Las modas en todos los ámbitos de nuestra vida siempre han existido, hoy en día en temas musicales estamos en una temporada en la que predominan los sonidos de otros tiempos, un sentimentalismo y añoranza por recuperar la autentica esencia de las bandas sureñas, blues rock y hard rock de los años 60 y 70. Aunque, casi siempre, ese acto de intentar parecerse excesivamente, a alguna de tus clásicas bandas de ensueño, se presenta como una arma peligrosa puesto que supone enfrentarse a un espejo en que puede acabar deformando tus virtudes propias. No obstante, toda esta nueva camada de revival rock setentero está logrando rejuvenecer las buenas técnicas y manuales de cómo crear un riff martillante o una melodía machacona con una base rítmica muy compacta y voz rasgada que te haga sacudir la cabeza, las cuales, ya de por sí, siguen siendo efectivas en el presente, sin tener aún fecha de caducidad.
Otra vez Gasteiz, otra vez ese bendito lugar, la sala Hell Dorado, lugar de encuentro ineludible de rockeros, en donde se respira una autentica pasión por el rock 'n' roll, sus paredes lo dicen todo, suscitando al espectador esa típica sensación de sentirte parte de un colectivo o como si estuviera en otra lugar y otro momento, una conmemoración de la época dorada del rock.
Con media hora de retraso de pronto las luces se apagaron y de ahí reventó todo en una explosión de sensaciones que tenían a “Your Game Is Over” como telón de fondo. Ahí estaban esos jovenzuelos catalanes '77 que tan buen recuerdo nos habían dejado tras su paso por la novena edición del Azkena Rock. Verdaderos reyes del boggie que sueltan toda su adrenalina contenida sin ningún temor de hacer el ridículo, descargando un excelente hard rock clásico sin límite de decibelios ni complejos de inferioridad. Un vendaval creativo que parece que no conoce de límites o trabas, buscando su propio camino y evitando caer en el profundo agujero de la mediocridad como a tantas bandas similares les ha sucedido.
'77
Una tarea que se les presenta pan comido, cada noche, a golpe de suculento hard rock setentero y con derroches de creatividad mostrados en la desorbitada “High Decibels” o el caleidoscopio sonoro de “Promise Land”, una pieza que plasma a la perfección las peripecias de la banda mientras vivía en Londres, como iban sintiendo en sus propias carnes eso tan verídico de que el rock es un estilo musical para minorías exquisitas, una inmejorable opera rock de casi 9 minutos; y desafiando la ley de la gravedad, demostrando en cada corte una gran maestría técnica y perfecta interacción entre sus movimientos escénicos , abriendo la puerta a un estado límbico en el que los colores se van difuminando y el mundo real perdiendo de vista.
Algo similar a un estado de felicidad permanente como consecuencia de la ingestión de un alucinógeno, una perfecta descarga de decibelios para dejarse atropellar y mover la cabeza al ritmo de riffs demoledores, con mucha garra y de ciertas reminiscencias a clásicos de toda la vida (Led Zeppelin, AC/DC...) y una base rítmica imprimiendo una consistencia sonora “Bigger Than Life”, tan viva y llena de pasión que no es nada fácil resistirse a su encanto. Evidentemente de ellos habría que destacar tanto su humildad, ganas de pasárselo bien, como el acierto de imprimir un ritmo elevado durante toda la descarga, denotando que el rock es para ellos una forma de vida y una manera de expresar los sentimientos y aunque a uno le produzca la típica sensación de haber oído esos sonidos mil veces antes, acabe prendado y totalmente involucrado, del rendimiento de degustar eléctricos y pegadizos cortes como“¿Are You Ready For Rock & Roll?”, la blusera “Let´s Bit It Up”, la no menos sugestiva “Backdoor Man” o “Give Me A Dollar” y la espectacular ”Big Smoker Pig” que sirvió para que su guitarrista LG Valeta cometiera alguna de sus dignas hazañas, como la de involucrarse entre la gente para acabar subido en la barra y dejarnos descolocados y con los ojos atónitos al concluir totalmente extasiado, tirado en el suelo del escenario. Unas cualidades asombrosas que independientemente de que los resultados les acompañen o no, les hacen tan interesantes como persuasivos. ¡Déjate atropellar!
