COLABORACIONES
 Crónica
 
Santander Music Festival 2016 - Parte I - Viernes
  05/08/2016     
  María G. Guerrero     
  Jorge Palacios @insonoro
  Campa de la Magdalena, Santander, Cantabria
  
www.insonoro.com

Suelen decir que la curiosidad mató al gato, pero a veces no hay que creerse mucho los refranes (aunque acierten normalmente), y hay que romper rutinas y zonas de confort. Por eso este año nos apeteció acudir al Santander Music 2016 a vivir una nueva experiencia. Las personas que escribimos y colaboramos en Insonoro escuchamos de todo, aunque no escribamos normalmente más que de ciertos estilos, y abogamos por la pluralidad y por abandonar la estrechez de miras y las etiquetas. Por eso, y porque este festival es de nuestra tierra y es un referente nacional, decidimos tratar de sumergirnos en este tipo de música acudiendo al Santander Music 2016.

Sabíamos que lo que veríamos sería de lo mejorcito de toda la península y eso nos animó mucho. Si alguien nos hubiese dicho antes el buen recuerdo que se nos iba a quedar del festival, seguramente habríamos ido el pasado 2015, pero como me gusta decir, las cosas pasan cuando tienen que ocurrir.

Esta crónica se escribe desde la sencillez y la tranquilidad de una persona que no suele disfrutar habitualmente este tipo de música, que no ha escuchado un disco al completo de los grupos que participaban en el festival, que nunca les ha visto en directo y que jamás ha estado en un evento de esta índole.

El que se espere tecnicismos, comparaciones, rudos juicios de valor y opiniones tajantes, puede (y debe) dejar de leer ahora mismo. La que suscribe explica las cosas a su manera, expresa emociones, ideas y puntos de vista que están muy alejados de pretender ser una lección o una clase magistral. Y todo ello desde la calma que da el expresar lo que uno ha vivido y ha sentido, sin ninguna pretensión ni grandilocuencia, sino más bien todo lo contrario. Y con esas premisas como telón de fondo, escribiré en unas cuantas líneas lo que para mí fue el Santander Music 2016.

Solamente pudimos asistir a las dos últimas jornadas, la del viernes y sábado, la del jueves nos fue imposible, en ella causó baja de última hora Bunbury y se montó una buena por las redes sociales, pero la organización reaccionó rápidamente dando la mejor solución posible a la gente que tenía entrada sólo para ese día. En Fb está toda la historia, nosotros nos centraremos en las crónicas del viernes y del sábado.

  
Ambiente
 

Lo primero que me gustaría resaltar es el buen ambiente que se respiraba durante los dos días que estuvimos en el festival, tanto el viernes como el sábado. Nos pareció que la gente era muy educada y respetuosa, algo que en otros sitios no ves con frecuencia. A veces, por ejemplo, resulta complicadísimo ir entre la gente con la mochila con la cámara de fotos, o pasar de un lado al otro del escenario. En este evento, las personas te cedían el paso y ni se inmutaban si les rozabas o golpeabas levemente. El estar en un entorno en el que te sientes a gusto y sin miedo a que te puedan ofrecer dos leches es todo un aliciente.

Por otro lado, los tiempos de espera tanto para ir a coger los tickets como para pedir la bebida eran más que cortos, teniendo en cuenta la cantidad de gente que había en el Santander Music 2016. Todo hay que verlo con perspectiva, con la perspectiva de que hay en el evento miles de personas.

Y hablando de colas, varias personas comentaron por las redes sociales que en el baño habían estado esperando demasiado para poder entrar. El sábado yo tuve que acudir varias veces, y la que más esperé fueron un poco más de 5 minutos, en los que creo que entraron unas 80 personas al servicio. Había personal de seguridad femenino organizando las colas y más o menos una treintena de baños, limpísimos y hasta con agua, jabón, espejo y luz.

Pocas veces he visto algo parecido. Sinceramente, si alguien se queja me parece que lo hace de vicio, o eso o que ha ido al servicio entre concierto y concierto, cuando va todo el mundo y hay que esperar un poco más. Para mí esos baños y esas colas tan cortas eran casi como un espejismo, sobre todo teniendo en cuenta que he ido a cientos de festivales sin baños o con dos baños femeninos, tal vez con menos público que no sea varón, pero en proporción, muchísimos menos baños. Así que, en este sentido, sí, creo que a veces nos quejamos de vicio.

  
Ambiente
 

Otra cosa que me llamó poderosamente la atención en sentido positivo fue la presencia de DJ´s durante los cambios entre concierto y concierto, tanto el viernes como el sábado. El viernes, estaban los Bitches Deejays que fueron un espectáculo por sí mismos, y que nos entretuvieron con canciones como “Puta vida” de Supersubmarina, “Why don´t you get a job?” de Offspring, “Puto” de Molotov, “El Gato López” de Ska-P, “Free from Desire” de Mendetz, “Wannabe” de Spice Girls… Vamos, ¡¡un auténtico fiestón!!. La gente enfervorecida no paraba de bailar y podemos decir que cumplieron y con creces

El sábado, pudimos escuchar a Hugo Le Loup, que le imprimió un toque más serio y electrónico a los cambios entre grupo y grupo, y aunque la gente también disfrutó muchísimo, las canciones a mí me atraían un poco menos. Sonaron temas como “Purple rain” de Prince, “Hydrology” de Glenn Morrison, “Echoes” de The Rapture… Como suelen decir, tiene que haber de todo. Y aunque los estilos de los dos DJ´s eran diferentes, ambos consiguieron animar al público y mover a las masas.

