COLABORACIONES
 Crónica
 
Sôber + Romeo
  20/04/2012     
  Mikel García     
  Karlos García
  Kafe Antzokia, Bilbao, Bizkaia
www.insonoro.com

¡Alta tensión, una mirada selectiva y bien racionada!

A veces echar la vista atrás y hurgar en el desván de la memoria es todo un ejercicio muy saludable, desempolvar las raíces para darse cuenta de cómo se ha llegado hasta donde se está, revivir emociones históricas como consecuencia de activar habilidades olvidadas. Los madrileños Sôber están experimentado todo ello, viviendo una segunda juventud en plena madurez creativa, evocando unas sensaciones idénticas o muy parecidas a las que vivieron hace más de una década, producto del atrevimiento a embarcarse en una gira inusual, en donde exclusivamente interpretan los temas de su disco " Morfología".

Evidentemente en todas las épocas de la historia del rock ha habido genialidades locas de músicos que recluidos en su propio mundo han creado pequeñas obras maestras que el tiempo no ha dejado olvidar, “Morfología” es una de ellas, una filigrana que fue trabajada a conciencia, para que cada nota y cada palabra tuviese un sentido propio, abriendo una puerta a lo oculto y misterioso, a la ambigüedad y la complejidad de los sentimientos, marcando un antes y un después en el desarrollo de un género musical novedoso en aquel momento, el rock-metal-melódico.

Un disco que marcó tendencia, dejando una huella imborrable en toda una generación, complejas estructuras musicales, de elaborada instrumentación y una impresionante contundencia guitarrera que a su vez fortificaba unas melodías vocales diferentes a las que habitualmente estábamos escuchando en el rock y unos estribillos para dejarte la garganta. Un disco imprescindible para comprender la magnitud y brillantez técnica del conjunto, tratándose de una muestra impecable a las nuevas generaciones sobre la calidad musical que había en aquellos tiempos.

Si la música como tal nos llena, nos transporta, nos hace olvidar o invita a soñar es gracias en parte al talento de ciertos músicos en conseguir hacernos ver, a través sus emocionales y profundas canciones, el lado bello de la melancolía, la tristeza o la soledad, arrastrándonos a un estado bucólico del cual no querremos salir nunca.

El concierto de los madrileños Romeo mantuvo esa tónica de principio a fin, una sensibilidad fuera de lo común, basada en una propuesta atrevida y cautivadora, un ensamblaje de rock voluptuoso y metal intimista apto para emocionarte de verdad y encontrar, debajo de su formas, fragmentos de tu propia realidad. Un conjunto que posee una característica esencial en el rock, una maravillosa presencia escénica y si a ello se le suma muy buena calidad compositiva, así como un frotman de la talla de Joseph K, pues entonces encontramos una alianza explosiva que da como resultado un impacto sorpresivo e inmediato en el que escucha, melodías desgarradoras e interesantes líricas, múltiples líneas melódicas con una facilidad y extraordinaria claridad, como dejaron de manifiesto en su nuevas composiciones como “La Tormenta”, “Cara o Cruz” o el que será su primer sencillo “Corazón De Tempestad”.

  
Romeo
 

Una texturas que iban creando un efecto musical muy bello y rubricando que se encuentra su cualidad más importante en la sencillez compositiva y de formas; también en el hecho de crear música sincera y desde el corazón, no recargando más de lo necesario las canciones ni intentado adornarlas con falsas pretensiones.

En clásicos como “Niño Triste”, “Nada Importa”, “Lágrimas de Terciopelo” hicieron gala de lo exquisito que puede llegar a ser el minimalismo bien entendido, sensibilidades musicales que te acarician cada vez que les des entradas en tus oídos y que si algún día llega finalmente la extinción de la raza humana podría ser la banda sonora de su víspera, logrando que moriríamos un poco más en paz. ¡Músicos de altos vuelos!

Set List

- La Tormenta
- Cara o Cruz
- Nada Más
- Cargar Las Armas
- Sobrevivir
- Niño Triste
- Corazón de Tempestad
- Lágrimas de Terciopelo
- El Momento Exacto
- En Este Abismo
- Una Razón Para Crecer

  
Romeo
 

Las motivaciones de un grupo pueden ser múltiples, algunos buscan la gloria, el respeto, otros un medio para ganarse la vida y algunos un vehículo para exteriorizar impulsos, liberar energía y expresar sentimientos. Aunque parezca demasiado oportunista el hecho de que los madrileños Sôber hayan emprendido una gira interpretando solamente las canciones de su mejor disco hasta la fecha, algo parecido a una astucia económica, las motivaciones que esconde son más espirituales, que otra cosa, el deseo de revivir el placer pasado en todo su colorido y movimiento y dar el beneplácito a aquellos seguidores que añoran esos tiempos en el que la viveza, la imaginación y el ímpetu eran sus principales fundamentos musicales.

Hacía tiempo, demasiado, que deseaba y soñaba con volver a sentir lo mismo, esa sensación de estar a tres metros sobre el cielo que me propiciaban sus descargas sonoras, nunca olvidaré aquella salvaje actuación en el Metro Rock, en la Casa del Campo de Madrid , por el año 2004. Sus últimos conciertos por Euskadi no habían logrado despertar en mí esas sensaciones que ya daba por olvidadas, no obstante esa noche tenía el presentimiento y la ilusión de que íbamos vivir algo grande y maravilloso, además parecía que los astros estaban a su favor para que se produjera ese milagro, una sala reventada y las cámaras de la Televisión Vasca para recoger el testimonio, una doble dosis de excitación; Y así fue, músicos abriendo de par en par las puertas de la esperanza y cerrando de un portazo las de la mediocridad, exhibiendo una formidable solidez musical y en ciertos tramos una capacidad de improvisación sobrecogedora.

