Con apenas dos años de vida, la formación canaria llamada Gravity visitó Cantabria la noche del sábado 8 de septiembre, cruzando el país en avión para tocar en La Tribu de Maliaño y expandir su música por la península, por delante les quedan muchos bolos, mucho camino por recorrer, pero el primer paso, el de salir a tocar fuera de las islas, ya lo están dando.

El Gobierno de Canarias bajo la iniciativa Canarias Crea, impulsa su cultura y en este caso, ayuda a grupos como Gravity a que salgan del archipiélago y visiten el resto del territorio nacional, hace días tocaron en León y próximamente lo harán en Pamplona.

El concierto no empezó hasta las once y media, el retraso vino porque antes en el local no había ni Dios, la gente estaba viendo el partido de fútbol entre España e Inglaterra, nadie quería perderse el debut de Luis Enrique en el banquillo de la selección dentro de ese invento llamado UEFA Nations League, que ni se sabe si son amistosos o partidos clasificatorios para a saber qué. (tanto futbol...)

Lo malo que, al empezar tan tarde, el que suscribe, no se pudo quedar hasta el final del concierto por obligaciones varias que ahora no vienen al cuento, pero al menos les vimos casi tres cuartos del concierto.

Su estilo es una mezcla de varios, la base es grunge sin duda, pero lo diluyen con metal pesado y rock, bajo letras en inglés y presentaciones marcadas con acento canario, la verdad que te llama la atención, tanta fusión.

Base rítmica marcada dentro del estilo, con una voz, que al menos en este concierto, estaba bastante baja, o los instrumentos muy altos, a saber. Venían a presentar su única referencia discográfica, "Gosh", temas intensos y agónicos que la mayoría fueron presentados en directo, al menos mientras estuvimos allí, todos eran de este trabajo a excepción de una versión de Radiohead y su tema "Creep".

Escuchamos de inicio "See The Butterflies Die", "Keep" y "Treasure Island", mientras tanto la banda agradecía al público su presencia, que al menos unas 20 personas seríamos en esta difícil noche donde la música volvió a competir directamente con el fútbol, además, mientras esperábamos el inicio del concierto, las gentes del lugar nos invitaron a una por la espera, a modo de disculpas, justificando que no se podía empezar el concierto si no había nadie en la sala.

Esto ya nos ha pasado en más de una ocasión, lo entendemos, pero quizás quedaría más claro y beneficioso para todos si en la cartelería o en el evento de Facebook se indicase que el concierto empezaría después del partido porque puede que más de uno no fuese al bolo después pensando que ya estaría terminando cuando en realidad estaba empezando.

Lo dicho, Gravity son jóvenes, tienen un largo camino por recorrer en el que seguro nos volveremos a ver.