Y en último lugar, quería hablar de las espectaculares Food Trucks que había en el Santander Music 2016, un auténtico lujo sobre ruedas para los amantes de la buena cocina, nada que envidiar a muchos restaurantes de esos de mantel de hilo. Había para probar todo tipo de exquisiteces, desde nidos de patatas con ensalada y carne de pollo, hamburguesa de ternera o hamburguesa vegetal, bocadillos de calamares, hasta gofres artesanos o magdalenas.

Las furgonetas estaban ubicadas formando un círculo que era mágicamente iluminado por cientos de bombillas que se unían en el centro y que salían del mismo perpendicularmente, creando un ambiente muy acogedor. En el medio de las Food Trucks las mesas para degustar tales manjares eran imprescindibles y estuvieron presentes.

Además de crear de esta forma una zona de ocio y respiro, para merendar, cenar y para cambiar un rato y “evadirse” un poquitín de la música.

  
Ambiente
 

Desde Pamplona llegaron Belize con una juventud evidente y con su primer disco debajo del brazo: “Samoa ´92”, del que nos ofrecieron unas cuantas canciones durante aquella tarde en el Santander Music. Nunca habíamos visto a esta banda nobel y nos sorprendieron por varios aspectos, el primero de ellos por su inclusión de canciones en inglés, en francés y en castellano (las que menos). Y en segundo lugar también nos pareció muy atractiva la propuesta vocal, con dos voces principales, una masculina y otra femenina, que se iban alternando y que se complementaban a la perfección.

Opino que otro de los grandes alicientes de la banda es la frescura que emanaban sus canciones y la inclusión de teclados en la música. Desde el principio nos animaron a interactuar con ellos, y al poco de empezar su actuación dijeron algo así como: “Un placer Santander, somos Belize, es un lujo contar con vosotros, ¿vamos a pasarlo bien?”.

¡¡Pues claro que íbamos a pasar bien!!. A pesar de que a nosotros nos gusten las melodías un poco más duras y contundentes, pero a Belize se les ve un enorme potencial a punto de estallar. Tiempo al tiempo.

De ese disco primogénito, “Samoa ´92”, pudimos escuchar unas cuantas canciones como  “Interlude II: Sur le toit”, que dedicaron a su amigo Santi, “Saudade” o “Egos”, con la que dieron por finalizada su actuación. Resulta muy complicado nombrar más temas debido a que no las conocíamos, a que son en su mayoría en inglés o en francés, y a que buscando las frases de las canciones, que fui apuntando en el momento, no he logrado encontrar el título de todas en Internet.

También hubo un hueco para los agradecimientos, tanto para los técnicos como para las personas que estábamos allí arropándoles.

Además, pudimos escuchar en vivo y en directo “L´Hiver (Qui Sera)”, que es un tema adelanto de su segundo disco, que publicarán el año que viene. Y para la ocasión la teclista del grupo pasó a tocar el violín, dando un toque diferente al tema.

Belize tuvieron la no siempre fácil tarea de empezar a poner música a la tarde del viernes y superaron el reto con buena nota.

Podéis escuchar la música del grupo en su web: www.soundcloud.com/belizesounds.

  
Belize
 

Pasadas las 22:30 de la noche hicieron su aparición en el escenario Novedades Carminha. Probablemente fue de los conciertos que más me gustó en la jornada del viernes. Novedades Carminha me ganaron con su rock suave y ochentero y con su estilo desenfadado.

Nunca había escuchado su música ni les había visto en directo, pero sinceramente opino que a veces eso es un punto a favor, porque realmente si un grupo te logra enganchar la primera vez que les ves, así de esa forma, a ciegas por decirlo de alguna manera, es porque realmente derrochan calidad y energía a raudales.

La banda ya cuenta con cuatro discos en su haber. El último publicado este mismo año se titula “Campeones del mundo” y nos dejaron una buena muestra de él en forma de temas como “Que Dios reparta fuerte”, “De vuelta de todo”, “Et moi, et moi, et moi”, “Ritmo en la sangre” o “La mejor de Europa”.

“Juventud infinita”, su anterior disco de estudio, también tuvo su protagonismo merecido, con canciones como “Devórame otra vez” o “Quiero verte bailar”, tema que presentaron con mucha clase y con una actitud ejemplar, con perlas al micrófono como éstas: “Somos Novedades Carminha y sólo queremos una cosa: ¡Queremos veros bailar ya!”. ¡¡Así sí!!. De ese modo se animaba cualquiera. ¡¡Rock & Roll!!.

