COLABORACIONES
 Crónica
 
Alfarock 2.012
  27/10/2012     
  Jose Luis Fernández y Borja Triviño     
  Borja Triviño y Karlos García
  Pabellón, Alfaro, La Rioja
www.insonoro.com

Llega el mes de octubre y una vez más nos acercamos a Alfaro, localidad riojana en la que el pasado sábado 27 de octubre se celebró la duodécima edición del Alfarock, curtido festival que nuevamente contó con un suculento cartel.

Si la situación actual de la música no es demasiado boyante, tampoco la es la de los festivales y mientras algunos de ellos fracasan en su intento por innovar y dar a conocer nuevas bandas, y otros cuentan con los llamadas “bandas de siempre” para no pillarse las manos, los organizadores del Alfarock año tras año, han sabido unir veteranía y novedad logrando en todas sus ediciones unos más que aceptables resultados.

En esta ocasión contaron con Gatillazo, Silencio Absoluto, Los Gandules, Latencia, Segismundo Toxicómano y Barricada, cinco bandas que nos regalaron más de siete horas de música y que pese al frió existente, llenaron de calor y diversión el polideportivo municipal de la población, recinto en el que desde las 5 de la tarde se fueron sucediendo los conciertos.

A lo largo del sábado, gente procedente de diversas provincias del estado, iba llegando a este acogedor municipio de la Rioja Baja. Para los más osados, las temperaturas fueron bastante bajas durante la noche, existía la opción de instalarse en la zona de acampada situada junto al recinto deportivo, otros o bien optaron por descansar las horas necesarias en el coche tras los conciertos o por reservar habitación en algunos de los alojamientos existentes en Alfaro.

En cuanto al festival, en esta edición la organización de Alfarock volvió a mejorar sus servicios siguiendo con la evolución de conseguir un mejor sonido dentro del pabellón. Cualquier persona sabe que esto dentro de un recinto cerrado siempre es un trabajo costoso. Para ello, añadieron unas largas lonas de color negro que se desprendían del techo para que el sonido se acolche e intentar que retumbe un poquito menos. Por lo demás, ninguna novedad estructural, la atención siguió siendo exquisita y los precios populares. Un gustazo. Ya si el clima otoñal fuese más cálido sería el no va más.

Un curso de iluminación y sonido abrió la jornada. Tras ello, los divertidos Los Gandules se subieron al escenario para hacer disfrutar al numeroso público con su divertido show, sorprendió ver tanta gente durante la primera de las actuaciones de la tarde. 

  
Ambiente
 

Dun Gandul y Tobo Gandul ofrecieron en primer lugar el típico show de Los Escafandra o Die Scaphandra, tras ello se despojaron del disfraz consistente en un traje verde hecho con bolsas de basura y gafas de buceo, para ponerse una bata y quedarse en calzoncillos y con esa vestimenta, guitarra en mano y sentados en un sofá ir interpretando sus entretenidos temas y versiones más cachondas, combinadas con monólogos, continuas bromas y la participación de los allí presentes.

Los aragoneses ante un público muy entregado que no dejó de corear todas sus canciones y entre carcajadas fueron repasando su extensa discografía, “Ginecólogo rumano”, “Malos tiempos para Sergei”, “Es mi abrigo” o “No hay pelos” fueron algunos de los cortes descargados durante los más de noventa minutos de actuación de los que dispuso la banda.

Pero su actuación, más larga de lo prevista, no pareció importar a nadie gracias sus vacileos constantes. Los continuos achaques a la gente que estaba sentada en las gradas, animándoles a dejar de jugar al “Apalabrados” y bajar al meollo, las gracias que soltaban entre canción y canción o la interacción que se vivió entre el dúo y la gente ayudaron a perder la noción del tiempo.

El momento más divertido de su concierto fue con “Paté de pato”. Dividieron el pabellón en dos,  para hacer un combate vocal con sus versos entre una parte y otra, salvo la persona que quedó en el medio que tenía libertad para apuntarse al lado que más quisiese. Todavía tenemos la estrofa repitiéndose en nuestra cabeza.  Hubo más momentos gloriosos para recordar que todavía nos sacan una sonrisa, como fue la versión de Mocedades “Ladrón de cobre”, o la parte final del concierto en los bises con un simpático popurrí con la compañía habitual de SusanVaga.

