10.000 personas acudían este pasado sábado a la única cita vasca de la gira 'Grandes Éxitos y Pequeños Desastres' que el cantante y compositor madrileño Dani Martín ofreció en el Bizkaia Arena del BEC con todo vendido. Un concierto retrospectivo en el que recreó éxitos y temas centrales de la trayectoria que inició hace 18 años con el grupo de pop rock El Canto de Loco y que continuó en solitario en 2010.

Dani Martín es sinónimo de buena música. Consciente de que la fidelidad de los fans no surge por generación espontánea. Que es consecuencia de la ilusión sin límites, las canciones de categoría y los directos de mucha calidad. O sea, de mucho curro. Su presencia en el BEC! sirvió para confirmarlo.

Sobre una escenografía renovada y mucho más rockero que nunca. Dani Martín ofreció una selección de sus éxitos más populares con el respaldo de su banda habitual: un conjunto que integran músicos afines a Andrés Calamaro, Raphael o Amaral como Candy Caramelo (bajo); Coki Giménez (batería); Paco Salazar y Roberto Lavella (guitarras); e Iñaki García (teclados).El artista descargo tres horas de concierto lleno de actitud, adrenalina y un montón de éxitos, también se repasaron temas de su antigua banda, El Canto del Loco.

Un público muy variado llenaba el recinto. El grupo Tres caladas formado por el cantante Rodrigo Calvo y el guitarrista Íñigo Martín en abrir la noche. Tras su breve actuación, hubo bastante tiempo de espera antes de que comenzara el show de Dani Martín. Durante este tiempo un cámara desde la mesa de sonido enfocaba individualmente al público y estos tenían su minuto de gloria. En las pantallas laterales del escenario apareció una marcador con una cuenta regresiva con los minutos para empezar el concierto.

El concierto duró exactamente dos horas y tres cuartos, incluidos los bises. 25 canciones incluido un prólogo de veinte minutos extras.  A las 9 de la noche se apagaron las luces e hizo su aparición el famoso Gallo “secuestrador” de Dani Martín. El Gallo nos informaba de que había secuestrado a Dani, portando unas pancartas en la que se podía leer: “Esta es nuestra noche” o “Volver a disfrutar”. Un cuarto de hora después hacía su aparición entre riffs de guitarras y pirotecnia Dani Martín, con una camiseta de los Warrios y que a mitad de concierto, esta pasó a ser sustituida por una de los Bulls. Un escenario de lujo, con una plataforma avanzada hasta el público, dos pantallas laterales y tres telones de fondo que se sucedieron durante el concierto con una pantalla central.

El cantante madrileño cantó sus más reconocidos temas. De fondo, la enorme pantalla, proyectaba estrofas que le habían marcado al cantante en sus años de carrera musical. Una banda muy roquera acompañaba al cantante, a los teclados Iñaki García, que desde 2003 es un fijo en la banda. El resultado, un concierto que estaba siendo perfecto, buen sonido, buenos temas y una gran banda con los instrumentos afilados eléctricamente y con mucha intensidad, además de un potente rock en muchas ocasiones. Dani Martín convierte cada concierto en un viaje lleno de matices y momentos especiales en el que el eje central son las canciones. La coctelera del grupo se movió al ritmo de un florilegio de éxitos que desde hace tiempo traspasan las fronteras nacionales para conquistar corazones en múltiples países,  como es el caso de Corea, desde donde se desplazaron unas fans para ver a su artista preferido.

Como está siendo habitual en esta gira, eligió a una chica entre el público para cantar  junto a él “Contigo”,  Una joven, llena de nervios y de emoción logró entonar medianamente la canción junto a Dani Martín en el escenario.

Sonaron “Son sueños” e “Insoportable” entre otras de El Canto del Loco. En el recinto el calor empezaba a notarse demasiado, y que mejor manera que tirar cubos de agua a las primeras filas, también él se arrojó un mega cubo por encima y tras ello se lanzó en plancha sobre el público. Que grande Dani, ni Yosi de Los suves lo haría mejor. Ahí estaba el tío, con dos pares, entre miles de fans empujándose para poderle tocar y llevarle en volandas. Finalmente consiguió llegar de nuevo al escenario ayudado de gente del staff.

Tras el baño de multitudes, Dani reapareció con otra camiseta de baloncesto, la de los Chicago Bulls, y prosiguió el espectáculo con '”16 añitos”, “Besos”. Tras esto preguntó: “¿Necesitáis algo?, ¿besos?, ¿agua?, hoy tenemos de todo…” Es un gran frontman y comunicador que hace que el público coreara e hiciese palmas durante todo el show. Dani va un paso más allá y tocan diferentes estilos y géneros que dan dinamismo y variedad. Aquí hay un directo para pasárselo bien, pues ese es su fin último, repletos de riffs pegadizos y letras sencillas, canallas y optimistas que son interpretadas con chulería y desparpajo. Aquí hay lugar para el humor, el amor así como su opuesto, el desconsuelo y la celebración de la vida.

Llegamos a la segunda mitad del espectáculo. Con luz tenue y acompañado de un piano llegaba “Mi lamento”, canción dedicada a su hermana fallecida en un accidente hace unos años atras. También tuvo tiempo para guitarra acústica en mano, dirigir unas palabras llenas de cariño a su primo David Otero, al que dedicó “Tal como eres”.  Tuvo un rato para charlar con el público y hablar de fútbol: “Muchas gracias, vosotros sí que sois leones de verdad”, mientras todo el mundo coreaba el himno del Athletic. “Amo al Athletic porque de él nació mi equipo, el Atlético de Madrid. Gracias por joderles el otro día, no tengo nada contra el Real Madrid…”

“Hace veintidós años se me ocurrió en mi casa hacer una banda de música que se llamaría El Canto del Loco, así, porque se me puso de la punta de la poya, llamé a mi amigo del instituto, Iván y le dije que iba a ser el guitarrista de la banda, y después a mi primo David. Les decía que íbamos a hacer historia…”

“¿Queréis más? Yo siempre que voy a un concierto quiero que acabe pronto para irme a cenar”, la despedida se hizo con “Ya nada volverá a ser como antes” de El Canto del Loco y pirotecnia por todo el escenario, y para el triple bis, se presentó con su tercera camiseta, que tenía una calavera atravesada por mástiles de guitarras. Parecía el final de la velada, y entonó muchas de las canciones que le habían inspirado como artista. Entre ellas: “Contigo” de Joaquín Sabina, “Si te vas” de Extremoduro, “Aunque tú no lo sepas” de Quique Gonzalez, “American Idiot” de Green Day, “Blitzkrieg Bop” de Los Ramones y el “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana.

Antes de finalizar el concierto irrumpió otra vez el famoso Gallo y exigirle que cantara la “canción que faltaba”, con las luces ya encendidas sonaba “Zapatillas” para dar carpetazo a una noche brillante. Posiblemente uno de los mejores conciertos este año que haya pasado por el BEC!