Una riqueza argumental repleta de genialidad y magia, reforzada en vivo, a través de una compenetración inquebrantable y un sonido consistente y directo; convencidos de su veracidad y pulsados por un concepto brillante de lo que debe ser un espectáculo, una serie de reacciones consecutivas, en cascada, de tal forma que a partir de cada una de ellas se generé las restantes.

  
Sôber
 

Las luces se apagaron repentinamente y tras una corta espera el escenario se oscureció, saliendo los músicos uno a uno, en última instancia el vocalista con los cuernos en alto, absolutamente concienciados de sus facultades, de poder descargar toda su furia ante un público que así lo reclamaba. “El Placer Del Deseo” fue el tema que abrió la caja de las emociones fuertes, una base rítmica sólida como un roca y el increíble gusto de Carlos de jugar de forma sublime con su calidad vocal, buscando un equilibrio perfecto entre los deslumbrantes riffs de guitarra de Jorge y Antonio, la espectacular pegada de Manu Reyes y esa intensidad emocional característica de sus textos.

Las fisuras que apreciamos en algunas bandas en vivo no existen en ellos, conforman un bloque sólido, demostrando que el directo es su fuerte y que no cabe la más mínima posibilidad de la existencia de alguna equivocación en ninguno de ellos. Si bien, la ejecución de los temas de Morfología fue prácticamente en el mismo orden que en el disco e imantados a unas formas y una contundencia ya habitual en sus conciertos, la calidez y pasión que mostraban en sus movimientos y rostros conmovía más allá de todo cálculo, propiciando un entusiasmo mayor en sus seguidores.

Obviamente, en directo se crecen y se convierten en la superbanda que es, defendiendo a muerte sus composiciones, cruzando sus guitarras en rabiosos finales sónicos, moviéndose por el género de manera firme y sin dar muestras de faltarles alguna asignatura pendiente que les inste a resolver sus composiciones con una mayor prestancia. Desde el primer segundo Carlos Escobedo ejerció como líder indiscutible de la banda vaciándose por completo en cortes como “Loco”, “Cubos” o “Condenado” y cediendo el protagonismo en los magníficos solos a Jorge Escobedo y los riffs demenciales a Antonio Bernandini, quien confesó en la presentación del tema “Mi Perdición” que la máxima influencia en ellos es la de la banda británica Therapy?, mucho más que Tool, como consecuencia de haberse quedado asombrado de su potente directo y eclecticismo musical, en su visita a la sala Caracol (Madrid) por el año 1998.

La verdad es que hoy en día hay pocos grupos en la actividad que mantengan un nivel de intensidad con el que se sientan cómodos, rindiendo al máximo de sus posibilidades y dinamitando opiniones favorables hacia una unanimidad absoluta en el resultado, aparte de provocar con tan solo tocar unas pocas notas de una canción como “Caída Libre” , en la que el propio Carlos incitó a que saltáramos como si tuviéramos 18 años, sobre todo “Predicador” o esa auténtica joya que es “Lluvia De Dolor”, idónea para meter trazos del “Thunderstruck” (AC/DC); que la gente enloquezca y muestren síntomas de delirium tremens. 

  
Sôber
 

Naturalmente el punto focal estuvo en la maravillosa voz de Carlos, quien volvió a dejar claro que no hay trucos de estudio y a demostrar que su compacidad y brillantez dota al directo de momentos de una inusitada fuerza. Los bises arrancaron con una diablura típica de las grandes bandas, con sus dos guitarristas en la mitad de la sala, punteando sus instrumentos con viveza y expresividad, dando pistas de lo que nos venía encima, uno de los grandes temas de su disco “Paradysso”, “Diez Años”, subiendo la temperatura de la ya por si animada sala y así redondear la faena entrando con espada en “El Hombre de Hielo” y “Arrepentido”, ambas interpretadas junto a todas las gargantas allí reunidas y llevarse las dos orejas y el rabo por la genial faena después de un toreo cuerpo a cuerpo en “La Araña” y “Sombras”, provocando que los cimientos del antiguo Cine San Vicente, en los que hoy día se asienta la sala, se estremecieran.

Con ellos no hay término medio, te gustan o no te gustan, esa noche supieron hacernos estremecer nuestros cuerpos de emoción y placer y calentar nuestra sangre bravía, reviviendo sus mejores años.

Si a todo ello le sumamos un sonido impecable, merced a la impecable labor de su técnico Alberto Seara, hace que dicho concierto se mantenga durante largo tiempo en nuestra memorias. Un desafío del que uno no sale totalmente ileso pero si agradecido.

¡Sôber siempre han sido únicos y lo seguirán siendo!

Set List

La prisión del placer
Loco
Abstinencia
Sigo subiendo
Cubos
Qué hice mal
Condenado
La duda
Mi perdición
Si
Caída libre
Predicador
Lluvia de dolor
Diez años
———-
Hombre de hielo
Arrepentido
La araña
Sombras

  
Sôber
 
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Romeo - Sôber - Ambiente
 
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