El Festival Vértigo Rock de Ermua, Bizkaia, celebró su décimo aniversario, toda una década dedicada al rock, a la música en directo, además siendo un evento gratuito que año tras año ha sido fiel a la cita, propulsor de las bandas de su asociación y defensor de grupos emergentes, además llevando a su pueblo a lo mejor del estado.

Siguen cumpliendo sueños, las largas horas de trabajo tienen su recompensa y un año más la realidad superó las expectativas, parece no tener fin este proyecto y sus metas a futuro llenas de ilusiones poco a poco se cumplen. Este año, instalaron por primera vez una carpa para que nos refugiáramos en caso de lluvia, cosa que sucedió a media tarde con una fuerte tormenta pasajera, pero el desarrollo del festival continuó con toda normalidad, cumpliendo los horarios programados sin ningún problema

Este año veíamos en el cartel bastantes bandas de metal, un gran cartel liderado por Crisix que fueron los encargados de cerrar la noche, también estuvieron por allí Cobra y Escuela de Odio, estos últimos regresan a los escenarios con un nuevo disco bajo el brazo, lo malo, el escaso público que se acercó a las primeras horas del festival, una vez más la cantera rockera de la zona no sintió el apoyo del público local, grupos que realmente lo necesitan y así hacerse fuertes y grandes para dar salida los sonidos que crean con ilusión en sus locales de ensayo.

Hora 13 fueron los encargados de inaugurar el festival, allí vimos a su nuevo guitarrista por primera vez, listos para presentar los temas de su primer disco editado por Maldito Digital, “Anocheció”, que viene tras una primera maqueta en la que hicieron alarde de un metal melódico muy en la línea de los madrileños Sôber.

45 minutos tenían por delante, bien aprovechados y dando salida a un sólido sonido con temas donde sus estribillos mandas, cambios de ritmo constantes y grandes momentos de guitarra, con ciertos tintes góticos y melódicos más la gran carga emocional que tienen sus letras.

Dejaron claro que tienen muchas ganas de presentar sus nuevos temas, también sacaron alguno de su primera maqueta y lo hicieron con mucha actitud ante la ausencia del público en la zona delantera, eso no condicionó para nada sus ganas de estar en el Vértigo Rock. Empezaron con “Cabaret”, que también abre su disco debut, siendo diez canciones las que tocaron en total con temática diversa, que si el amor, la separación o la reflexión.

Registros de voz graduados con giros de velocidad rápidos, en un abrir y cerrar de ojos terminaron, no sin antes incluyendo en su set list los tres temas que aparecen como bonus track en su disco, “Una Palabras”, “Nada que Decir” e “Y Ahora Sí”, grabados inicialmente para su maqueta pero ahora con un mejor sonido, fuerza y solidez.

“Ser O No Ser” cerró su concierto, ratificando el buen estado compositivo de la banda, y ahora les queda seguir peleando y recorriéndose los diversos garitos y salas de la zona.

Nemon fueron una de las bandas que conocimos esa misma tarde, joven formación con voz femenina al frente, con unos sonidos un tanto distintos para lo que se cocinaba este año en el Vértigo Rock, rompiendo esquemas como está mandado.

Digamos que lo suyo es el pop folk con aires comerciales, tipo El Sueño de Morfeo o al menos eso sentimos en sus patrones, donde la melodía y el toque folk a cargo de instrumentos de viento como la flauta o la gaita, siempre están presenten, también percusión, claro está. En definitiva, dotaron al festival del toque distinto, sonidos sofisticados y apetecibles.

Ocho temas donde dieron rienda suelta a sus finas melodías, un conjunto de canciones diferentes de distintos coloridos y contrastes, dando salida a “Vive” o “Cuadrando Círculos”, “Tuercas Gastadas”, un pop abierto y refinado. Una carta de presentación bien abierta, comentando los cortes su cantante como bien hizo con “Juego de Tronos”, que no tenía nada que ver con la serie americana, o “El Rodar de una Canción”, en la que su guitarrista reflexionaba indicando que se está perdiendo el disfrute de la música escuchada en los formatos físicos como en vinilo predominando los canales digitales tipo Spotify.

