En la actualidad la palabra rock es la que engloba a todos los subgéneros que han derivado de forma directa e indirecta del rock and roll, con la misma función que venía cumpliendo ésta cuando era la única vertiente. Un término mucho más contemporáneo que aglutina tanto el origen como la evolución en dicho género.

El cuarteto bilbaíno Malasiento y la banda de Amorebieta (Bizkaia) Memoria de Pez son un claro ejemplo, entre muchos otros, de la bifurcación de caminos que ha llevado el rock'n'roll en su evolución.

El pasado 20 de agosto, ambas bandas dieron muestras sobradas de su calidad en la sala Bilborock, dentro de la muestra Pop- Rock local Aste Nagusia 2014. Malasiento envolvieron la sala de vibrantes sensaciones aptas para los que añoran otros tiempos, una notable variedad de combinaciones estilísticas clásicas, referencias ineludibles a los abanderados del rock español más genuino como Burning, imponiendo su clase tema tras tema, con sensibilidad e inteligencia para que se canalizase en mayor medida el valor poético de cada una de ellas y sus efectos inagotables cuando suenan una detrás de la otra, destacando "Héroes", "Vacíos De Cordura", "Señora", "Vamos A Jugar", "Adictos" y "No Puedo Bailar". Similar a uno de esos buenos compañeros de ruta, que si te lo pones para conducir, te hará recorrer muchos kilómetros.

Por el Contrario, Memoria de Pez prefirieron exprimir al máximo su actitud, chulería y autenticidad, expeliendo un rock con puro sentimiento y estilo, rockanroll de altos vuelos, desgarbado y portentoso, repleto de melodías bien articuladas, logrando que cobrase más sentido que nunca el tópico de que el rock es un estilo de vida que todos deberíamos aspirar a alcanzar, con canciones que se adhieren con facilidad al tocadiscos mental de cualquiera, "Huele A Quemado", "Soledad", "Mil Lugares", "Por El Día Se Marcharán", "No Quiero Verte", haciendo gala de su destreza guitarrera y nervio y otras sin caer demasiado en efectismos previsibles y facilones como "Todo Tuyo", "Tus Rincones" o "Me Voy A Cantar", primando una densidad sonora latente, un cierto aire añejo, en la búsqueda de un equilibrio artístico brillante, entre madurez, versatilidad y frescura. ¡Almas hambrientas de estímulos sinceros!