  
Los Gandules
 

A las ocho y cuarto de la noche llegó el turno del segundo grupo de la jornada, Latencia, que supondría el último concierto para Jandro, el vocalista de la banda. Con una expectación menor que en Los Gandules, en cuanto al número de asistentes se refiere, el quinteto puso sobre las tablas un concierto tranquilo y sin sobresaltos.

La ubicación de este grupo a primeras horas de la noche fue la más apropiada por el género musical de sus canciones. El pop rock. La caña se reservaba para más adelante. Latencia salió a escena en su localidad de origen con la intención de hacerlo pasar bien con un setlist de once canciones. Demostraron que en la localidad de las cigüeñas no solo se organizan festivales sino que hay grupos propios que las incitan al vuelo.

Algunas de las canciones que sonaron en el pabellón que contaron con mejor aceptación fueron “Infierno”, “Sol y luna” y “Duende”. Aunque la que se llevó mayor protagonismo fue “Grita”, que contó con la colaboración de otra persona llamada Santi. El resto del concierto se mantuvo sobre la misma línea. Sin prisa pero sin pausa dieron paso a los otros riojanos de la noche.

  
Latencia
 

Sin duda alguna Silencio Absoluto, con un nuevo trabajo bajo el brazo, era una de las bandas que más expectación había creado. Desde el inicio del concierto el saber estar y la compenetración mostrada por los de Fuenmayor sobre el escenario, hizo que sus seguidores se divirtiesen y cantasen enérgicamente temas incluidos en “A puñetazos con los abrazos”, el quinto trabajo discográfico del grupo, junto a clásicos como “Caña al fuego”, “Ayer me vi” o “A las noches les sobran los días”.

Se respiraba un ambiente excelente y los riojanos derrochaban carácter y potencia sobre las tablas, tras siete años de ausencia han vuelto a los escenarios con las pilas bien cargadas. Tanto el vocalista de la formación como el resto de componentes, interactuaban continuamente con un público que les llevó en volandas y les aplaudía incesantemente. 

El tema “Esta es mi historia” sirvió para presentar a Txinin, Joselito, Javato, Samuel y Jorge, los miembros actuales de Silencio Absoluto. El grupo no se olvidó de agradecer la labor que realizan tanto Aaron (Road Manager) como Kami (Backliner), sin los que la historia del combo sería bien diferente.

Con la descarga de temas nuevos como “Que te luzca siempre una sonrisa”, “A puñetazos con los abrazos” o “Sin parar”, y las míticas “Me gusta salir” y “Camisa de once varas” nos aproximamos al final del espectáculo. Espectáculo que concluyó con la explosiva “Marihuana”. El quinteto tras agradecer a los suyos su ferviente apoyo abandonó entre vítores el escenario, no sin antes reconocer a la organización del festival su labor y felicitarles por sus 12 años. 

  
Silencio Absoluto
 

Sobre las once y diez llegaba el momento más esperado para muchos de los presentes, la actuación de Barricada. Era la hora de comprobar, para el que todavía no lo había hecho, cómo suena en directo la nueva etapa de los navarros sin Enrique Villarreal, “El Drogas”. Y para empezar lo hicieron con “Punto de Mira”, una de las canciones de “Flechas cardinales “, el último trabajo de estudio, donde el polifacético exbajista ya no muestra sus virtudes en la banda.

El concierto transcurrió con un aprobado alto, la gente disfrutó con los temas nuevos interpretados, que además del primero ya citado, fueron “Rugir y morder”, “El muelle”, “En lo más pequeño” y “Flechas cardinales” que da título al disco y que utilizaron para despedirse en medio de la noche. El resto fueron canciones viejas que se reparten a lo largo de su trayectoria. Incluyendo “Por la libertad” y “Cierra los ojos” del álbum “La tierra está sorda” donde “El Drogas” ejerció un papel protagonista en su elaboración.

Si mostraron sus cualidades en las canciones nuevas imaginaros lo que pudo pasar con las viejas, sobretodo con las que se consideran himnos en la banda: “Esto es una noche de rock & roll”, “No hay tregua” que fue cantada en los bises y “En blanco y negro” que se vivió con el máximo furor posible. Todos los brazos que había en el pabellón estaban en el aire y rara era la garganta que no emitía ningún sonido. Aunque también se pudo notar el pálpito del público en las viejas “Okupa” y “Animal caliente”.

