La gran apuesta para las fiestas de Haro se hizo esperar hasta la madrugada del 9 de septiembre. A la 1:00 de la noche la plaza de la Paz se fue llenando a la espera de ver a Huecco en directo. La desapacible noche pronosticaba un concierto bajo la lluvia, pero justo a la hora del concierto, como si de una tregua se tratase, las nubes dejaron entrever la luna llena, casualmente, para presentar en directo su nuevo disco “Lobbo”.

Habían pasado 8 años desde la primera visita al pueblo harense, y nadie quiso perderse la vuelta del grupo, con las expectativas de disfrutar de un gran concierto. A pesar de empezar con no mucha fuerza, a medida que avanzaba la noche, la energía fue apoderándose de Iván, vocalista y guitarra, que se metió en el bolsillo, no sólo a jóvenes, sino también a los más veteranos del pueblo.

Una larga carrera avala la calidad musical de Huecco, desde su antigua formación de Sugarless, hasta su andadura en solitario, que le ha llevado de éxito en éxito, con algún que otro disco de oro. Desde que se lanzó por su cuenta, su estilo musical se ha suavizado para llegar a mayor número de público, pero sin olvidarse de sus raíces que todavía forman parte de muchas de sus canciones con toques hardcore-metal. Como él mismo define su música, románticamente metalera.

Para este último trabajo se presenta con un cambio drástico de imagen, casi irreconocible, cortándose sus míticas rastas. Eso sí, lo que no ha cambiado es su voz rasgada y su increíble capacidad para fusionar diferentes estilos de música en sus canciones, partiendo de una base rockera, se atreve con cualquier estilo, rumba, ska, hip hop y mucha, mucha influencia de ritmos latinos, tango, mambo y samba. Nadie se atrevería a decir que todas sus canciones suenan igual. También se atreve con diferentes idiomas como portugués y francés, consiguiendo un estilo musical lleno de mestizaje.

Volviendo al concierto de Haro, y una vez caldeado el ambiente, sonaron sus nuevos temas, “Lobbo”, “Deprisa” y “Nosotros tenemos el hardcore”, siendo este último el que hizo botar al pueblo entero. Por supuesto no podía olvidarse de las canciones de sus primeros discos, “Pa` mi guerrera” y “Se acabaron las lágrimas”, que le dieron más visibilidad y éxito en el panorama nacional. No paró de tocar durante casi dos horas, y aunque dan para mucho, lamentablemente para los adictos a la música en directo, el repertorio tiene un tope, y como no quería dejarse muchas de sus canciones en el tintero,  se sacó de la manga un par de popurrís que completaron un gran concierto.

Las guitarras eléctricas y los saltos en el escenario transformaron las luces románticas de mecheros y móviles en cuernos metaleros!