Robe llegó el pasado jueves 21 en Logroño y allí presentó las canciones que dan forma a su trabajo "Destrozares, canciones para el final de los tiempos", el segundo de su carrera en solitario.

Robe, líder y vocalista de Extremoduro llegó a tierras riojanas el día de San Mateo, día grande en Logroño, y ante un Palacio de los Deportes que presentó media entrada, interpretó sus últimas composiciones, las que ha incluido en sus dos trabajos en solitario publicados hasta la fecha. Tan solo hizo una inclusión en la discografía de Extremoduro y esta no llegó hasta la parte final del concierto.

Antes de que el de Plasencia (Cáceres) saliese a escena acompañado por los músicos que le guardan las espaldas en este nuevo proyecto, la banda local Vuelo 505 se encargó de calentar el ambiente y de dar la bienvenida a unos espectadores que iban entrando a cuentagotas en el recinto y que fueron dando color a la pista del pabellón.

El quinteto Vuelo 505 arrancó poco antes de las nueve de la noche ante un buen número de seguidores y amigos. Los locales se encontraban ante su último concierto de la gira "Turbulencias" y ante los presentes ofrecieron un placido viaje que nos fue dejando canciones de su disco debut como "Noche de mucho", "Secreto con pellejos" y "Estamos muy bien".

Tras presentar ante la audiencia su propuesta de rock clásico y melodioso y agradecer a el Dromedario Records y, a Robe y su equipo la oportunidad prestada, Vuelo 505 tomaba tierra con "El camino de vuelta".

Los de Logroño pusieron las primeras notas en el Palacio de los Deportes, se desenvolvieron como peces en el agua en un escenario de grandes dimensiones y realizaron un buen repaso a su primer disco.

Escasos minutos antes de las diez de la noche salía a escena Robe, y lo hacía acompañado por Carlitos Pérez, David Lerman, Alber Fuentes, Lorenzo González y Álvaro Rodríguez, músicos extremeños todos ellos que acompañan a Robe en esta gira con violín, saxofón, clarinete, bajo, batería y teclado entre otros instrumentos.

"El cielo cambió de forma", "Hoy al mundo renuncio" y "Por ser un pervertido" sirvieron para dar la bienvenida al respetable y dejar bien claro que aquello no iba a ser un concierto con referencias a Extremoduro. Robe estaba allí para presentar las canciones de su último larga duración y para hacer disfrutar a sus seguidores con un show más personal, lleno de matices e íntimo, y en el que los diferentes instrumentos fueron protagonistas.

Tras interpretar una primera ración de composiciones en pie, Robe se sentó y continuó con el concierto desde una butaca bastante alejada de los suyos y se presentaron canciones como "Donde se rompen las olas", "Querré lo prohibido" o "Ruptura leve".

El placentino no estuvo muy hablador esa noche, pero si que mostró su enfado ante aquellos que le insistían en que se descargase alguna canción de Extremoduro. Ante ellos el vocalista se despachó a gusto y se dirigió a ellos diciéndoles que si habían ido al concierto para escuchar "Jesucristo García" se habían equivocado de espectáculo. Muchos de los presentes estaban allí por ser el mítico Robe quien se subía al escenario, sin haberse parado a escuchar alguna de sus últimas creaciones y eso es algo que quedó latente a lo largo de toda la actuación siendo mucho los que pedían más caña y contundencia en las canciones.

Tras el mosqueó y antes de que sonase "Nana cruel", Robe Iniesta hizo referencia a la libertad de expresión y añadió que no corren buenos tiempos para las libertades en nuestro país. No estuvo muy vivo el artista al hacer referencia a la libertad de expresión justo después de dejar en evidencia a un espectador que había insistido mas de la cuenta en que quería escuchar un clásico de Extremoduro.

A los músicos les toco volver a ponerse en pie para la descarga de "Destrozares", "Guerrero", momento de especial júbilo, y "La canción más triste". Con esta última se cerró la primera parte del concierto y nos acercamos, como si de un partido de fútbol se tratase, al descanso. Los músicos fueron despedidos con una gran ovación y nos acercamos a la barra para hacer más amena la larga espera.

Si la primera parte del concierto fue calmosa y cargada de matices, a la segunda Robe y los suyos llegaban con más fuerza y agitación.

Mientras la banda ofrecía los últimos temas de la noche, los suyos no dejaban de aplaudir, corear y filmar en cada canción. Si, pese a que en otros conciertos de la gira se había prohibido al público el uso del teléfono móvil, en Logroño se grabó con el móvil y se fumó dentro del recinto. No fue el día de los miembros de seguridad, que además de no atender asuntos menos serios como los anteriormente citados, miraron para otro lado cuando un hombre agredió a una mujer. Este ocurrió entre el concierto de Vuelo 505 y Robe, en la primera fila y frente a un miembro de seguridad. 

Entre melodías y acordes, la velada llegaba a su fin y el público de Logroño vibró con "Puta humanidad", esa que mira con atención mientras un hombre agrede a una mujer pero no muy un pie para evitarlo, y "Por encima del bien y del mal".

Tocaba abandonar el escenario y el sexteto comandado por Robe lo hizo con "Si te vas" de Extremoduro, tema perteneciente al disco "Material defectuoso" (2011) y "Un suspiro acompasado".

Así concluyó en la capital riojana un concierto que contó de una veintena de temas pertenecientes a “Lo que aletea en nuestras cabezas” y "Destrozares, canciones para el final de los tiempos" más un tema de Extremoduro y que fueron repartidas en dos actos.

En el Palacio de los Deportes de La Rioja la música desparecía, las luces se encendían pero Logroño celebraba su día grande y para muchos, la noche no había hecho más que empezar.