Primera de las jornadas del Villa de Bilbao en su modalidad metal, en total diez bandas competirán dentro de las próximas cinco jornadas, todas dispuestas para verse las caras en la gran final. El pasado 22 de septiembre vimos a las dos primeras, los sonidos duros y vibrantes fueron de los bizkainos Ready Iam Fire, y luego una de las presencias internacionales del Villa, los franceses Crank, tocando una tercera banda a modo invitación, desde Iruña, el heavy psicodélico del trío Kabbalah, un grupo que nace tras las Culebras, al menos dos de ellas, su bajista y su batería, están en esta formación.

Los primeros en subirse al escenario de la Bilborock, los bizkaínos Ready Aim Fire, que en su media hora de actuación nos dejaron buena dosis de hard rock, con elegantes guitarras con ese guitar hero que tienen. Hacía tiempo que no veíamos a este grupo con la restructuración de la banda, con un nuevo miembro que desempeña el papel clásico del aporte del hammond, dejando influencias cercanas a Deep Purple o Rainbow.

Un concierto serio que nos dejó una buena muestra de sus canciones, ahora con un cambio de sonido y nuevo lavado de cara, cogiendo nuevas consistencias dispuestos a llegar muy lejos, en total tocaron cinco canciones con influencias varias y un hard rock guitarrero con una base rítmica notoria trabajada durante meses en su local de ensayo.

Nos encontramos con un frontman que conectó rápidamente con el público, actitud, sobre todo, y animando al respetable con temas como “Trobar Clus / Holy Siners” de inicio, tirando del heavy metal, enfilando su cercanía hacía los Purple y envolverte con el hammond, que es protagonista de las sucesivas canciones, como “Wild Dreams”, además el batería tuvo su minuto de gloria en “Ready Aim Fire”, luego nos presentaron un nuevo tema que se alojará en su próximo disco “Libertarian”. Y para cerrar la noche, “Death Race”, veloz y contundente.

La segunda de las bandas, los franceses Cranks, un potente heavy metal clásico con claras influencias de Iron Maiden o Running Wild, y así lo dejaron claro en sus seis canciones que tocaron, todas ellas con una notoriedad a las seis cuerdas impresionante, más un bombo salvaje de su compañero de Iparralde (País Vasco Francés).

Se mostraron rápidos y veloces en sus primeras canciones, mientras estábamos satisfechos de descubrir a esta joven y potente formación con gran movilidad sobre el escenario.

Llegando al ecuador del concierto, se mostraron más macarras y rockeros, sus camisetas les delataban, que si Saxon, Iron Maiden o Motörhead, y para rematar la actuación, su cantante mostró su faceta más lírica, acompañado de las guitarras mientras se lucía en falsetes.

Y luego descubrimos el heavy psicodélico de Kabbalah, banda totalmente formada por féminas, con cincuenta minutos de concierto para presentar los temas de su disco debut que ve la luz tras sus dos anteriores Ep.

Cercanas a la actual música de Black Sabbath, con canciones oscuras y envolventes melodías, con pildorazos a psicodelia y temas ocultos de misterios, secretos y elementos místicos.

 Frenético ritmo diabólico y distorsionado, que rápidamente apareció con fuerza instrumental.