Hace un par de años un grupo de Montcada i Reixac visitó Cantabria, concretamente la desaparecida Sala Heaven de Cacicedo de Camargo, nos cautivaron con su música y nos sorprendieron con su show y coreografía, ellos eran y son La Pegatina, y nuevamente, 24 meses después (casi clavados) repetían, esta vez en la Sala Orosco de Santander. De todos modos, Orosco, el primer concierto en directo "de nuestro rollo", lo pasa con nota, el sonido más que aceptable (La Pegatina mejor que la banda invitada A Kal y Kanto), la seguridad correcta y amables (esto se sobrentiende pero nos hemos topado con seguratas allí que hay que dar de comer a parte), en definitiva, ninguna pega, disfrutamos del concierto viendo que el trabajo realizado por la organización mereció la pena. |
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Los encargados de dar el pistoletazo de salida a la noche fueron los mirandeses A kal y kanto, que vinieron muy bien acompañados, y es que fletaron un autobús entero. Así que como es de suponer estuvieron muy bien arropados por sus compatriotas. Pero no todo eran paisanos, y para ser justos debemos comentar que la sala entera arropó a los teloneros. Ya habíamos descubierto a los de Miranda de Ebro hace un par de años en la primera edición del Tresparock, y nos encantaron, así que nos apetecía mucho disfrutar de su actuación y pasar un ratito envueltos con sus melodías. El ratito fue casi una hora, un tiempo en el que hubo espacio para muchas cosas, para muchísimas, pero lo que no hubo fue ni un solo segundo de aburrimiento. A kal y kanto se lo pasan estupendamente en el escenario, y esas ganas, esa energía y ese buen rollo lo logran transmitir al público a la perfección. En esos sesenta minutos sobre las tablas les dio tiempo a repartir discos, pegatinas y hasta narices de payaso, vamos que venían bien equipados, ¡¡jajaja!!. A kal y kanto venían a presentar su disco, “Locos pero con sentido”, y de éste nos ofrecieron canciones como “Palestina”, “Riéte” o “La primera”. Tampoco faltó el espacio para un par de versiones, una fue “Welcome to Tijuana” de Manu Chao, y también hubo otra versión de cuyo nombre no me consigo acordar. También tocaron “Borracho”, que anunciaron como un vals en pareja y “Fiesta en mi casa”, en este tema señalaron al teclista y comentaron que la fiesta se haría en su casa. Además se disfrazaron en varias ocasiones, poniéndose un gorro militar y cosas varias sobre la cabeza, también narices de payaso. En definitiva, pudimos ver una actuación sobresaliente de A kal y kanto. Y parece que visto lo visto, hay que empezar a tomar en serio a esta banda que hace de lo divertido una forma de vivir, de sentir y de pensar. |
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Luego llegaron La Pegatina que se convirtieron en un auténtico huracán arrasando todo lo que se ponía a su paso. Conectaron muy bien con un público ávido de sus canciones y que se sabía todas y cada una de las melodías que tocaban. La Pegatina ofreció un auténtico espectáculo en mayúsculas, pondría la mano en el fuego por ellos y no me quemaría. Se vio a una banda contundente, muy fuerte sobre las tablas y sobre todo demostrando mucha actitud y también mucha aptitud. La Pegatina es un grupazo con todas las letras y montan una fiesta como pocos grupos saben hacerlo. En esa lluviosa noche nos dejaron con canciones como “Odissea”, “El curandero” o “Mandarinas y pomelos”. Además tenían unos cañones que proyectaban serpentinas y nos las lanzaron varias veces, al principio de concierto y en algún que otro momento. El público estaba eufórico y no paraba de pogear y de animar a la banda, la gente se sabía todas y cada una de las canciones y movían el cuerpo al son que marcaba La Pegatina. Pudimos escuchar las míticas “Maricarmen”, “Chocholoco” o “Tomasín”. Y en la canción “Lloverá lloveré” la banda se resguardó bajo unos paraguas. También hubo tiempo para la presentación y mientras el showman del grupo, el frontman, iba presentando a la banda sonaban himnos como “Final countdown” de Europe, “Yo tengo un novio”, “Sarandonga” de Lolita, el mítico reggaeton titulado ”Gasolina” o la de “Borriquito como tú”, tema que puso el broche de oro a una presentación de lujo. La Pegatina nos ofreció más de dos horas de concierto, y salimos de allí más contentos que unas castañuelas. Esperamos verles de nuevo pronto sobre las tablas de un escenario porque nos dejaron con muy buen sabor de boca. |
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