Sobran las palabras, Boni y Alfredo, miembros fundadores de la banda, dieron todo lo que había en ellos para despejar dudas y demostrar por qué Barricada lleva 30 años en escena y con sus guitarreos dieron a entender que queda grupo para muchos años más. Esperamos no equivocarnos. La gente respondió, y aunque está claro que no es lo mismo que antes, siguen siendo muy grandes.

  
Barricada
 

Los alaveses Segismundo Toxicómano fueron los siguientes en aparecer sobre las tablas, el ambiente ya estaba más que caldeado y el cuarteto liderado por un incombustible Placi, que actuaba por tercera vez consecutiva en este festival norteño, se entregó a sus seguidores de manera activa.

En la parte inicial del repertorio pudimos escuchar principalmente temas clásicos como “Patrones”, “Gaupasa”, “Pordioseros”, “12 años” o “Y gritaré”. Entre los mismos también se coló algunos de las canciones incluidas en “Ke no cunda el pánico”, la última publicación de los vitorianos, del que una vez más fueron repartidos desde el escenario una buena cantidad de ejemplares. ¿Habrá algún seguidor de los Segis que no tenga este disco?

No faltaron ni las inconfundibles “Cualquier error”, “Atraco”, “Odio” y “Nos joden”, ni otras como “Apunta” y “Since 1997”, que pese a ser relativamente nuevas ya se han convertido en auténticos himnos de la banda y son coreadas de principio a fin por su fiel público. Una vez más contaron con la colaboración de Luis de Punk Guerrilla, en esta ocasión no colaboró en “Euskadi”, tema que se echó de menos dentro del repertorio, sino que lo hizo en la apoteósica “Botes de humo” que hizo las delicias de los presentes en el polideportivo alfareño.

En definitiva, Segismundo Toxicómano ofreció un concierto vertiginoso y con su entrega y actitud contagió su arresto a un público que no dejo de moverse ni un instante. ¿Será por eso que no nos cansamos de verles?

  
Segismundo Toxicómano
 

Tras el arrasador paso de los vitorianos les tocaba cerrar la noche a Gatillazo, sus vecinos de Salvatierra. Una noche de rock que contó con una bonificación de una hora extra debido a que el reloj se atrasaba una horita al llegar a las tres de la mañana. Por lo que a las dos, horario nuevo, Evaristo saltó al ruedo a disparar un repertorio formado por temas de los cuatro discos de la banda y tres versiones de La Polla.

Desde el principio Evaristo y los suyos se mostraron  feroces, divertidos y cómo no, punkarras. Un concierto un poco más flojo del que nos tienen acostumbrados pero que movió a toda la avalancha que aún permanecía despierta. Además, la hora y diez que duró se nos hizo corta. Más aún comprobando que en el setlist que tenían a su lado aparecían descartadas unas cuantas de su idea inicial. Hubiésemos estado gustosamente más tiempo escuchándoles porque nos acostumbran a dar potentes shows.

El pistoletazo de salida lo dieron con “Guerra social”, de su último trabajo “ Sangre y mierda”, del que nos ofrecieron varias canciones, pero las que sonaron con mayor fuerza, sin quitarle mérito a las demás, fueron“¡Esto es mierda” y “El caos perfecto”. Con su puesta en escena y observando a los que nos rodeaban nos dimos cuenta que estas últimas composiciones ya han calado hondo entre los seguidores de la banda.

Respecto a los discos anteriores, destacaron “Nº1 en U.S.A.”, que contó con la colaboración del cantante de Batikano Rojo (Tributo a La Polla),  y “Relaciones peligrosas” del álbum “Sex Pastels”. Del segundo trabajo “Dianas Legales” sorprendieron “Parques y Jardines y “Pijos Power” y  del primer y homónimo disco de la banda fue protagonista “Gora Mari”.

En cuanto a La Polla Records, las tres canciones que interpretaron creo que no hace falta decir cómo se vivieron. Intensamente es un resumen. Estas fueron “Lucky man”, una curiosa versión de “Chus”, cambiándole la mayor parte de la letra pero con la misma melodía, y “Odio a los partidos” con la que Gatillazo puso punto y final a la edición de Alfarock  en 2012.

Una vez terminada la noche, se puso música de fondo para los que quisieron aguantar un poquito más. Los que no, se fueron retirando entre el olor de comida y las camisetas de los puestos que había fuera del recinto. Ahora, toca esperar a recibir noticias nuevas de los acontecimientos futuros en la localidad de Alfaro. En los que si no hay ningún problema el equipo de Insonoro confirmará su asistencia.

  
Gatillazo
 
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