Cuando una banda internacional de la categoría de Rage pisa las tierras de Pelayo, es  vestigio de que algo está cambiando en el panorama musical de esta pequeña gran región. Habrá que agradecer a los dioses, promotores y demás elementos que entraron en conexión, el ofrecernos una velada como la vivida el sábado 29 de Abril en Oviedo.

La Sala Sir Laurens, fiel a su trayectoria, se mantuvo a la altura de las circunstancias. Todo un aliciente para acudir a cualquier evento organizado en ella porque, aparte de cómoda y de tener buena visual,  el sonido siempre es excepcional.

Tan mágica noche tuvo unos teloneros muy apropiados y entregados desde el momento en que saltaron al escenario. El power metal épico de la banda gijonesa Arenia invadió todos los rincones del local y dejó con muy buen sabor de boca al personal.

Presentaban su segundo y recién estrenado disco “El atardecer de los sueños”. Del repertorio que eligieron destacaría por su interpretación “Fuego y cenizas”. Fue uno de los mejores ejemplos de lo que son capaces de hacer en directo. Tema cargado de fuerza, donde Fran, su cantante, nos demuestra a donde puede llegar con su chorro de voz. Los coros de Dizy casi se vuelven tan importantes como el sonido de su guitarra y la perfecta compenetración entre todos los componentes de la banda la convirtieron en una de las mejores canciones de la noche.

“Cambiar la realidad” fue de las más aplaudidas y coreadas. En esta ocasión se la dedicaron a Larry, de Diario de un Metalhead.  “Hijos de la noche”, junto con “Tempestad” y “Con nombre de Guerra” fueron las únicas que sonaron de su primer larga duración “Cuando el mundo despertó”. La primera de ellas me sedujo por sus cambios de ritmo y su originalidad instrumental. Sobresaliente Raquel en los teclados y Alejandro a la batería.

Fran, como excepcional frontman, animó al público a participar en todo momento y consiguió tener al público rendido a sus pies. Con “Ganar o perder” llegábamos a la recta final de la actuación, con la colaboración de Nathan Cifuentes (Vendaval) que consiguió dar aún más potencia al sonido de las guitarras.

“Sangre Eterna” sirvió para presentar a todos los componentes del grupo y para finalizar nos regalaron una muy buena versión del “The Wicker man” de Iron Maiden.

Muy buena la actuación de Arenia como entrante, pero el plato fuerte de la noche vendría a continuación. Justo en el momento en que, tras el humo del escenario, salieron a escena el trío alemán Rage como una apisonadora, con gran estruendo y animando a acompañarlos con palmas a todos los allí presentes. Con una palabra os describo lo vivido: brutal.

Desde los primeros acordes del tema que da título a su último disco “The Devil Strikes Again” y con el que abrieron el concierto hasta el clásico “Don't fear the Winter”, fue toda una descarga de buen heavy metal que  ponía los pelos de punta.

Es impresionante poder disfrutar de un concierto de una banda con la excepcional calidad de Rage. Los más de 30 años de carrera musical a sus espaldas respaldan el trabajo del grupo y sobre todo de su bajista y vocalista Peter Peavy Wagner, que sigue manteniéndose en forma como nunca. Frente a viento y marea ha sustentado el proyecto Rage, sabiéndose rodear de músicos de tal calidad que hacen que la formación mejore con los años.

Es una pena que mucha gente se pelee por entradas que cuestan un ojo de la cara y parte del otro, y que luego grupos como Rage pasen tan desapercibidos en una gran ciudad como es Oviedo. Me sorprende la incultura musical de este país, me extraña que no colgaran el cartel de sold out desde hace semanas, pese a que debieron quedarse cerca por el aforo de la sala. Por otra parte, es un verdadero placer poder disfrutar sin pegarme con nadie, en una sala relativamente pequeña, de un grupo tan grande como este. Es un enorme privilegio el que vivimos esa noche en Asturias.

A lo largo de la velada fueron cayendo temazo tras temazo, como “Shadow out of time” con el sonido del bajo tan predominante casi como la voz.

En todo momento estuvieron muy compenetrados con el público, chapurreando Peavy el castellano para presentarnos al grupo antes de que comenzaran los acordes de “Until I die”. El buen rollo, la simpatía y el feeling que desprendieron durante toda la actuación, sobre todo el guitarrista Marcos Rodríguez (ayudado por sus raíces venezolanas) y Peavy Wagner , lograron tener al público a sus pies desde el primer minuto.

Intensidad y buenas dosis de  heavy metal  con “From the Cradle to the Grave” o “The Pit and the Pendulum”. Momento en el que el directo estaba en lo más alto. Pero el apoteosis llegó con la conocida “End of All Days”, que no podía faltar en su repertorio. Después de la tormenta llega la calma y enlazando con los aplausos del público nos metieron en el ambiente más onírico y tranquilo de “Back in Time”, un soplo de aliento que nos sentó muy bien.

Como todo lo bueno se acaba para el sprint final nos regalaron “Great old Ones”, “Spirits of the night” y “Down by Law”, de las más cañeras que pusieron al público a dar saltos como locos y mover sus melenas al viento (el que las conserve). Después de decirnos que no tengamos miedo al invierno (tenían que habérselo contado a George R.R. Martin para “Juego de Tronos”) desaparecieron momentáneamente para volver a la carga con otro gran temazo de su último disco “My Way” y un original “Higher than the Sky” salpicado por un fragmento del “Holy Diver” de Dio, cantado en esta ocasión por Marcos, demostrándonos que tiene sus cuerdas vocales tan afinadas como las de su guitarra.

Actuación soberbia la del trío alemán que recordaré para siempre. Un concierto de esos que marcan historia, al menos la mía personal. Se dejan caer de nuevo por nuestro país en el “Leyendas del Rock” de Villena y en el “Rock Fest” de Barcelona. Si tenéis ocasión de verlos no os los perdáis...están más vivos que nunca y quizás tengan más que mostrar que los cabeza de cartel.