en cuestión de rock con pelotas nuestros grupos poco tienen que envidiar a los de fuera. ¿Alguna vez te has dejado atropellar por el huracán sónico de los valencianos Uzzhuaïa? Si te das de amante del clásico rock y tu respuesta es negativa, debes ser uno de esos que se preocupa por su aspecto “Cool”, que por alimentarse de verdadera gasolina sonora para encender el motor de su alma.

Si le preguntarán a sus componentes aquello ¿En qué época os gustaría haber vivido?, seguro que contestarían en los ochenta puesto que enarbolan con éxito la bandera del hard rock melódico tradicional, acaloradas dosis de guitarreo descontrolado junto a un espectacular dominio melódico como clarividencia musical. Resultaba curioso que llevando tantos años como llevan en la escena nunca hubieran pisado la capital guipuzcoana pero gracias a la osadía, en estos duros tiempos que azotan a la economía, de la promotora Red Ribbon Music, podemos decir eso que más vale tarde que nunca.

Siempre es agradable y apetitoso disfrutar de una buena noche de rock, y más con el aliciente de tener el gustazo de ver a un buen telonero previo al grupo principal y la propuesta de los asturianos Helltrip era como uno de esos platos sabrosos y recurrentes que nadie en absoluto hace ascos, más bien todo lo contrario, que no importaría repetir una y otra vez. Salieron dispuestos a desentumecer nuestros huesos a golpe de salvaje y gamberro garaje rock con numerosos guiños al sonido escandinavo.

Como unidos por un cordón umbilical, el entendimiento de los músicos fue brutal, creando una química que envolvía desde el primer segundo. Hernmann Priest se fue mostrando como un excelente machacas de la batería con una soltura y equilibrio que hacía mucho tiempo que no tenía el gustazo de contemplar, mientras el resto de sus compañeros operaban al máximo rendimiento con una chulería para nada impostada, proporcionando un compacto y potente sonido a un corto pero trabajado y contagioso show que nunca dio síntomas de una posible caída en ritmo y entrega. Junto a sus temas más enérgicos y revitalizantes como “Seeing Green”, “Inseparable”, “6 Balas”, “Rencor” o “Animal” se fueron filtrando ciertas versiones a memorables bandas como Thin Lizzy (“Massacre”) y MC5 (“Kick Out The Jams”). ¡Un desborde intenso y clarividente de buenas vibraciones!

Si de algo van sobrados los valencianos es de estilo, no hace falta ni que suene una nota, solo les basta salir con su habitual predisposición y actitud matadora para lograr llenar de electricidad la sala; ni te cuento una vez que empiezan a descargar su impecable repertorio.

Si algo han ganado en la actualidad respecto a sus visitas anteriores, además de un sonido más fornido, es la de ofrecer 90 minutos de concierto sin que apenas haya bajadas de intensidad, solamente en la interpretación de algunos de sus medios tiempos como el caso de “La Otra Mitad”, “Maldito Fracasado” o “Ante La Tempestad”, por lo demás poco hay que objetar, un directo vibrante, amparándose en la épica del hard rock melódico, marchoso y riffero; y con ese mismo descaro que emanaban los británicos The Cult en los ochenta.

Atacaron las canciones de manera salvaje y devastadora con un sonido amplificado y desgarrado que ayudó a dar un aire más rabioso y adrenalinico. Las setenta personas allí congregadas sabíamos que el set list iba a estar centrado en su última obra “13 Veces Por Minuto” y su exitoso “Destino Perdición”, por eso “Más Allá” y una versión renovada de “La Otra Mitad”, de esa autentica joya del Álbum Blanco no dejaron de ser una sorpresa y un servidor las recibió con gran fervor, además de ese sobresalto inicial con su habitual, hasta esta nueva gira, himno de cierre “Nuestra Revolución”, que sirvió para encarrilar bien temprano la actuación y a pesar de los problemas iniciales que tuvo que soportar el propio Pau con su micro.

El resto como “Blanco y Negro”, “Destino Perdición” o “Desde Septiembre” y suculentas nuevas creaciones de la talla de “La Mala Suerte”, “Ante La Tempestad” y “13 Veces Por minuto”, esta última dedicada a la memoria de su productor Gonzalo Parreño fallecido hacía un mes como consecuencia de un cáncer a los 38 años de edad, a través de un curioso ritual, la lata rápida, se encargaron que el concierto no decayese ni un instante, dejando para los bises “Baja California” en la que su guitarrista Israel Ferrer criticó con dureza la desafortunada intervención de la policía local de Valencia al haber dado una paliza a unos chavales que estaban protestando, exigiendo el cumplimiento de un derecho básico como es el de tener calefacción en las aulas, con el consiguiente comentario de su compañero Pau “Hay que salir a quemar contenedores” y un cierre atípico con la sugestiva “Magnifico Fracasado” que en mi entender quedó bastante fuera de contexto, quizás con otra más cañera hubieran quedado como señores, no obstante sería injusto evaluar su exorbitante concierto por ese poco acertado final y la ausencia de su típico medley compuesto por fragmentos de canciones de algunas de sus admiradas bandas y su particular homenaje a Héroes Del Silencio con “La Chispa Adecuada”.

Hay pocos grupos en la actualidad que con tan sólo tocar unas pocas notas de su repertorio, la gente las reconozca al instante y enloquezca, como así fue.

¡Otra gran noche de rock para llevarnos a la tumba!

- Nuestra Revolución
- No Quiero Verte Caer
- Más Allá
- Antes del Amanecer
- La Mala Suerte
- Blanco y Negro
- Ante la tempestad
- Ángeles Malditos
- O.C.K.
- La Otra Mitad
- Destino Perdición
- Cuando ya no quede nada 
- Desde Septiembre
- 13 Veces Por Minuto
- Baja California
- Magnifico Fracasado