Quaoar celebró el décimo aniversario de su primer disco, “Man't”, con un concierto por todo lo alto, se trata de un pilar fundamentan de su gran carrera y es que esta gente son una de las bandas con más nombre de Bizkaia. En sus espaldas hay tres discos en mayúsculas “Man't” del 2007, “The River & The Soul” del 2010 y “Dreamers Dreaming” del 2016, rock progresivo tirando al post grunge, hard rock e incluso rock alternativo o clásico, con una base madura que mejora con los años, como un buen vino de barrica gran reserva.

El Kafe Antzoki volvía a acoger a Quaoar tras la presentación de su último trabajo de estudio hace unos meses, pero ahora no venían a presentar sino a celebrar aquel magnífico primer disco, y todo esto fue la noche del sábado 4 de marzo con tres cuartos de aforo ocupado.

Como invitados contaron con la banda de Barcelona, Cheeto's Magazine, un grupo de cinco jóvenes con gran colorido, saliendo a escena con trajes ceñidos y de distintos colores, como nuestros ídolos de la infancia, Parchís. Nos llamó mucho la atención, ahí estaba el verde, naranja, amarillo, azul y rojo, con un concierto arriesgado que no pasó desapercibido en ningún momento.

Fusión de sonidos que podían ir desde el rock progresivo de los Rush al sinfónico de Queen, traspasando fronteras y dejándonos momentos de jazz, soul y rock latino, una amalgama de sonidos que ardían bajo la diversión de su propuesta. Momento cubre fue cuando lanzaron uno a uno bolsas de chetos hacia el público para que degustaran ese magnífico mangar.

Más sorpresas, se cantaron el canto infantil en euskera de los 80, “Pintto Pintto (gure Zahurra da ta”, mientras solucionaban un problema con un jack, luego se hizo silencio bajo las caras de sorpresa del respetable. Ocurrencias no les faltaron, brillaron con luz propia, destacando la buena labor de sus dos cantantes con esos falsetes y algo de ópera rock, y del teclado, que consiguió grandes atmósferas.

Cambios drásticos que pasan del rock a lo más latino y bromeando con el último de los temas de los cuatro que tocaron en sus 27 minutos de actuación, “Nova América”, en su lado experimental y salvaje. Se despidieron con gran ovación mientras se situaban en el centro del escenario bien erguidos y orgullosos.

Pasamos a recibir a unos grandes, Quaoar, que hacía tiempo que no comparecían en Bilbao ya que últimamente están intentando salir fuera de la región y presentar su último trabajo en cuantas más ciudades mejor, como Galicia o Madrid y próximamente en Zamora dentro del Z! Live o en una de las fiestas de presentación del Vidiago Rock a celebrarse el 29 de abril en el Black Bird de Santander.

No recordaremos este concierto como el mejor que les hemos visto, sino por la celebración especial de los diez años de la salida de su primer disco, recuperando un directo con aquellos temas que ya tenían olvidados en sus directos. El sonido empañó la actuación, no fue totalmente limpio, pero la banda lo dieron todo, era una de sus grandes noches y la ilusión mandaba, además de poder repetir en el Kafe Antzokia y estar a punto de llenar el local.

En total tocaron doce canciones, un torbellino sonoro que se plantó en el centro de Bilbao para recordarnos el mejor sonido de la época dorada de Seattle, un post grunge que todavía bandas como Pearl Jam, Soundgarden o Alice In Chains llevan por bandera.

Comenzaron con “Jxns”, con cambios de ritmos y los dulces registros vocales de su cantante, que se meten en nuestros oídos sutil y mágicamente, un contraste que va girando poco a poco transformándose en tonos altos y más melódicos, todo, a golpe de batería de la mano de Bjorn. Repartieron el espacio con algún que otro tema de sus discos, como “A Big Hole” de su última obra “Dreamers Dreaming”, o “Memento Mori”, de su fantástico segundo disco con el que consiguieron ser ganadores del Villa de Bilbao.

Derroche de energía catapultado desde el inicio, erizándonos la piel, tienen la capacidad de emocionarte en cada una de sus canciones. Continuamos con “Me Against Me”, un recuero a su primer disco donde Iñigo en su faceta de frontman, sigue comiéndose el escenario, da igual que esté cantando o no, su presencia se nota, alternándose con su guitarra acústica cada vez que el tema lo necesita, tiene una libertad total.

Eligieron en el ecuador del concierto dar más presencia a su último trabajo con los temas “Home”, que cierra el disco, un rock lisérgico alimentado por las guitarras de Hugo y Josu, y “Googbye”, con esa voz que tanto nos gusta y nos atraviesa el alma. Continuando con lo que nos querían mostrar, su primer disco, ahí estaba “Heyleyl”, una canción sutil para ir acomodando al público ya que la recta final de vértigo estaba por venir.

Llegamos a un aparte instrumental con “Intro 2002 Lm 60”, Iñigo dio las gracias a Josu en público, este primer trabajo está escrito en gran parte por él, además ese día era su cumpleaños, cosa que hizo que todo el público le cantase el zoroniak zuri (cumpleaños feliz). Un tema instrumental que abre el disco y que parte de una raíz rockera progresiva que tan bien realizan los Quaoar.

Entrando en la recta final, un enfoque más enérgico con “Go To Momo”, un brío de post grunge y metal capaz de alzar los más poderosos registros de Iñigo, luego nos dejaron una pieza fundamental de su segundo álbum, “My Anger Runs”, más calmada y acústica, recogiendo el calor del público y que sirvió para despedir a la banda en su primera salida antes de los bises.

Regresaron con las dos últimas piezas, “Tough Guy”, un huracán eléctrico de alta gama y “Man't”, el tema que dio nombre al primer disco, con un mayor calibre emocional subiendo el volumen al máximo.

En definitiva, una muestra de música local que sabe a algo más, a grandes esperas y escenarios, lidiando entre los más grandes, escalando posiciones y tocando en grandes festivales, porque ellos como nosotros, entendemos el rock con mayúsculas.