“Desafinada” y “Dexcarga” fueron los últimos, mostrando el lado más salvaje de la banda, impulsando fuertemente el sonido de la batería.

Los de Markina, A.D., tras más de una década como formación, llegaron al festival siendo una las bandas más destacadas de la noche, posiblemente sea el grupo con más proyección por estos lares, que de forma sigilosa crecen a su manera, y así, sin darnos cuenta, ya tienen tres discos y varios Eps.

La autogestión es una realidad y si tienes convicciones claras de tu proyecto, los objetivos tarde o temprano se cumplen, primero el trabajo, meter horas en el local de ensayo, recorrerse Euskadi, entrar en festivales underground, gaztetxes, salas independientes como la Mogambo de Donosti.. acciones imprescindibles que A.D. saben y realizan.

Estos sí que fueron arropados como se merecen, ante un público diferente que se acercó desde distintas localidades bizkainas y estuvieron frente a ellos desde el primer minuto, su sonido, el crossover fue el más salvaje y agresivo de toda la tarde noche.

Once temas nos mostraron, supurando estados de rabia y reivindicación, hablando de conciencia social y humanidad dormida ante los hechos, empezando rápidamente con “Ira Infernal” y “Guerra”, para seguir dando brea con los temas de su nuevo disco con “Respira” y “Realidad”, que abren dicha obra llamada “Si Vis Pacem..” en el mismo orden.

Hicieron gala de un sonido entero, directo y rápido, con un cantante llamado Igor que controló su espacio llevando la actuación a su terreno, no parando de moverse y gesticulando constantemente con brazos y manos, además de formar molinillos desenfrenados con su cuello y cabello. Pasando a poner el dedo en la llaga con “Dinero y Mentiras” o “Ley del Silencio”, más la diversión y sorpresa con la cover de Ángeles del Infierno “Maldito Sea Tu Nombre”, eso sí, llevándola a su terreno, volcando el lado más salvaje y melancólico de la banda de Lasarte. No fue la única sorpresa de la noche, invitaron a subir a varios amigos, Kapi de Ost se puso a la guitarra, Ian Mason de The Wizards a las voces, Txino de Storbais tambien a las voces y Ekaitz Garmendia de Legen Beltza, completando una superbanda que la liaron sobre el escenario, era como si cayese la bomba de Hirosima en plena calle.

Luego les dio tiempo a tocar el último tema, “Titán”, desatando histeria y diversión colectiva tras esa fantástica reunión de amigos.

Issuna, formación de Ermua, repetían en el festival, convenciendo al respetable con sonidos rápidos y sucios, un post hardcore distorsionado, amoldado y supurado a caóticas canciones donde los riffs y sobre todo el sonido del bajo, apuntala un esquema sólido y rico en matices.

Tras la intro, velozmente cogieron posiciones para interpretar “Saminaren Gidari” luego vino “Berlín” y “Entsalada Egunak”, apostillando un muro sónico difícilmente infranqueable. Un concierto trabajado, sin descanso, taladrando nuestras cabezas con un convincente set list de temas propios donde aparecieron un par de versiones, dos influencias euskaldunes seguramente, la primera  el “Ostia” de Julio Kageta, banda de culto de la zona, ya desaparecida, y la otra del poeta vasco Mikel Laboa fallecido en el 2008, “Nahiz eta Heriotza”, respetado y admirado por todos.

Entrando en la recta final escuchamos “Zure Kabuz” y “Hc Bizirik”, donde la velocidad de los instrumentos fue inegable, además la banda nos mostró los registros más rabiosos de toda la actuación hasta llegar a los últimos alientos.

Escuela de Odio son uno de esos grupos imprescindibles en los festivales, más de dos décadas dando guerra, exactamente 23 años, siendo uno de los líderes del hardcore nacional, muy queridos y respetados dentro de la escena.

Largo viaje con todos sus clásicos, más algunos temas de su décimo disco de estudios “Sólo nos Queda Luchar”, editado el pasado mes de octubre, posiblemente el causante de que los asturianos vuelvan a la carretera después de algunos meses de parón. Entre los nuevos escuchamos “Fuck The Police”, canción de repulsa hacia toda clase política o “Puertas Cerradas”, que la unieron con los más rodados de la talla de “Héroes de la Clase Obrera”, proclamando la defensa de todo tipo de trabajador, también “Hablan las Calles”, reivindicando el poder de la calle y dejando atrás las redes sociales que nos atontan y duermen dejándonos clavados en los sofás de nuestras casas.

