¡Una salud musical de lo más consistente!

Evidentemente en todas las épocas de la historia del rock ha habido genialidades locas de músicos recluidos en su propio mundo han creado pequeñas obras maestras que el tiempo no ha dejado olvidar, el último trabajo de los madrileños Eldorado "Paranormal Radio" podría catalogarse como una de ellas, un auténtica joya de colección para dejarte llevar y gozar con los mil y un matices contenidos en él, marcando una diferencia notable producto de su amplio bagaje y selectivo eclecticismo, sin mimbres clónicos, recreando de un modo muy personal espasmódicas esencias setenteras que nos acercan a aquellos maravillosos años de una forma convincente, honesta y profesional, a esa época dorada de la década de los 70, en donde bandas de la talla de Led Zeppelin, Deep Purple revolucionaban el mundo. Si ya cuando lanzaron su disco debut “En Busca de Eldorado” vimos en ellos algo especial, mucha clase y talento a la hora de recrear perfectamente el estilo de esos iconos intocables, nada más que tuvimos la fortuna de verlos en directo volvimos absolutamente impresionados ante tal despliegue de poderío en vivo, sin caer en una inevitable pretenciosidad o en el más puro de los ridículos.

No obstante, lo que no podíamos imaginar es que el salto cualitativo en su último trabajo iba ser tan grande, experimentado hasta límites insospechados con su música, dejando fluir libremente las emociones retenidas, en buena sintonía, tanto en arrebatos setenteros con un aura psicodélico y medio tempos sostenidos en pianos embaucadores y textos hipnóticos que suponen un deleite para las glándulas más sensibleras de nuestros sentidos.

La noche olía a mágica y distinguida, ya que no todos los días se tiene el privilegio de tener a escasos centímetros a unos músicos de arrojo indomable, de esos que no se conforman exclusivamente en girar en una repetitiva, monótona y rutinaria espiral de estructuras sino que saben encontrar una salida a través de la cual su música encuentre nuevas e interesantes ideas para intentar adaptarse a la época y que signifique algo más que música, que perduré en el tiempo como algo especial. Ya desde el arranque con “Mr. Saturno”, “Midnight Games” y “Like a Lost Child” comprobamos una vitalidad y un encanto atrayente, del que resultaba difícil de escapar, músicos caminando por el filo de la constante improvisación, alargando y reestructurando sus temas, causando una imagen honesta de creer en lo que hacen, de ser cercanos, de disfrutar simplemente con la música y en donde cada uno ellos ocupa una parte vital en esa química necesaria para encandilarte sin remedio.

A la fiesta alcanzada por sus sustanciosas creaciones sonoras de la talla de “Caída Libre”, “El Último Tren”, “Space Mambo” se unieron gratuitas y perfectas versiones de Somebody To Love (Jefferson Airplane)  y “I Don’t Need No Doctor” (Ray Charles ), amagando en esta última con fragmentos del “Another Brick In The Wall”, para alcanzar el orgasmo total, y situados ya de por si en un eje candente subiendo aún más  nuestras pulsaciones a cargo de una desgarradora “Reactor” y de rítmica contagiosa y corpulenta “La Casa de Las Siete Chimeneas”, sin abandonar nunca un sentido de la melodía que en cortes como “Kassandra” llegó a su máxima expresión; percibiendo con todo detalle el embelesamiento de unos músicos modestos que tienen y tendrán cosas que demostrar. Un elegante y bien tramado compendio de canciones cobrando sentido ese refrán que dice que lo bueno, si breve, dos veces bueno. ¡Verdaderos dueños de su realidad!

Mr. Saturno
Midnight Games
Like a Lost Child
Caída Libre
Somebody To Love
El Último Tren
Atlántico
Another Bright Sunday
Blue Jay Wings
Space Mambo
Paranormal Circus
Kassandra
I Don’t Need No Doctor
Reactor
La Casa de Las Siete Chimeneas