De ese penúltimo disco también sonaron “Capricho de Santiago”, “Fiesta tropical”, “Tu antes molabas”, o el tema homónimo al disco, que dedicaron a León Benavente, que actuaría posteriormente.

La banda además comentó que era la primera vez que tocaban en Santander y que estaban encantados de la vida.

Hacia el final de su actuación se centraron en los discos más añejos, y nos ofrecieron “Pesetas” de “Jódete y baila”, o “Te vas con cualquiera”, todavía más mítica, de su primer disco.

El colofón a una actuación sublime lo pusieron con la reciente “Dame veneno”. Me llevé una agradable sorpresa con Novedades Carminha. ¡¡No os los perdáis!!.

  
Novedades Carminha
 

León Benavente fue otro de esos grupos que nunca había escuchado,  ni había visto en directo, algo que como ya he comentado, para mí suele ser todo un aliciente. Sinceramente tengo que comentar que me sorprendieron muy gratamente, me hicieron pensar con sus letras, y me dejaron ojiplática con su manera de tratar los temas sociales más controvertidos y espinosos.

Me pareció un auténtico grupazo, una banda de esas que no te deja indiferente, que te remueve las entrañas, que no cae en el olvido fácilmente. En definitiva, me dejaron una gran huella. Si bien es verdad, que algunos temas me parecieron sobresalientes, tal vez los más rockeros y acelerados, otros me dejaron un poco más fría. Esa ambivalencia me hace tener sentimientos encontrados, porque todo es mucho más fácil cuando es blanco o negro. ¿Me gustaron?. ¡Pues sí!, pero unas canciones bastante más que otras.

Además, me conquistaron con los toques psicodélicos de los temas, la ironía de las letras, la voz chula y potente del frontman y el aura social de las canciones.

La actuación comenzó con “Tipo D”, incluida en el disco “2”, que han publicado este mismo año. Y a esta le siguieron otras muchas de ese trabajo, como “California”, “La ribera”, “Gloria” (que fue de las que más me gustó) o “Habitación 615”, entre otras.

Y también nos dejaron alguna canción un poco más antigua, por ejemplo: “Ánimo, valiente”, “Estado provisional”, “Revolución”, “La palabra”, “Aún no ha salido el sol”, “Ser brigada”, con la que magistralmente dieron por concluida su actuación.

León Benavente me dejaron buen sabor de boca, me gustó la voraz crítica social y dejaron huella en mí. ¿Qué más se puede pedir?.

  
León Benavente
 

Izal llegó ya bien entrada la noche como un huracán que arrasa todo a su paso, con una energía y unas buenas formas envidiables. Me gustaron no mucho, si no muchísimo. Ya desde el principio, dieron buena muestra de su preocupación por las cosas bien hechas, desde la escenografía, con el logotipo de su último disco, “Copacabana”, como telón de fondo, atrás del escenario pero presidiendo toda la actuación.

Izal llegó para montar una fiesta de las buenas y el público enfervoreció ante la propuesta de los madrileños que se mostraron más que suculentos, despertaban el apetito y daban ganas de sumergirse en su música durante mucho más tiempo del que duró su actuación. Me provocaron la necesidad inmediata de ir a verles a un concierto más íntimo, más pequeño y menos multitudinario.

Empezaron a dar calor a la noche con “Copacabana”, para retroceder hasta su disco “Agujeros de gusano” en forma de “Asuntos delicados” y “Hambre”. Tres canciones que se pasaron volando y tras las cual el grupo saludó y nos preguntó qué tal estábamos. ¡¡Cómo para no estarlo ante semejante espectáculo!!. ¡¡ De madre estábamos!!.

Nos prometieron pasarlo bien y dijeron que era un honor y un orgullo estar allí esa noche con nosotros. El público estaba motivadísimo y apoyó a Izal en todo momento, coreando las canciones, bailando, animando… La respuesta era la esperada, no podía ser otra, ante la magnitud de Izal.

Jenna Fischer” siguió mostrándonos ese segundo disco de Izal, y retrocedieron todavía un poco más atrás de la mano de “Prueba y error”. De repente, estábamos otra vez en “Copacabana” para vivir y sentir “Los seres que me llenan” en directo y con el vocalista rasgando las cuerdas de una guitarra acústica mientras cantaba.

“Tambores de guerra”, “Despedida” y “Arte moderno”, fueron para mí las últimas canciones de Izal aquella noche, porque estaba derrotada y mi cuerpo no daba más de sí. La banda me pareció ENORME. Espero tener la suerte de verles otra vez pronto.

Y así concluyó para mí la jornada del viernes del Santander Music. Una buena experiencia sin duda alguna. Me fui a casa muy contenta con todo lo vivido aquella noche. ¿Qué pasaría al día siguiente?.

Y esperamos coincidir en alguna ocasión con The Sunshine Underground, el cansandio pudo con nosotros.

  
Izal
  
 
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