Resulta llamativa la tendencia de muchos grupos de metal a suavizar sus postulados, mediante la aprehensión de esquemas y elementos de rock melódico, intentando escapar de una maula sensación de familiaridad, de un “Deja Vu” flotando continuamente en el ambiente, guiados en cierto modo por su propia evolución y tratando por todos los medios no quedarse encasillados en un estilo muy determinado que haga que su propuesta se vuelva un tanto monótona y reiterativa.
Que lejos queda ya en el tiempo aquel 1991 en el que los Zarauztarrak Eraso despertaban tan buenas expectativas con su álbum debut, una mira bien alta de poder llegar bien lejos. No era para menos “Erantzunik Gabe”, fue en su momento una auténtica joya para los amantes del metal vasco, una impecable asimilación de la contundencia del sonido distorsionado proveniente del otro lado del charco. Aunque en la actualidad siguen teniendo un pie afirmado en el metal del nuevo milenio, el otro comienza a situarse en un rock melódico agradable e intenso, con un ligero toque progresivo. Una amalgama que dista de ser nueva pero que en sus dotadas manos adquiere vigor, soltura y prestancia.
Una madurez que les ha llevado a ralentizar sus estructuras, dotándolas de una mayor presencia melódica y profundidad emocional, cautivadores pasajes groove, tanto pesados como ligeros, que plasman sus tremendas ganas de hacer algo más original dentro del estilo, un alto grado de frescura y singularidad que los aleje definitivamente del arcaico metal ultraviolento; trayendo consigo ciertos cambios en sus planteamientos de cara a los directos, tal como pudimos comprobar el pasado jueves en el Kafe Antzoki, sacrificando cierta velocidad a causa de la valiente decisión de su vocalista Sergio de liberarse en sus tareas guitarreras y así poder tener una absoluta libertad para transmitir una elevada vitalidad en sus irrupciones melódicas, otorgando todo el sentido a lo que las letras transmiten.
Si bien se les vio sueltos y seguros sobre el escenario, en mi opinión les faltó quizás cierta credibilidad y confianza. Aún así conectaron con el público desde el primer momento, capturando la atención de los espectadores mediante la presentación de sus nuevas composiciones “Egunsenti Nuklearrak”, “Hesiak”, “Malkoa”, “Argazkia”..., regalando momentos únicos de extravagancia ambiental, riffs más pausados y técnicos, envolviendo la música en una exultante emotividad, para rompernos en muchos pedacitos y volvernos a hacer; teniendo todos ellos una buena aceptación. |
La intensidad de la descarga fue de menos a más, la banda atacaba los temas de un modo muy sólido y con una precisión que a veces resultaba un pelín fría pero no exenta de ilusión, empuje ni erudición, tornándose en su parte final más exuberante y fastuosa, sintiendo viejos clásicos como “Aurrera”, “Zein Gogorra”, “Ez Da Bidea”, “Gertaerak”, “Altzairuzko Taupadak” y “Erantzunik Gabe”, con una intensidad que muy pocas bandas son capaces de contagiar. Cierto es que se muestran más controlados que antaño, un poco más accesibles pero se trata de un regreso muy digno evolucionando con inteligencia, sin perder de vista la esencia de su pasado y sabiéndolo defender muy bien en directo. ¡Bienvenidos de nuevo!
Set List
- Egunsenti Nuklearrak
- Errebelazioa
- Aldeguinda
- Hesiak
- Ispilua
- Malkoa
- Argazkia
- Oraina Eta Geroa
- Memoria
- Joan Etorriak
- Eskura Sekula
- Grisez Bustitako Egunak
- Sosegu Eza
- Aurrera
- Orbainak
- Arazoen Zergatia
- Ez Da Bidea
- Zein Gogorra
- Gertaerak
- Altzairuzko Taupadak
- Erantzunik Gabe |