Flanqueado a derecha e izquierda por Txus Maravi a la guitarra, Flaco al bajo y Brigi duque controlando la retaguardia, a lomos de su vistalite roja. Así se presentaba Enrique Villarreal “El drogas”, ataviado con chistera tomo posición en la vanguardia del escenario, mientras que un público que rebosaba en la sala haría esa noche de barricada.
La sala Hangar, acogedora y coqueta colgó el cartel de no hay entradas, éramos muchos los que no nos quisimos perder al navarro y su banda. De esta forma el frio que arreciaba en la calle se convertía en hervidero dentro del local. Todos sabíamos que se avecinaba una gran noche de rock and roll.
La primera granada sonora que retumbo en nuestras orejas fue la silla eléctrica, que sonó atronadora y potente, dejando vislumbrar la contundencia de la banda que sería la tónica habitual en todo el show.
Pudimos disfrutar de temas de los trabajos en solitario de El Drogas, así como clásicos de Barricada que fueron muy celebrados. Temas de barricada intemporales y que inevitablemente están ligados al ADN de El Drogas. Los mas veteranos tuvieron su ración de nostalgia, aunque son canciones que nunca pasaran de moda y su actualidad aún no ha caducado. |
Entre los temas escogidos de su discografía en solitario destaco desde mi punto de vista, en punto muerto, están para violarlas, salvaje mirar o azulejo frio entre otras. De la etapa de enrique en Barricada sonaron, en la silla eléctrica, oveja negra, victima, no hay tregua o no se que hacer contigo, para la cual conto con la colaboración de la artista cordobesa Rakel Winchester. Valga esto como botón a los temas que sonaron pues con un set list de 32 canciones es imposible comentarlas una a una.
Treinta y dos canciones, que se dice pronto, con una intensidad y energía arrolladora. Esa noche no hubo tregua, la batalla fue seguida y casi sin paradas. Algo que hizo que el publico no dejara de corear y vitorear desde el primer tema.
Después de este concierto, empiezo a comprender que es eso de la “ RnR Actitud” que otros vociferan, pero no demuestran. El drogas ajado por el tiempo a la par que cualquier tabla de escenario, dio una lección de humildad, talento y saber hacer sobre un escenario. En este caso un escenario cercano y familiar que el drogas supo llevarse a su terreno para así firmar con letra firme su paso por la ciudad de los califas. Te esperamos para la próxima. |