“Del Perro Al Amo”, otra oda de la clase obrera o “Una Vida Marcada”, repulsa total a toda violencia doméstica, fueron aclamadas, tienen un mensaje importante de lucha muy presente en nuestra sociedad, tampoco se olvidaron de los refugiados con el tema nuevo “Carne en la Alambrada”.

La sangre del público, sobre todo el situado en las primeras filas, hervía por instantes, allí veíamos los primeros pogos y circle spits de la noche, dispuestos a darlo todo y recibir el mensaje directo de estos asturianos, que a estas alturas estaban inversos en la recta final, allí lanzaron más novedades, “No Pasarán” y “1 de mayo”, enlazadas sin descanso, además el tiempo se les iba echando encima.

Y llego el momento de una versión, un tema muy querido por todos los amantes del rock de la zona,  Kortatu ”Zu Atrapatu Arte”, dejando para el final dos himnos, “Canciu de Lucha” y “Asturias Arde”, dos puños en alto que cualquier grupo les gustaría tener en su haber.

Llegó el momento de descansar, el escenario principal paraba durante una hora para dejar paso a Motxaila Band dentro de la carpa, animaron con sus versiones, pero nosotros decidimos ir a cenar unos bocadillos. A estas alturas el retraso se iba acumulando, pero las tres últimas más bandas que quedaban consiguieron ajustar su tiempo para cumplir en la mayor parte posible, los horarios.

Continuaron los locales Insohmnio, que volvían a tocar en el festival tras sus actuaciones en el 2007 y 2010, esta vez lo hacían en la mejor hora de la noche, la organización les dio este privilegio, y realmente se lo merecen, llevan una década como formación, dos discos de estudio y una maqueta.

Venían al Vértigo con un nuevo trabajo, “Stamina”, repleto de nuevas ilusiones y con las mismas ganas con las que comenzaron andadura, un regreso a los escenarios tras un parón donde su cantante, Aitor Cid, no ha estado quieto, lanzando un nuevo proyecto llamado Orihen.

Sonidos de metal y melodías filosóficas, haciendo de este un concierto especial que contó con varias invitaciones, entre ellas la violinista Aida, que tocó con ellos uno de los temas nuevos, “Coca” como bien hizo en la grabación, también en el final del concierto se subieron al escenario Maialen, guitarrista de Orihen y Maialen Arrizabalaga, cantante de Stai Zitto, para apoyar en los estribillos en la última canción que tocaron, “Istorio Ederra”, que además es la única que en su disco cantan en euskera.

Aprovecharon la ocasión para tocar todos los temas nuevos, en total son ocho, destacando “Mil Horas”, “Vigilia” y “Piratas”, quedando poco espacio para los cortes de su anterior disco, como “La Hora” con la que comenzaron o “Declive” en el ecuador de la actuación, ambas bien recibidas por seguidores y amigos.

Insohmnio han vuelto de nuevo, este sería su primer concierto de la gira donde los nervios estuvieron presentes, ahora darán guerra, las pilas están cargadas!!

Los penúltimos en salir a escena fueron Cobra, ante un ambiente fantástico y receptivo, había gente hasta la mesa de sonido y las barras del festival estaban funcionando a las mil maravillas.

La agenda de Cobra es difícil, sus miembros están metidos en mil batallas y tienen que compaginar sus calendarios con diversas historias, recordar que sus miembros son hiperactivos, allí está Lete de Kokein, Osso, también David González de Berri Txarrak y Ekaitz de Dinero, S.C.R. y seguramente otros proyectos que siguen creciendo.. pero no sé cómo lo hacen y pueden dar conciertos como Cobra, además han grabado un disco recientemente, “Riffyard”.

