10 discos de estudio y veinte años de carrera después por fin Beth Hart pisaba los escenarios de nuestro país y lo hacía a lo grande. Con un sold out rotundo y sin paliativos y todo el papel vendido desde hacía semanas a un público muy heterogeneo. El Teatro Barceló de Madrid era la ubicación elegida para la única fecha de su tour de presentación del sobresaliente  Better Than Home, su más reciente trabajo, y 100 minutos después de que la cantante californiana asaltara las tablas del Barceló, respaldada por una banda más rockera que blues, quedó claro en su rostro que nos veremos de nuevo pronto.

Y es que nadie fue inmune a un concierto en el que Beth Hart, una vez abandonado un pasado repleto de demonios personales (su adicción a las drogas y alcohol, la muerte a causa del SIDA de su hermana o las complicaciones derivadas de su trastorno bipolar), todo ello exorcizado ante nuestros ojos antes de arrancarnos el alma con su interpretación de We´re Still Living In The City, demostró que su estado de forma y ánimo la convierten en una de las grandes joyas sobre los escenarios en la actualidad.

Beth Hart triunfó y lo hizo a lo grande. Sin más artificios que su carisma y sobre todo su capacidad emocional/vocal para agrandar alguna de sus joyas musicales más cercanas al blues y el rhythm and blues y sacar adelante algún que otro acercamiento más pop (Better Man).

Estupendo el sonido en las primeras filas y puntualidad absoluta en el comienzo del concierto con un repertorio que pasó en exceso por sus dos obras junto al omnipresente Joe Bonamassa: atractivas las rockeras  Can´t Let Go, con la que abrió el show o Well Well ambas aderezadas con un repertorio de bailes sensuales, y más soul en el ataque de Rhymes, donde su fiel Jon Nichols suplió a la estrella de la guitarra con solvencia. Y en sus dos últimos discos editados, dejando un poco de lado su etapa más pretérita y salvaje en una artista que no solo cambia casi de manera radical el repertorio noche a noche sino que, en el caso de Madrid, y llegado el momento del rush final decidió que ya estaba bien de seguir el guión y fue improvisando temas  (hasta cuatro varió del set list pegado en el suelo) mientras sus músicos la seguían.

El concierto tuvo dos fases diferenciadas. Cuando Beth Hart micro en mano nos pone a bailar (la citada Can´t Let Go, Delicious Surprise que se llevó la primera gran ovación de la noche recordándonos lo cojonudo que era su disco Screaming For My Supper. Lifts You Up, un trallazo de rhythm and blues con un torrente de voz que acabó juguetón en los coros y una parte a capella donde alejaba el micro de su boca para que apreciáramos mejor su torrente de voz o en Trouble, una de las joyas de Better Than Home que nos puso a todos brazo en alto a corear el "Give Me My Money Back Motherfucker".

Y una segunda parte en la que la de Los Ángeles nos ganó bajando las revoluciones y sentada al piano para conmover con la sensual y profunda Baddest  Blues, probablemente de lo mejor que grabó con Bonamassa junto If I Tell You I Love You, el blues/swing clásico de Swing My Thing Back Around o Chocolate Jesus con su ritmo de blues jazzy y una media hora final de ensueño que comenzó cuando las lagrimas brotaron en la cara de la cantante mientras tocaba en soledad en el escenario Better Than Home, auténtico petardazo emocional,  y la enlazaba, también al piano, con We Still Living In The City donde su marido salió en la parte final a consolarla y darle un abrazo. Y un poquer final donde se colgó la guitarra acústica y sentada en un pequeño taburete al borde del escenario hizo de nuevo que su banda quedara relegada casi al olvido y  nos regaló una impresionante versión de Is That Too Much To Ask (otra de las perlas de sus primeros discos aquí reconvertida), St Teresa, con una  intimidad que dejaba apreciar todos los matices de su voz y que fue otro de los momentos más destacados de la noche, la citada Trouble y como único bis ocho minutos de locura con la cover de I´d rather go blind, de nuevo fuera del set list, y que fue lenta, desgarrada y llena de matices.

Uno de los mejores conciertos de este 2015 y el aval necesario para que los promotores vuelvan a traerla a nuestros escenarios.