¿Qué decir de Rogers Waters? ¿Qué decir de Pink Floyd? Como escribir  y transmitir las infinitas sensaciones que comenzaron con la primera nota del concierto…difícil misión.

Rogers Waters, leyenda viva del Rock and Roll, ideólogo, compositor y fundador, de una de las más grandes bandas del Rock and Roll, Pink Floyd, ha decidido deleitarnos con una última gira “US+Them”, que más que gira, la podríamos llamar regalo, un regalo impagable, un regalo perpetuo, para todos aquellos fans que han vivido, sonreído, llorado y crecido con las canciones del mítico grupo británico.

El grupo inglés se presentaba el pasado Jueves 24 en un Wizink Center a reventar, con la intención de hacer doblete Jueves-Viernes, como ya hizo hace algo más de un mes en el Palau San Jordi de Barcelona. Acompañado de grandes músicos, como Jonathan Wilson a la guitarra y acompañando a la voz, o las dos cantantes de Lucius, Jess Wolfe y Holly Laessig a los coros, geniales durante todo el espectáculo.

Además, como ya sabíamos, y ha sido tónica habitual de Pink Floyd durante su carrera, el despliegue de medios, no podía quedarse atrás…pantalla gigante detrás del escenario con unas imágenes magnificas en función del tema que iba sonando, proyectos por el techo del Wizink que se movían y simulaban distintas formas constantemente, láseres, que simulaban el icónico prisma portada de “The Dark side of the moon” que se levantaba de manera impresionante delante del escenario…amh, y como no el cerdo volador, portada del “Animals” volando junto a la  Battersea Power Station, que también era simulada mediante los citados proyectores.

Roger abrir con “Breathe”, casi nada, haciendo que todos ya desde ese inicial momento del concierto, trasládesenos nuestra cabezas a otro momento o lugar, que iría variando en función de lo que el músico inglés quería. Las imágenes proyectadas en pantallas eran alucinantes, perfectamente conjugadas con las canciones. Continuo con temas como “Time” o “One of these Days” o  “Welcome to the Machine”, para dar paso a continuación a temas nuevos post Pink Floyd como “Dejavu”, “The Last Refugee” o “Picture That”, que aunque sonaron magnificas, se notaba entre el público, ese pequeño momento de calma antes del plato fuerte que todos sabíamos que vendría.

Tras este pequeño repaso, vino algo muy especial, “Wish you Were Here”, que emociono a todo el estadio, podemos afirmar, que no dejo un solo pelo que no se pusiese de punta. Continuo con “The Happiest Days of Our Lives” y  “Another Brick in the Wall”, donde comenzó a aparecer la parte reivindicativa del grupo inglés, que tan íntimamente unida siempre le ha acompañado. Tras esto vino un merecido descanso, no olvidemos que son 72 años los que tiene el gran Roger.

Como decíamos, se intuía que venía la artillería pesada, y ese lado de denuncia y lucha, que tan necesario fue en su época, y que por desgracia, tan necesario es ahora. Abrir con temas de “Animals”, y como antes comentábamos, simulo mediantes proyectores la Battersea Power Station, con sus chimeneas incluidas y su cerdo volador sobre el público, temas como “Dog” o “Pigs”, nos sacaron un poco la mala hostia, por la mala situación democrática que atravesamos en nuestro país. En las pantallas, muchísimos mensajes de denuncia a la gran cantidad de desigualdades sociales, la impunidad de ciertos personajes o la figura de un cerdo llamado Trump, que evidencia, que este modelo capitalista está en una situación límite al permitir que un cerdo de esta magnitud gobierne el país más poderoso del planeta.

Acto seguido, sonidos de tragaperras, y como no podía ser de otra forma “Money” sonaba, y el ambiente era brutal, las imágenes de casinos y tragaperras, dieron paso a retratos de los líderes más corruptos de la actualidad, entre ellos, como no, la de nuestro querido Mariano.

Continuaron temas como “Us and Them”, “Brain Damage” y “Eclipse”, en esta última se proyectó con láseres estratégicamente colocados, el icónico símbolo del disco “The Dark side of the moon”, que nos iba anticipando poco a poco que el final de este pequeño viaje llegaba a su final.
Y con los temas de “Mother” y “Comfortably Numb”, terminaba la experiencia, y el gran Roger bajaba del escenario para unirse al as 20.000 almas que llenaban el Wizink Center.

Sin duda alguna, tuvimos la oportunidad de ver una de las últimas puestas en escenas de Roger, con los mejores temas de Pink Floyd. Algo único, que recordaremos el resto de nuestras vidas.