Set List Aproximado
-Your Game Is Over
-High Decibels
-(Gotta Go) Gotta Hit The Road
-¿Are You Ready For Rock & Roll?
-Let's Beat It Up
-Promise Land
-Backdoor Man
-Things I Can Talk About (cara B del single High Decibels)
-The Girl Is On Fire
-Melting In A Spoon
-Give Me A Dollar
-Big Smoker Pig
'77
A estas alturas, y si todo hubiese salido como las chicas de Las Culebras habían soñado cuando quedaban en casa de una de ellas para fumar porros, estarían llenando estadios y sus discos serían reliquias de coleccionismo para los aficionados al rock pero así de injusta es la vida, confirmando que es posible que nunca pasen de ese estado en que muchos aficionados al punk rock las conocen pero muy pocos compran sus discos.
Una pena porque son un grupo cada vez más sólido y con las ideas super claras. Cuando estamos habituados a ver cómo muchos grupos ponen el culo a las primeras de cambio, ellas siguen sin dar su brazo a torcer, rockeando como siempre. Salieron con muchas ganas de comerse el escenario, a pesar de tener muy claro que era bastante complicado rayar a la misma altura que los catalanes, sabiendo coger el pulso a la actuación desde el primer instante, gracias a un sentido de la variedad bien entendida, aplicada a una composiciones con gancho, repletas de buenas melodías y arreglos trabajados, haciendo sonar sus guitarras de un modo salvaje e imprimiendo al mismo instante con consistentes coros un aroma concupiscente que en absoluto fue en detrimento de sus tremendas cualidades.
Las iniciales “Sun Goes Down” y “Hot Nights” ya invitaban a que nos corriésemos una de esas buenas juergas bañadas en alcohol, mucha destreza, mala uva y unas estupendas como adictivas armonías vocales, que provocaban en los espectadores intensas sensaciones, evocadoras de excitante placer, una exhibición de fervor destemplado y galopantes acordes. “I Wanna Drink With You”, “Troublemaker Lady” o “Mr. Morphine” sonaron especialmente bárbaras, algo parecido a una locomotora en velocidad de crucero, una capacidad innata para enarbolar nuestros sentidos y hacernos doblegar ante la exquisitez de unas guitarras mordientes que iban progresando y aumentando en intensidad y es que si de algo pueden presumir estas chicas es que saben transmitir buenas sensaciones de un modo natural, sin incurrir en una cierta insulsez ni anacronismo.
Las Culebras
Bastó poco tiempo, mientras intercalaban de forma casi mecánica las canciones de sus dos discos, para darnos cuenta que su formidable carisma y sensualidad sobre el escenario sigue siendo inversamente proporcional al espacio que ocupan en la prensa musical de nuestro país, una casi nula repercusión mediática. Hubo momentos vehementes y pasionales cuando enlazaron “Marvellous” y “Rock Of Jack The Ripper” o abordaron la explosiva “Rock Room”, cuya corporeidad es tan desbordante que podría alcanzar la condición de venturosa e incluso pasajes con menos pegada como “Poison” o “La Blusera”, melódicos y pulidos en cuanto a formas, que sirvieron de preludio a piezas más fervorosas como la contundente versión de Tina Turner “Nutbush City Limits” o el jolgorio incontrolado final con el “Fight For Your Right” de los Beastie Boys, mereciendo el apelativo de diablitas rojas del Rock´n´roll.
¡Revitalizador!
Set List:
-Sun Goes Down
-Hot Nights
-Rock Vampires
-Frehley Jeans
-Drink With You
-Troublemaker Lady
-Psicodelic Picnic
-Tortura
-Mr. Morphine
-Heartkiller
-Marvellous
-Jack The Ripper
-Fall to the River
-High Heels
-Rock Room
-Poison
-Tattoo You
-No Surprises
-High Heels
-Nutbush City Limits
-La Blusera
-Let´s Get Wild
-Fight For Your Rights