Su culto por los thrillers es el hilo de unión entre las viejas y nuevas canciones, pero ahora miran hacia otros horizontes, una temática variada. Como siempre, la banda se dejó la piel sobre el escenario, mucho sudor y pasión, siendo su punto fuerte la fraternidad entre ellos y el público, es más, el propio Lete acabó por encima de nuestras cabezas durante un buen rato, iba de un lado a otro hasta que la gente le puso en el suelo.

De principio a fin fue un no parar, los sonidos stoner rock que bien practican gustan mucho por la zona, además Cobra los bordan dando protagonismo al bajo y a los cambios de ritmo, también influye mucho tener en sus filas a Lete, un cantante con buenos registros de voz y mucho carisma, todo un lujo verle sobre un escenario.

Viajamos hacia el lado progresivo de los sonidos influenciados por la zona desértica californiana, respirando y carburando sensaciones lisérgicas y electrizantes, empezando con “Skull & Bones” uno de sus nuevos temas, “Randolph Aviator”, o uno de sus cañonazos “Ground Zero”, abriendo esa fortaleza de tesoros que buscan rápidamente abrirse camino y zarandear como si latiguillos de electricidad fueran dándonos calambrazos. Alto nivel de exigencia bajo una puesta en escena que muchas bandas internacionales envidiarían, Cobra es nuestro pequeño diamante eusko label vasco.

No se perdió la cita uno de sus temas emblema, “Miyagi” que bautiza el movimiento de cabelleras de todos los presentes, y luego, su último tema de la noche, “Life's Too Short”, dejándonos buenas sensaciones. En total 16 temas tocaron, como si no hubiera pasado nada, no nos dimos ni cuenta fue un abrir y cerrar de ojos como quien dices.

Y llegó el final, el último grupo de la noche, los catalanes Crisix presentando su último disco “From Blue To Black”, vuelta a sus locuras y diversión, potente trash metal que monta una buena fiesta. Primero, el escenario fue modificado, añadieron tres peldaños al frente donde sus guitarristas y en especial su cantante Juli, utilizaban constantemente para subirse y dejarse ver de forma espectacular, una visión distinta y dinámica.

Crisix siguen fieles a sus inicios, humildes y luchadores, su perseverancia les ha llevado a estar en la brecha nacional de trash, siendo uno de nuestros grupos más internacionales cumpliendo así uno de sus sueños, darse a conocer y girar por cuantos más países mejor.

La liaron pero bien, ya sea con los temas antiguos que con los nuevos, como “Conspiranoia”, un grito hacia la libertad de expresión cantada en cinco idiomas, o “Journey Through The Fire”, una ola directa de melodías y riffs, para luego sacar su mala leche mostrar los instrumentos al aire con “Rise... Then Rest”.

La locura se apoderó de las primeras filas, incluso se montó un circle spit en toda regla, opción que Crisix utiliza en todas sus actuaciones, haciendo que la diversión reine tanto arriba como debajo del escenario.  Totalmente entregados, ya sea su cantante, el bajista, los dos guitarristas que intercalaban posiciones constantemente, todos, acelerando las notas, moviendo sus cabezas, un espectáculo en toda regla.

“T Terror Era” o “Fallen” seguían con el ritmo endemoniado, se acercaban las dos de la mañana, la hora del fin, pero Crisix encajó todo su set list en el tiempo aunque se pasaron unos minutos de la hora fijada. Continuaron con “Psycho Crisix World”, tema nuevo que ronronea con el funk demostrando que esta banda abre sus horizontes y orejas y no quiere estancarse en el trash metal más rudo.

Invitaron a Lete de Cobra para cantar el “I'm Broken” de Pantera, vaya dos los que se juntaron para cantar este clásico. Y ahora sólo quedaba el final, pero antes el batería cambió de instrumento y se fue a por la guitarra, Juli cogió el bajo y el bajista se puso a la voz, un cambio de roles de una banda versátil.

Las dos últimas fueron “Bring 'em To The Pit” y “Ultra Thrash”, dejándonos sin aliento, primero por la caña que metieron y segundo por la carrera que nos dimos para coger el tren de vuelta a casa.

Un año más, felicitamos a la organización del Vértigo Rock, nos ponemos a sus pies y les aplaudimos, año tras año se van superando, nos deleitan con carteles variados y para nada repetitivos. Gracias!!